[🎃👿One-Shots de Tokyo Revengers👿🎃]

[💜Mitsuya Takashi💜]

Vamos a arrancar Soft con mi papichulo, digo- ✨NUESTRO✨.

—Hakkai... ¿Lo dices en serio?—preguntaste.

Hakkai se encontraba nervioso, no sabía como explicarte lo que estaba pasando sin que lo vieras.

—_____, necesito que vengas... es en serio... yo...—el pobre por poco no entraba en un ataque de histéria.

—Okey, okey, iré, cálmate ¿Si?

Hakkai asintió y se dió la vuelta. Se subieron a su moto y arrancó a gran velocidad. A los momentos ya estaban en la casa de Mitsuya. Bajaron y tocaron la puerta, dentro había mucho ruido, niños llorando y cosas cayendo. 

Un Mitsuya desaliñado les abrió rápidamente y suspiró de alivio al verlos.

—Gracias por venir.

Los dos asistieron y entraron, cerraste mientras veias como Takashi corría al living muy apurado.

Hakkai se asomó en esa habitación y se puso pálido. Hiciste lo mismo, y una risa amenazaba por salir.

Los de la ToMan estaba todos convertidos en niños pequeños, menos ustedes tres.

—Mitsuya, ¿que pasó? 

El te miró y luego miró a los niños.

—No lo sé, pero sucedió de repente cuando yo estaba en la cocina.

—P-pero... no es normal.—balbuceó Hakkai.

—¡Claro que no es Normal! ¡Ay, Mikey para, deja eso!—habló Mitsuya mientras batallaba con un Mikey de 6 años que lo estaba golpeando con una cuchara.

Tu no sabias si reir o mantener la cara de preocupación para que no se enojara.

—Mirarle el lado bueno, ahora no pueden incendiar una casa.—los señalaste.

—¿Quieres ver que si?—preguntó Takashi, mirándome desesperado.

Hakkai miró por todos lados como buscando ese algo que provocó este extraño pero tierno suceso. En eso agarró el control remoto y prendió la tele. Era un canal de dibujos para niños, pero sin previo aviso, la figura de Hakkai se esfumó, seguido de un llanto.

—Oh no... no me digas que...—dijeron a la vez.

Te asomaste detrás del sofá y ahi estaba un Hakkai de 5 años, luchando con la ropa gigante que tenía encima.

—Awww cosita~

Mitsuya te dio un sape y levantó al niño.

—____, apaga el televisor ahora mismo, y no lo mires.

Eso hiciste, agarraste el control y asomando la mano sobre el sofá lo apagaste, luego te asomaste para ver.

—Ese canal... ¿Crees que eso fue lo que causó que se convirtieran en niños?—le preguntaste.