"Capítulo 8"

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Decir que el banquete no salió bien era quedarse corto.

Wei Wuxian y Lan Wangji tuvieron que separarse físicamente, al menos, por un tiempo, pero al menos sus clanes estaban sentados uno al lado del otro. Y, por supuesto, todavía tenían su vínculo, por lo que aún podían hablar.

Jin Guangshan se sentó a la cabeza de la sala, en el estrado frente al trono de Wen Ruohan.

"Sutil", pensó Wei Wuxian con sequedad y Lan Wangji casi se atragantó con su bebida.

Al principio no fue tan malo. Todos los líderes de la secta y sus discípulos se felicitaban mutuamente por los roles que habían desempeñado en la campaña. La gente desconfiaba claramente de Wei Wuxian y su Amuleto del Tigre Estigio, pero nadie se atrevía a decir nada al respecto ni a ser irrespetuoso. Jiang Cheng también recibió muchos elogios, lo que pareció animarlo. "¿Le has hablado sobre los refugiados Wen?" Preguntó Lan Wangji.

"Sí", dijo Wei Wuxian y transmitió el plan de Jiang Cheng en un estallido de pensamientos. Lan Wangji descubrió que en realidad era bueno. Dado que Lan Xichen ya había ofrecido la idea de campos de prisioneros, el plan de Jiang Cheng era pretender 'descubrir' a los refugiados Wen que habían huido a Yunmeng en unas pocas semanas y ponerlos en un 'campo de trabajo' que en realidad sería solo un pueblo en el que podrían vivir.

"Inteligente", dijo Lan Wangji. "Mucho mejor que esperar a que te descubran".

"Idea de Wen Qing", dijo Wei Wuxian y ambos compartieron una mutua falta de sorpresa por esto.

Lan Wangji se distrajo de la conversación en curso cuando Jin Guangyao se acercó para compartir una bebida con su hermano. Vio la suave sonrisa en el rostro de su hermano y sintió que todos sus instintos protectores salían a la superficie. Wei Wuxian extendió la mano y agarró su muñeca, aunque claramente estaba destinado a consolar, no restringir. "Tranquilo, Lan Zhan. Todo lo que podemos hacer por ahora es observarlo".

"Lo sé", dijo Lan Wangji odiándolo. "Pero, ¿Cómo puedo hacer eso, si tengo que volver a Lotus Pier contigo?"

"¿Lo harás?" Wei Wuxian se sorprendió y Lan Wangji lo miró. "¡Ah, no me mires así! Supuse que querrías volver a Cloud Recesses. Todavía hay mucho por reconstruir allí, tendrás que reclutar y enseñar a nuevos discípulos. . ."

El silencio se sentó entre ambos. Silencio y un océano de nostalgia, porque Wei Wuxian tenía razón. Ambos eran necesarios en sus respectivos hogares. Wei Wuxian no podía abandonar a Jiang Cheng y sus intentos de revivir la secta Jiang, cortejar a Wen Qing y proteger a los refugiados Wen, de lo que Lan Wangji podía abandonar Lan Xichen, sus esfuerzos por reconstruir los Recesos de las Nubes y su necesidad de estar protegido de Jin Guangyao.

"Hey", dijo Wei Wuxian, "podría ser peor. Quiero decir, está bastante claro en este punto que este vínculo no va a desaparecer, a pesar de que he perdido mi núcleo dorado. Así que todavía podremos hablar todo el tiempo. Puedes venir a verme cada pocas semanas. No será, ya sabes, genial, pero creo que lo superaremos. Ciertamente hemos pasado por cosas peores".

"Mn", pensó Lan Wangji deliberadamente y Wei Wuxian se rio entre dientes.

"Hay algo que me ha estado preocupando", dijo Jin Guangshan desde el frente de la sala. "Fue inapropiado que lo mencionara antes, debido a la campaña".

"Inapropiado debería ser su nombre de cortesía", comentó Wei Wuxian con amargura y Lan Wangji casi se ahoga de nuevo.

"Ahora se han suprimido todos los disturbios y ya no tengo más preocupaciones. Afortunadamente, todos ustedes están aquí hoy, así que espero que todos puedan ser testigos. Como todos saben, el líder del clan Jiang Fengmian y yo éramos tan cercanos como hermanos".

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