Abrió lentamente los ojos y sintió un frío muy inusual alrededor de su cuerpo. Divisió la habitación en la que estaba y era evidente que no era la suya, el frío que lo invadía provenía del brazo de con quien estuvo anoche y por último ¿Qué demonios hizo anoche?
Recapituló un poco y recordó las palabras de Mobei-jun: Tráeme mi abrigo antes del amanecer. Así lo hizo y lo siguiente que recuerda es estar entre los brazos de Mobei, compartiendo besos, abrazos, caricias y por supuesto su primera vez.
Al recordar esto su cara se puso roja de la vergüenza, quiso zafarse del abrazo de Mobei-jun, pero lo tenía tan bien sujeto que era muy difícil moverse. Como estaban en una posición de cuchara, hizo lo mejor posible por girarse y quedar frente a su rey. Mobei-jun descansaba muy placidamente y eso hizo que Shang QingHua suspirara e instintivamente acarició la mejilla de aquel rey, quien al contacto lentamente abrió sus ojos y le brindó una ligera sonrisa, raro en él lo cual dejó embelesado por unos segundos a Shang QingHua.
–QingHua, buenos días. ¿Dormiste bien? –Mobei acarició uno de los mechones de Shang QingHua y lo pasó tras su oreja.
–Ehh... yo... si... –Inmediatamente Shang desvió la mirada y sintió como su cara se ponía roja de la vergüenza. Le faltó poco para temblar por esa simple acción –Dawang... yo...
–¿Dime?
–Yo... quisiera levantarme por favor. –Los ojos de Mobei se abrieron como platos, no esperaba que Shang QingHua quisiera levantarse tan pronto de la cama.
–¿No te gusta estar aquí?
–No, no, no es eso Dawang, yo solo quiero ir a limpiarme y debo de hacer mis deberes como líder de pico. Por favor.
–¿No puedes dejarlos por hoy?
Ciertamente si estaba incómodo, jamás había tenido dicha intimidad con Mobei-jun y por supuesto que estaba alarmado con la situación ¿pero cómo podía salir de la cama sin que su rey se enfadara y después lo golpeara? ¿Qué debía hacer después de esa noche que pasaron juntos? ¿Qué eran ahora?
–Por favor, no malinterprete Dawang. Yo... eh... si estoy cómodo aquí, solo tengo cosas que hacer y usted también. Podemos vernos después. –Dijo esto con una risa nerviosa, esperando no salir muerto.
Por su parte, Mobei-jun se quedó mirando fijamente a Shang QingHua e inmediatamente frunció el ceño. Soltó a Shang, se giró, salió de la cama y sin decir más salió de la habitación, dejando completamente desconcertado a Shang QingHua.
–¿Fue tan malo lo que dije?
Bueno ahora estaba libre y seguía vivo, eso ya era ganancia. Quiso levantarse ahora sí, pero no pudo ni dar un paso antes de que un dolor agonizante lo recorriera por completo. Ese dolor también le trajo aún más recuerdos de la noche anterior así que ahora estaba adolorido y avergonzado.
Hizo uso de todas sus fuerzas para ponerse la ropa y buscó aún más fortaleza de donde pudo para poder salir del castillo del Norte y llegar a la montaña Cang Qiong sin morir en el intento. ¿Por qué ir? Siempre dicen que debes recurrir a quien más confianza le tengas para ciertos temas y eso fue lo que hizo cuando se dirigió específicamente al pico Qing Jing. Prácticamente irrumpió en la aquella reconocida casita de bambú.
—Necesito decirte algo.
—Oh hola hermano pepino ¿Cómo has estado? Si muy bien gracias por preguntar gracias por venir a visitarme –Le respondió irónicamente Shen Qingqiu– Espero que sea importante porque no te esperaba, más porque te vi hace como dos días en mi otra casa y ahora por alguna razón sabías que vendría acá.
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¿Y ahora qué sigue?
Fiksi PenggemarLas cosas se dieron demasiado rápido, no se dio el tiempo correcto para que se procesaran correctamente. Shang QingHua no había tenido tiempo de pensar como es que en realidad veía a Mobei-jun. ¿Su amo? ¿Su compañía? ¿Algo más? El señor demonio del...