Dejarlo todo atrás||Lovey Princess||Fan Fic||

Cap. 10

Créditos de la imagen a Spoon.

<<No siempre la historia finaliza, ¿No es por eso que existe la continuación?>>

¿Qué es lo que esta pasando?

¿Por que están tan enojados?

Al parecer el ataque ya ha cesado...

¿Por que esta aura...?

Todo esta tan tenso...

—Se que tienen dudas, pero no hay nada porque mas temer, los ataques han cesado debido a la ayuda que brindo la Primer Princesa del Imperio... ella... mi hija... ha fallecido salvando nuestro pueblo... —.

Los murmullos se detuvieron, todo el pueblo se arrodillo juntando un gran pésame hacia los varones que no parecían para nada contentos, cruzados de brazos veían un punto fijo del suelo.

'Ella no esta muerta, yo lo se, lo siento...'

¡Alabada sea nuestra emperatriz!

Todo el pueblo se unió, llevando flores a la difunta heredera. Los rumores corrieron rápido y todo el continente se entero, distintos representantes de Atlanta, Arlanta y Obelia, llegaron para dar el pésame...

Los amigos que ella hiso con los Imperios llegaron en la atención con gran dolor por el destino que le fue dado a la buena amiga que les fue mandada en los caminos de los Príncipes.

Hasta el gran tirano Claude, que visito la tumba de la desgraciada hija que jamás pudo apreciar lo suficiente, no fue capaz de velar por ella, de dar un paso por quererla, y ahora era demasiado tarde...

'Soy un idiota...¿Qué he hecho todo este tiempo? Sol... ¿Esto no es una broma? ¿No?'

Las lagrimas dieron su momento, inundando la sorpresa en los demás presentes, que presenciaban el acto más extraño de el emperador de Obelia, estaba llorando, por la joven dama, era consolado a la distancia por su fiel compañero Felix Robain.

—¡Ella no esta muerta! ¡Ya te lo dije! —.

—¡Ella se fue Lucas! ¡Se fue! ¡Detente! Por favor... —.

La pelea se volvía pública cada vez más, la gente cerca empezó a llegar a escuchar la conversación más dolorosa que pudieron haber escuchado acerca de la muerte de la Princesa, dos amores que jamás pudieron hacer las cosas correctas, no pudieron ser felices de buena manera.

El emperador de Siodonna hiso su aparición junto con Guill su caballero, se veía muy desgastado y demacrado, las ojeras eran unas verdaderas bolsas negras debajo de sus ojos, la tez del emperador era cuestionable, no parecía comer adecuadamente, su salud estaba deteriorándose, a penas eran tres semanas de la muerte de la joven.

—Niño... ¡Ella no podría morir aunque quisiera! —.

—¿De que mierda hablas mago? ¡No seas idiota! La magia rosa ya no existe en ella —.

—¿Yo idiota? ¡¿Tan siquiera sabes en que consiste la magia rosa?! —.

—Admiro la paciencia que te tuvo Athanasia, eres un completo enredo —.

—¿Eso crees? ¿Deberíamos de arreglarlo de otra manera no crees Sir Zas? —.

—Me parece espectacular, Sir Lucas —.