1° ¡ NO RESPIRO, NO RESPIRO!

43 3 2
                                    

No respiro.
No respiro.
Ya no puedo hacerlo más.
Mis manos tiemblan, mi corazón lleva marca, mi alma está rota, mi mente saturada. Y de mis ojos caen mil y un lágrimas.

No recuerdo el porqué pero en mis ojos llueve.
Nadie sabe del hoyo en mi corazón. O el nido en mi garganta.
Carga que se a convertido en insostenible, años de esta vida no grata.

NO.
NO SÉ.
¿¡ Como cezar este llanto!?
Mis uñas están traspasando mis palmas.
Mi respiración es incontrolable.
¿ Se desatará toda mi rabia?...

Pues en mi mente están los recuerdos exactos.
El dolor que tengo.

-¿ Y aquella sonrisa inocente que solías portar? - dice una antigua conocida.
-¿Cuál? La que me fue arrebatada, destrozada, borrada y hoy es inexistente. ¿De ella hablas?
Con visible horror me comenta:
- Tus brazos lloran sangre..
- Lose mis gritos e insultos, ya no son suficientes.
-¿ Pero que te llevo a ello, a esto, a todo?

Como le digo que ni yo lo tengo claro.
Entonces entendí que con ella no haría falta mentir.

- En realidad no existe respuesta a tu pregunta. Quizá el ver a mi " superheroe" marcharse, mientras mis ojos soñadores se dormían observando aquel teléfono, quizá fue la muerte, quizá mis gritos diarios, quizá mis súplicas nunca escuchadas o simplemente cada lágrima que no deje caer.
-¿ Pero qué es lo que sientes?
- Mi mente es bombardeada constantemente, mi corazón sigue intentando ubicarse y encontrar un lugar, mi aura lleva una inmensa mancha y mi alma me encargue de que se liberará.
-¿ Alguna vez consideraste la opción de cambiar?
-¡NO! Por nada pensaría en cambiar mi forma de ser, sentir o soñar. Siempre me guió por el instinto.
-¿ Porqué estás heridas y cicatrices que llevas?
- Porque los monstruos que llevo dentro necesitabas hacerse visibles y ser vistos.
-¿ Pero tienen razones suficientes para destrozar tu ser?

¿Razones suficientes? Nada justifica lo que me hicieron.

- No, no las tienen.

Entonces me puse de pie, daba por terminada la conversación, de seguro mi rimel estaba corrido y mi ropa manchada así que antes de salir de este cuarto buscaré un espejo para arreglar por lo menos la máscara que los demás verán.

Cúando me mire al espejo no logré ver a nadie.

- Perdoname-dijo su voz a lo lejos-pero ya era tiempo de que estés en paz, dejaras de mutilar tu cuerpo y alma.

Busque con la mirada su voz y reconocí a tan bella mujer que se hace llamar la muerte.

~Anai Cueva

De Colores a Marrones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora