Dejarlo todo atrás||Lovey Princess||Fan Fic||

Cap. 12

Créditos de la imagen a Spoon.

<<Tus desgracias es lo que más deseo ver pero no las mías>>

—¡Mierda! Debemos apurarnos.

—¡Joven Lucas! ¡¿Puede ver algo?!

—No, nada, ella ha bloqueado todo tipo de de intercepción de magia mía.

—No puede ser...

—Esperen, he encontrado una grieta, nos puedo teletransportar desde ahí.

—¡Bien! ¡Vamos, Lucas!

Un chasquido fue suficiente para cambiar el panorama de los largos pasillos del Palace Cariel, a entrar finalmente a la ciudad Imperial.

—Felix, evacua a los empleados.

—De acuerdo su majestad.

—Iré por Athanasia, de seguro ha de estar siendo controlado por el maldito de Athanasio.

Una fuerte explosión se escucho detrás de ellos, rápidamente se pudo sentir la magia tan intensa que se acercaba con rapidez hacia ellos.

—¡Oh! ¿Eso crees? Zas~

—¡Athanasia!

El humo se borraba y se iba conforme la dirección del viento siendo por fin apreciable el rostro de la Princesa que sostenía una espada que derramaba sangre, aunque sus ropas no se podían escapar de las evidencias de las acciones tan despiadadas de la joven, una sonrisa se encontraba ya en su ya no tan angelical rostro, tan macabra...

—¡¿Qué te ha hecho?!

'No... que has hecho es la pregunta, según lo que dijo la señora Diana ella ha sucumbido al "buen" camino...'

—¿Quién...? ¿Tú...Claude...Felix...Lucas...Guill? —jugueteo con los nombres.

Los varones al escuchar sus nombres se tensaron y dieron un paso hacia atrás, era cierto quienes eran los verdaderos responsables de todas estas desgracias.

—Athanasia, ¡Tu magia no puede ser para estos fines!

—¿Y quien eres tu para decir eso? ¡Ey Lucas! mago omnipotente, ¿Qué harás? ¿Detenerme? ¿Y después? Esperaras a que vuelva a enamorarme de ti... y darme el trono de manera "civilizada" ¿Eso harás? O bueno eso planeabas con Zenith ¿no?

—Claro que no... ¡Nunca estuve enamorado de la quimera!

—Entonces simple, eres un imbécil, pero ya no importa, me desharé de ti, y de todos ustedes, y al fin mi venganza podrá completarse.

—¡Athanasia!

—Ah... eres tu tío...

El hombre de caballera negra para camuflarse caminaba lentamente jadeando de dolor, de su abdomen se derramaba un liquido negro que era parte de su sangre.

Al llegar y comenzar a atacar a la servidumbre sin dejar a ninguna mujer u hombre en cada Palacio, la dama que era su pase a la victoria le dio la espalda atacándolo, y dejándolo tirado agonizando, aun recuerda sus palabras.

¡Que ingenuo! ¿Yo ayudarte? ¡Ja! Destruiré este maldito Imperio, lo borrare del estúpido mundo.

¡Pero tu...!

¿Ser emperatriz? ¡Que aburrido! Nunca ayudaría a quienes me dieron la espalda y me vengare lo hare, muchas gracias por haberme dado la iniciativa.