PARTE TREINTA Y DOS

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一¿Qué hago, qué hago, qué hago?一 Joshua mordía sus uñas y caminaba de un lado a otro en su habitación. Cuando por fin su mente pudo pensar en algo, simplemente se vistió y guardó su ropa y cosas personales en la mochila que había llevado mientras tomaba su teléfono.

La puerta suena antes de que pueda hacer algo y Joshua se queda quieto esperando alguna palabra contraria.

一¿Su- sucedió algo?一 Pregunta el menor al no escuchar la voz del contrario tras la puerta.

一Iré a dar una vuelta con un amigo. Hablemos a la vuelta, necesito aclarar algunas cosas contigo.一 Joshua volvió a sentir su corazón latir con fuerzas y asintió aún sabiendo que el otro no le podía ver.

一Está bien.一 Dijo, incluso si no lo pensaba realmente. Cuando escuchó a su amigo irse, marcó el número de Jeonghan.

一¿Hola? Shua, ¿Cómo estás? ¿Todo bien?

Al escuchar aquella voz, el menor no pudo contenerse más. De por sí estaba demasiado sensible, y el sólo hecho de que ahora lo consolara su persona favorita le hizo explotar finalmente. Las lágrimas comenzaron a caer.

一Hannie, Seungcheol se confesó. Me dijo que estaba enamorado de mí. No sé cómo enfrentarlo, ¿Puedo quedarme contigo unos días?一 Murmuró. Jeonghan sólo suspiró.

Shuji, creo que debemos hablar esto en persona. Pero claro, puedes traer tus cosas, ¿Quieres que pase por ti?

一Eso sería bueno.一 Dijo luego de asentir con un puchero en los labios.

Tomó sus pertenencias y con tristeza se fue del lugar, dejando su llave bajo el tapete y una carta que escribió rápidamente antes de irse.

Seungcheol llegó unas horas más tarde, tenía una sonrisa en su rostro al despedirse de su amigo, aunque esta se fue cuando la preocupación de entrar a casa le llegó. Suspiró profundamente preparándose para hablar en detalle lo que tenía que decir, y avanzó.

Al hacerlo, sus pies sintieron algo. Levantó el tapete de bienvenida y encontró sus llaves y un papel.

Lo abrió.

"Seungcheol, lamento todo esto. Me fui a casa de Jeonghan, no me intentes buscar, por favor. No aún. No estoy listo para esto. Eres mi mejor amigo y jamás noté cómo te sentías, pero no creo poder aceptarte. Jamás.

Lo siento, te quiero.

-Joshua"

Entró a su hogar en shock. Miró hacia todos lados y lo primero que hizo fue ir hasta la habitación en la que se quedaba su amigo. Vacía, completamente vacía de las pertenencias contrarias.

Lo había perdido una vez más, y ahora era otro simple malentendido.



*Si hay algún error, lo siento. Escribo a las 3 a.m :D

Si fueras míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora