3. Las almas gritan peligro pt.2

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No sé si fueron mis ganas de vivir o todas las almas que estaban aquí queriéndome dar una oportunidad más, pero empujó a Kurt con todas mis fuerzas y se estrella la cabeza contra una lápida, me levanto tambaleando y corro por todo el cementerio, esquivando tumbas y cuando estoy fuera del cementerio me detengo a mitad de la calle.

Estúpidamente miro por todo el cementerio, pero ya no había rastro de él, aunque el dolor en el cuello me tire quemando la piel me llevo la mano a esa zona, vuelvo a ver mi palma, está manchada de sangre, no brota de manera brutal, pero sin duda dejaría una marca.

Vuelvo a tocarla, y efectivamente no era un simple corte, tenía más de una línea, me arrodillo para poder tocar el pavimento y a medida que recorro cada línea del corte la trazo de forma invisible en el suelo y al final una K es el resultado.

Ese pedazo de mierda me había marcado, grito con toda la furia que tengo dentro y algunos pájaros salen espantados de entre los árboles, óptimo la manga de mi chaqueta contra la herida para que deje de sanar.

—Yo lo mate

Esas palabras vuelven a mi mente y no puedo creer que son ciertas pero mis emociones me dominan y me encuentro corriendo como loca hacia la biblioteca, mamá podría negarlo cuántas veces quisiera, pero en este miserable pueblo todo quedaba registrado en el periódico.

Cuando llego al principio de las escaleras de la biblioteca central, una risa totalmente vacía se me escapa, esto no me daba gracia, pero tampoco me disgustaba del todo. ¿Por qué estaba confiando en él?

Después de todo, Kurt Lasher era mi agresor, nada de lo que me dijera sería cierto, solo sería algo que lo beneficiaria a él en este absurdo juego del gato y el ratón.

Me arreglo el cabello y la chaqueta la sacudo para que no le quede rastro de tierra ni de hojas. Respiró profundo para calmar mi respiración, me toco el corazón por encima del pecho y lo siento acompasarse a un ritmo cardíaco normal.

Abro una de las puertas de madera de la biblioteca y entro con sigilo, no quería que nadie me viera hurgando entre el archivo de periódicos, pero no hizo falta. Este lugar estaba desolado. Entro y cierro la puerta a mis espaldas. No había ni siquiera una buena bibliotecaria, claro. No es un trabajo que sea necesario, no viene nadie.

Hay muchas estanterías aquí, cientos de libros de ficción, históricos, romance. Pero me dirijo al fondo de todo, donde hay una pequeña sala con dos sillones de cuero y lámparas que parpadean y tienen polillas al rededor. Empotrados en la pared hay archiveros que parecen cajones bien cuidados.

Arriba en letras grandes: "Periódicos Salem"

El trabajo se me hace fácil cuando cada archivero tiene un número de fecha que indica de que a qué fecha son los periódicos dentro, busco el último. Recién lo estrenan parece, porque está casi vacío.

Aparto algunos periódicos de las fechas cercanas y voy hasta el fondo del cajón, alcanzó a tomar el de fecha 27/10/2024. Era el periódico completo, cierro todo y me siento con calma en uno de los sillones. No sabía que me encontraría en el, pero eso ya me hacía tener temblando las manos.

Me armo de valor y paso página por página, sin apartar los ojos de cada título dramático que le ponen a las notas. Ninguna es suficientemente dramática o impactante. Hasta que llegó a las últimas hojas, me río de nuevo, y ahora sí de puro nervio.

"Después de diez años en calma, el asesino Kurt Lasher vuelve por otra víctima, Jason Heaven"

Si, ese era el nombre de papá, pero no. Mi mamá y todo el maldito pueblo no podían estar escondiéndome eso, acaso era esto lo que Doreen y Willa no querían decirme ¿De verdad? Me negaba a creerlo. Seguí leyendo la nota.

"En la madrugada del 26 de octubre se escucharon ruidos violentos y objetos destrozarse al interior de su casa, la cual era habitada únicamente por él. Después del ataque de su hija hace diez años atrás, este señor no convivía con más personas y se le creía una persona solitaria.

Al acudir los oficiales de policía a la vivienda descubrieron el cuerpo sin vida de la víctima, sus últimos alientos fueron arrebatados en un brutal ataque de 51 puñaladas en todo el cuerpo y una mutilación de cuello.

Se desconocería al asesino, pero este priorizó dejar en claro quién era al escribir con la misma sangre de la víctima en el suelo el nombre de: Kurt Lasher"

Malditos, todos lo sabían y nadie quiso decírmelo en la cara. Arrugó el periódico contra mi pecho y me permito llorar en silencio, sacando mi frustración y dolor. ¿Esto era mi culpa? O simplemente la ruleta saco el nombre de papá está vez.

No lo sabía y tal vez nunca tendría esa respuesta, guardo el periódico en mi chaqueta y con las mangas de esta me seco el llanto, salgo de la biblioteca. Mamá tendría que darme explicaciones, ¡Quería la maldita verdad! Ese hijo de puta de Kurt Lasher no me ganaría esta vez.

El juego infernal ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora