¿cómo ser un león?, pero si es un gato, alfa estúpido

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⟨EPÍLOGO⟩

Mitsuki no sabía qué responder, pero atinó a darle unos zapes a su hijo, por idiota.

“Que la diosa Shimura me dé paciencia. ¿Cómo es que piensas que Izu-chan es un León? Ay por Yagi, le llamaré a Kyoka. Quieto, y deja de gruñirme, maldito animal roñoso.”

Se dirigió afuera de su nido, al salir, aulló algo inteligible para cambiaformas no leones, y pronto Kyoka llegó.

Kyoka no tardó mucho en llegar, ya que si se trataba de hacer sentir estúpido a Katsuki, ella no tardaría demasiado. Eran leyes de la vida, un Alfa bruto como él debía de conocer a una Omega inteligente como ella para burlarse.

Ella era una leona también, ya estaba en un harem, su Alfa era Hanta Sero, un completo payaso.

Mitsuki habló, explicándole la situación.

“Bueno, querida. Éste idiota cree que Izu-chan es un León, y lo quiere como omega.” Kyoka no aguantó y se largó a cagarse en carcajadas. Bueno, es que Izuku había llegado apenas un año y medio atrás, creyó que era demasiado obvio el hecho de que el omega pecoso era un gatito.

Masaru, el esposo de Mitsuki, lo había encontrado perdido en la enramada de los inicios del territorio, y, con su corazón de pollo lo adoptó para llevárselo a su Alfa.

A Mitsuki le pareció adorable, pero apenas llegar, el gatito se pegó como garrapata a Katsuki imitando todo lo que hacía. Así que el Alfa se auto proclamó como su Sensei, ya se veía venir que quisiese incluir al pecoso en su harem.

¡Nunca pensó que Katsuki, realmente, creyera que Izuku era un León! Por alguna razón se tomaba a juego los «León enano» que Katsuki sacaba.

El Alfa les gruñó, a las dos.

“¡¿Y QUÉ SI LO QUIERO CÓMO OMEGA, LEONAS INÚT- La leona mayor le dió un zape.

“Aprende a escuchar, desgracia de hijo.”

Kyoka tomó aire y empezó: “Bien, Izuku-kun es un f e l i n o, pero él no es un León, por Yagi, ¿Por qué pensaste eso? Es un gato. Por eso es pequeño y huele bien, no hay problemas con incluirlo en tu harem, que yo sepa. Aunque no sabe cazar, y tendrás que cuidarlo...”

Mitsuki la interrumpió. “Ese es otro punto, Katsuki lo quiere solo a él, sin el harem. Solo. A. Izuku.” Kyoka abrió la boca, sorprendida. Por la personalidad de Katsuki cualquiera creería que le iba a la poligamia a pesar de su naturaleza, y que disfrutaría de aquello.

B-bueno, eso es diferente... Necesitas dar crías fuertes como próximos líderes, sean omega o alfa... Y si tomas solo a Izu-chan... Por Yagi, Katsuki, por algo tan simple haces una tontería.” El Alfa le gruñó, nuevamente, mostrando sus colmillos.

Katsuki no había pensado aquello. Su juicio se nublaba al pensar en el gatito y sus adorables manerismos. Es decir, el maldito daba ternura hasta al cagar, lo comprobó.

“A todo esto, ¿Izuku sabe que lo quieres como omega?” a Katsuki se le crisparon los pelos. Ese era otro punto, el León estaba casi seguro de que el gatito se sentía atraído por el, tantos arrimones no podían significar nada. Aunque admitía mentalmente que fue estúpido ir a hacer aquella petición sin preguntarle al mini león. «gato» se recordó.

N-noKatsuki tartamudeando, increíble.

Mitsuki largó un rugido, una mezcla entre furia y burla.

“¡Pero le voy a decir, vieja, solo dame el visto bueno y ya, no te metas, ese bastardo será mí leo- gato!” gruñó avergonzado. Mitsuki siguió riendo, entre que se le salían algunos rugidos. Kyoka estaba súper sonrojada por la idiotez de su primo.

“Bueno, pues ve y dile, hijo bastardo. Ah, y por favor, escoge un harem, imbécil. Incluye a Izuku, hazlo tú omega, dale la marca o lo que quieras, pero piensa en la manada, por su bien crea un harem.” Katsuki afirmó apretando los labios, era algo bueno.

⟨🦁🦁🦁⟩

Izuku estaba tranquilo, solo pensando en el pecho calientito de su Sensei. Soltó un ronroneo chiquito, tratando de no pensar aquello, pero inevitablemente su hilo de pensamientos lo llevaban de nuevo con el rubio.

Pronto Katsuki haría su harem, y lo apartaría, le dolía, pero era lo mejor para la manada. Ignoraba deliberadamente que el jueguito este de hacerlo parecer un león –que era un gato, por amor a Shimura– era para, precisamente, incluirlo en el harem.

Su naricita se movió impaciente al captar un fuerte aroma, aroma a Alfa.

Era su Sensei que llegó, mirándolo más raro que de costumbre, algo habrá pasado.

“Deku.” llamó. Tenía los puños apretados, y ésta acción no pasó desapercibida por el gatito, que ladeó su cabecita peluda y dejaba de jugar con sus patitas. Cambió a su forma humana, tapando su colita con un pedazo de piel.

Pronto, Katsuki agarró aire, soportando la intensa mirada verdosa, que solo le hacía recordar su posible miseria si éste no aceptaba.

“¿Quieres estar en mi harem?” Cualquiera creería que aquello fue demasiado tosco, pero Izuku, que le conocía mucho, se dió cuenta de lo nervioso que estaba. Y eso le fascinó.

Sus ojitos brillaron ante la propuesta, joder, era de las cosas que más deseaba. Sin siquiera medirse, se tiró sobre el amplio pecho, que aún en su forma humana, se tentaba a decir lo enorme que era.

“¡Miaw~, Sensei!, ¡Claro que sí~” los ronroneos fueron inevitables, aunque Katsuki lo agradeció eternamente al destensar sus músculos, rígidos por los nervios.

Las manitos de Izuku se enredaron en el cuello del rubio, juntando sus frentes y narices, mientras que sus piernas gruesas estaban enredadas en la cintura del Alfa.

Le estaba dando un besito esquimal, que ya se lo había dado varias veces, el gatito era un encimoso y solo Katsuki tenía la dicha de soportar aquello. En un acto juguetón, mordió suavemente la oreja del mayor, esta se tornó rojiza, tanto por la mordida como por lo avergonzado que estaba el León.

Las pequeñas manos escalaron a las orejas peludas que se escondían en el desastre de pelo que era Katsuki, rascandolas.

“Y... ¿Quiénes más están en el harem~? ” Deseó tanto que fueran unas leonas amigables.

“Las dos rosadas” fue lo único que le respondió, aunque rápidamente Izuku entendió, Mei y Ashido. Eran perfectas.

Soltó un chillido emocionado, podría jugar más con las leonas, y... ¡Era asombroso! Por la mañana iría a darles una visita a las leonas, tendrían que mudarse todos a su nido, las feromonas de las leonas lo llenarían, se iba a sentir tan cuidado, y calientito.

Katsuki sonrió aliviado, la verdad que casi se le iban los huevos a la garganta.

Ahora Izuku era su omega, su gatito, que tendría sus gationes, tendría su harem y él sería el próximo Alfa de la manada Bakugou. Al final, todo salió relativamente bien.

Fin.


little lion || katsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora