Capitulo 4 - Nervios

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Los diálogos van en la misma línea que en anterior capitulo, imaginen que los diálogos en cursiva son del idioma del país que este hablando.

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En algún hotel en New York, muy temprano por la mañana, se encontraba un nervioso ruso preparándose para una reunión de la organización que buscaba la paz mundial

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En algún hotel en New York, muy temprano por la mañana, se encontraba un nervioso ruso preparándose para una reunión de la organización que buscaba la paz mundial.

Se estaba cerciorado de que todos los papeles pertinentes estuvieran dentro de aquel típico maletín elegante de negocios por milésima vez, y de paso, se veía en el espejo en busca de algo fuera de lugar en su persona por enésima ocasión. Cualquiera que lo viera (a pesar de su inmutable inexpresión), diría que está nervioso por la junta.

Nada que ver con la realidad.

La pobre mente del ruso estaba acaparada de cierto latino tricolor de sonrisa cálida y ojos brillantes, prácticamente viviendo ahí y sin pagar renta.

Ya han pasado unos meses desde ese encuentro furtivo con México en aquel pasillo del mismo edificio al que iba, y no ha vuelto a hablar con el latino desde entonces.

Lo peor es que si ha tenido varias oportunidades de volver a acercarse, ya sea en otras juntas de otras organizaciones, 3 meses de oportunidades desperdiciadas, simplemente porque le invadía la incertidumbre de no saber qué hacer o decirle, así que solo lo observaba en la lejanía de la sala.

"Tan cerca pero tan lejos" pensó el ruso soltando un suspiro y abandonando por fin aquella habitación de hotel.

Cuando menos lo esperaba ya había llegado al gran edificio de la sede oficial de la organización de las naciones unidas, al entrar a la sala de reuniones vio que no había nadie dentro.

Por un momento quedo sorprendido, hasta que cayo cuenta que había llegado más temprano de lo normal por los nervios de ver al mexicano, suspiro irritado, cualquiera que hubiera estado junto a él en ese momento se estremecería del miedo por la cara que estaba poniendo ahora mismo.

La verdad no le gustaba para nada estar más tiempo de lo necesario en ese lugar donde se supone que debe haber paz en las naciones, pero irónicamente es todo lo contrario, el sentimiento de molesta aumenta al recordar al insufrible del país norteamericano anglosajón.

Sin más que solo respirar hondo en un intento vago de calmarse, se fue a su asiento asignado y espero a que los demás países llegaran, lo cual sucedió de a poco, lentamente se llenaba la sala y con ello pequeñas conversaciones entre algunos países a voz baja quitaban el silencio del lugar, otros simplemente usaban sus celulares para hacer más amena la espera.

Rusia mantenía la mirada en la mesa de enfrente suyo y cada que escuchaba la puerta abriéndose dirigía su mirada hasta ella con la esperanza de ver a aquel enérgico tricolor de sonrisa brillante, pero terminaba decepcionado cuando no era el caso, aun a sabiendas que México no era de llegar temprano.

Avión de papel ~Rusmex~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora