Prólogo

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El amor duele


Una habitación oscura cuyos rayos del sol apenas y podían entrar, las campanas de viento sonaban con delicadeza al compás de las ráfagas que volaban junto con las horas de aquel día... "sorprendente", pensaba el rubio mayor ante el repentino recuerdo que había llegado a su mente durante su lucha, viendo a una bella mujer frente de él en vez de a su contrincante... sin darse cuenta que tuvo una "regresión" temporal, volviendo a ser un niño que visitaba a su madre enferma a su habitación junto con su hermano menor quien, por el cansancio, no logro pasar más tiempo con ella... pues no le quedaba mucho tiempo, algo que este le dolía el recordarlo, pero se mantenía firme... por una promesa que fue hecha esa misma fecha

-Los bendecidos con más talento que otros, deben usar esa fuerza por el bien del mundo- decía su madre mirándolo directamente, despertándolo de su distracción y metiéndose profundamente en el recuerdo, pudiendo sentir tantas emociones a la vez por algo que sabía perfectamente que sucedería: confusión por el discurso de su madre, confianza de asumir el "papel" que ella le estaba pidiendo que hiciera, alegría de que reconocieran no solo su fuerza sino también su gran corazón, miedo de no poder cumplir con sus expectativas de él en el futuro, y dolor porque ella ya no se encontraba en sus vidas como a él le hubiera gustado -Es imperdonable usar la fuerza concedida por el cielo para herir a otros y empoderarse- argumento con mayor firmeza para que pudiera entenderle su hijo mayor, quién ante la mención tuvo varios flechazos de sucesos que no encajaban con aquel momento en particular, mucho menos de los vividos en su hogar: entrenamientos lejanos, recuperaciones excesivas, amigos mayores, enemigos peligrosos... y un niño... este siendo el que más curiosidad le generaba... al mismo tiempo que calma y tranquilidad... cegado por la imagen de un ser peli-rosado que se hacia llamar "Akaza".


Los amigos se van, el tiempo se pierde, los recuerdos no se olvidan, las promesas se rompen...


-Ayudar a los débiles, es el deber de los nacidos con fuerza- decía su madre demostrando una mirada que combinaba tanto seriedad como esperanza, sabiendo que su hijo aprendería de esta gran lección y que la llevaría a cabo aunque fuese lo último que hiciera, dejándolo muy asombrado a pesar de saber lo que le estaba pidiendo, pues la misma emoción transmitida seguía siendo como la primera vez... pero algo era diferente, él era diferente, sus emociones y convicción lo eran... pero, ¿Por qué? ¿Por quién? -Nunca debes olvidar eso- pidió como su último deseo a Kyojuro, volviéndolo a despertar de sus "huidas" al sub-consciente de su mente para que pudiera responderle con una gran afirmación y un fuerte abrazo hacia ella... sin importar que solo fuese un recuerdo, ella seguía siendo su querida madre y la respetaría hasta el fin de los tiempos, en este caso, los suyos.

Era doloroso volver a tener que recordar ese día, siendo su fuente de energía, y su mayor debilidad... una combinación opuesta que le daría la fuerza necesaria para matar a la luna superior que tenía de frente... como también... desgastando lo que le quedaba de vida sin antes haber dicho aquello que empezó a sentir durante su estadía en el Tren Infinito... por aquel a quien, sin duda alguna, se convertiría en su sucesor... y que en esos momentos, lo miraba con lágrimas en sus ojos.


Pero la vida sigue

.....

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-Todo esto es tan frustrante- dijo Tanjirou dolido mientras miraba el suelo de manera nublada por tanto llanto liberado, estando de frente de su "maestro" quien, luego de una batalla exhaustiva, murió con una gran sonrisa en el rostro por haberlos defendido y protegido de una de las 12 lunas demoniacas, buscando una respuesta a tanta impotencia y resentimiento en contra del mundo entero por todo lo que ha tenido que vivir a su corta edad... mirando al pasado reciente de una conversación informática que, poco a poco, se volvió en una charla relajada con una persona de buen corazón y bien intencionada en lo que sus amigos resolvían sus propios problemas con respecto al "señor de esas tierras"... surgiendo muy en el fondo una emoción nunca antes sentida hasta ahora... y que tras su muerte, intentaba retener desesperadamente en su interior.


Hubo un tiempo en el que me aferraba a la esperanza y rechazaba las maldiciones...

Pagando un precio porque existiese ese milagro...


-Cada vez que aprendo a hacer algo nuevo... descubro que hay mucho más que no se- argumentaba molesto Tanjirou, tratando de explicarse en lo que alzaba la mirada para ver a sus amigos, encontrándose con la imagen solloza de ambos por el sacrificio del Pilar de la Flama, a la vez que confundidos por sus palabras... porque había algo oculto entre ellas, mucho más allá que no eran capaces de entender... y que el mismo Tanjirou se negaba en confesar... porque él no tenía esa fuerza, no en esos momentos... segado nuevamente por los recuerdos del Tren Infinito que fueron impuestos por el demonio y de aquellos que podía asegurar que eran propios de verdad.


Mientras espero a que llegue, sigo con esta infinita lucha contra los demonios...

Repitiendo por siempre las mismas tragedias vividas...


-Siento que me estoy quedando atrás- expulso Tanjirou sin aire en sus pulmones, cerrando con fuerza sus ojos, esperanzado de que lo sucedido fuese otro mal sueño y que seguía dentro del tren al lado de aquella persona que, sin duda, lo acepto al lado de su vida como una nueva página de su historia y que iba a empezar tras la finalización de su misión, una conexión que en tan solo 15 minutos pudieron desarrollar y de un nuevo comienzo para todos dentro de un mundo que las arrebata injustamente... esperaban mucho... soñaban mucho... sintieron mucho... y el tiempo no dejó que las cosas siguieran ese curso, trasgrediendo la ruta establecido y rompiéndose en un ciclo que no iba a tener fin.


Soñando que me encontraba con aquella sonrisa familiar...

Una vez más...


-¿Es posible que alguien como yo... pueda ----- Rengoku-san?


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Notas del autor: Hey chiquillos, ¿Cómo están? Hacia tanto que no escribía una nueva historia, y que mejor momento tras el regreso de Kimetsu no Yaiba, ¿emocionados por el estreno de la segunda temporada? Yo estando a mares por la tragedia venidera que no me contuve y volví a verme la película, así de sádica soy TTwTT... mi hermoso Rengoku, te perderemos otra vez :"v/... 

No me miren de ese modo, todos pasamos por lo mismo... y tampoco me juzguen, todos aquí vimos algo entre Tanjirou y Rengoku en la película, no traten de negarlo, es por eso que están aquí ¬¬ ... y se los agradezco mil >0<.

Pero bueno, dejando eso de lado, quería explicar un poquito de que trata está historia, una pequeña recompensa para aquellos que dieron el paso en leer hasta el final de este prólogo; no es gran cosa en realidad, se trata de un pequeño Au ligado a los hechos vividos tanto en el manga de Kimetsu como en su película del Tren Infinito donde nuestros protagonistas (únicos en dialogo) se ven reflejados por momentos de confusión y duda ante la idea de que el desenlacé no es favorable... por lo que el término de "destino" se encontrará presente en estos capítulos, dependerá de ustedes el descubrir lo que está oculto más allá de la memoria perdido en el tiempo~

Les estaré leyendo linduras, espero verles pronto~

Atte. Ali <3

Memoria de un tiempo perdido (Kyotan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora