¡Aléjate de Yamaguchi!

Miradas

Kageyama no era el más grande genio del mundo, tenía que admitirlo, quizá podría pasar por uno en cuanto al volleyball, pero en lo emocional nunca daba una. Sus problemas de ira eran su más grande ejemplo, la impulsividad de decir o hacer cosas lo hacian meterse en problemas con la gente y eso siempre lo había alejado de los demás, su limitada conexión con las reglas sociales tampoco ayudaba en eso. ¿Por qué la gente no podía ser directa? ¿Por qué la gente se ofendia cuando hablaba y él no era capaz de entenderlos? ¿No era más fácil si simplemente era sincero? únicamente Tadashi había tenido la paciencia y cariño como para mantenerse junto a él todos estos años, siendo comprensivo y a veces entendiendolo más de lo que se entendía a si mismo; pero incluso siendo tan torpe y desentendido, era claro lo que algo pasaba ahora.

Incluso para él eran notorias las miradas discretas de Tsukishima a Tadashi, eran miradas largas y que parecían tener la intención devorarlo en el proceso; miradas mismas que eran totalmente desapercibidas por Yamaguchi. Habían interacciones que no terminaban de cuadrar. El rubio siempre se mantenía con una actitud estoica que lo había enrrabiar, pero se volvía más blando en cuanto Tadashi se acercaba. Seguía siendo frío y distante, pero lo miraba de una forma diferente, lo trataba de una forma diferente, incluso si fuera de manera sutil, lo priorizaba. Y aunque le gustará que tratarán bien a Yamaguchi, su trato lo enojaba, bastante.
Sus miradas le hacían enojar más. Se mantenían durante todo el día, no eran como las comunes que le daba a todo el resto, se podía ver un brillo diferente cuando observaba a Yamaguchi sin su conocimiento, de reojo o a sus espaldas. Lo miraba como esperando algo, esperándolo a él ¿Era eso normal? ¿Por qué parecía quererlo cerca si siempre lo alejaba? le parecía detestable su juego de jalar y soltar.

Pero hoy, las cosas se fueron de las manos, el karma actuó y sin notarlo, él también empezó a mirar.

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Todo el equipo estaba en los vestidores antes de empezar la práctica del día, algunos más concentrados que otros, que mantenían conversaciones con sus compañeros, entre ellos: Yamaguchi y Hinata. Prefería que Yams estuviera hablando con el enano que con el lentudo, era molesto, insistente, ruidoso y parecían estar en constante roce, pero era mejor que soportar ver a Tsukishima ignorarlo y que la conversación fuera unilateral.
Las risitas de los chicos eran a penas perceptibles y por más que tratara de escuchar su conversación no podía escuchar nada más que susurros; y a decir verdad se sentiría como un chismoso si no fuera porque Tsukishima estaba del otro lado de los lockers tratando de escuchar.

La pequeña conversación paró cuando fueron apresurados por el capitán a entrar al gimnasio, lo único después de esta fueron unas miradas a los dos chicos le dieron a sus amigos, seguidas de más risas cómplices.

― ¿De qué se ríen? ― Tsukishima preguntó conforme cruzaba la puerta.

― Nada, nada ― Yamaguchi sacudió su mano restándole importancia y se incorporó con el resto del equipo, dejándolo con la duda.

La práctica siguió normalmente, bueno, como parecía era normalmente para ellos.
Una que otra pelea, Tanaka idolatrando a su manager, gritos y Daichi tratando de mantenerlos a raya.

Yamaguchi y Hinata practicaban juntos, a Kageyama no parecía molestarle pues no consideraba al pelinaranja como un rival, pero ahora estaba prestando más atención a los intentos por rematar de Hinata.
Este no había parado de intentar rematar para el pelinegro (incluso si había sido rechazado todas las veces) y por esta ocasión, "aceptando" su derrota, se conformó con sus prácticas junto a Sugawara y Tadashi.

― ¡Una vez más! ― Insistió nuevamente. No había parado desde que terminaron de calentar y a este punto, Yamaguchi se estaba preocupando por que no le fuera a dar una taquicardia por su esfuerzo.