La resurrección de un Dios T.1

El comienzo de una nueva vida

Muerte

¿Morir para vivir? Pensé que solo las sectas religiosas decían eso...

Yo creía que me iba a ir al infierno, pero resulta que estoy en un mundo fantasioso... ¿Será que este es el cielo? Después de la muerte, ¿hay un paraíso donde todos viven plácidamente?

¿Será que este es mi pedazo de cielo? Siempre soñé con vivir en un mundo de magia y guerreros donde yo fuera un caballero o un caza recompensas con una espada que solo yo pueda portar...

Ja... si esto es el cielo, debieron equivocarse de persona. Yo no creo en la existencia de un dios y siempre fui un hijo de perra con mis padres. Solo espero que esta vida no sea una mierda...

- Joder... ¿Qué me pasó? - Solo recuerdo haber caído al suelo con un lago de sangre llenando mi cuerpo alrededor. Me levanté, sacudí mi cuerpo y miré a mi alrededor. Estaba en un campo verde con flores tan amarillas que llenaban mi corazón de felicidad... lástima que no duraría mucho...

Una chica con cabello rosa y dos coletas, y un ropaje que parecía antiguo, más específicamente un tipo de traje de color verde grisáceo que dejaba los hombros al descubierto, también unos pantalones ajustados de color café hechos de piel, me miró con cara de desagrado mientras tenía los brazos cruzados y con una voz chillona exclamó: "¿Qué estás haciendo aquí? ¡¿No sabes que es propiedad privada?!" Diría mientras me lanzaba una roca a la cara... caí al pasto de nuevo por el impacto, a decir verdad, la chica tenía una gran puntería... "¡¿Qué carajo te pasa?!" Grité para que me diera una respuesta coherente, pero lo único que recibí fue un chillido que, la verdad, no entendí. Creo que quería saber por qué estaba ahí, así que respondí... "Mira niña, no sé dónde estoy. Lo único que recuerdo es caer al suelo y un montón de sangre llenando mi cuerpo... cuando desperté, aquí estaba, ni siquiera sé dónde estoy..."

La niñata arrogante me miró y simplemente pasó de mí para luego seguir su camino. Me quedé verdaderamente confuso... así que le grité dónde carajo estaba y por qué de repente dejó de preguntarme cosas.

Simplemente me respondió con una palabra: "moriste". No lo podía creer. ¿Cómo pude haber muerto? Según yo, el renacer en un lugar es cosa de los animes. Aunque pensándolo mejor, todo aquí parece un anime. Ja...

- ¡Oye, niña!, ¡espérame!, respóndeme algo. ¿Cómo morí?, ¿Qué debo hacer? o ¿a dónde debo ir? o ¿Cuándo morí?

- Número uno, no soy una niña. Tengo 3,000 años y no puedo responder a tus preguntas. No soy una psíquica... soy un elfo... - respondió.

- ¿No los elfos tienen cabello rubio? - ella indignada al escuchar lo que dije me miró con total desagrado y me dijo: "Número uno, eso es algo racista. No todos los elfos tenemos el cabello rubio, algunos lo tienen café, otros negro, otros... rosado..." diría en voz baja la pelirosa... "Oh ya veo... ¿te avergüenza tu cabello?" - pregunté, pero la chica solo rió y me dijo: "No seas estúpido, mi cabello es bastante hermoso. De hecho, los hombres normalmente se me quedan viendo y desean tocarlo, pero jamás los dejo. Aunque tú eres diferente a ellos, no viniste a tocarlo o a coquetearme, eres raro." Me dijo mientras pasaba su mirada de pies a cabeza.

A decir verdad, no podía creer que tenía 3,000 años, pero también estaba seguro de que decía la verdad sobre que morí. En mi anterior vida no había paisajes naturales tan hermosos como este... a decir verdad, de donde vengo, la humanidad acabó con todo rastro de paisajes naturales, todo por el dinero o eso se dice.

- Oye, ¿Cómo es que tienes 3,000 años? Pareces una ni... -

La pelirosa no me dejó terminar, me fulminó con la mirada amenazante que traía por alguna extraña razón sabía que sería capaz de matarme independientemente de su altura y complexión.