CAP II

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Cuando por fin entró a su apartamento, se sacó los zapatos y se colocó sus pantunflas

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Cuando por fin entró a su apartamento, se sacó los zapatos y se colocó sus pantunflas. Colgó su mochila en el perchero de la entrada y también su chaqueta.

Corrió rápidamente a su habitación, antes que nada se tumbó contra el colchón con una almohada en brazos enterrando su rostro y gritando de felicidad sobre ella.

一 Él es tan lindo... 一 sonrió torpemente.

Suspiró profundamente, en su mente comenzaban a formarse ideas de él junto a el chico de ojos bonitos, 一 como él le llamaba, ya qué aun desconocía su nombre 一, todos sus pensamientos fueron dispersados entre su imaginación cuando un muy familiar ronroneo apareció entre una de sus piernas acompañado de un maullido.

Era Shira, su gata, una muy linda de color gris, el gris común de siempre. La había adoptado ya hace un mes cuando caminaba por la acera de regreso a su pequeño lugar de estancia y descanso.

一 Hola pequeña sonrió enderezandose al mismo tiempo para poder así, tomar a la felina entre sus manos con unas cuantas cicatrices; le regalo un pequeño piquito en su narizita 一 ¿tienes hambre, no es asi?

En respuesta, otro maullido salió del osiquito, comenzó a trazar su camino directo a la cocina con la peludita entre sus manos.

Cuando llegó a el lugar propuesto se dispuso a hacer algo de comer. Aun que esto no le pareció buena idea, hoy tenía ganas de comer su platillo favorito, katsudon, y para su suerte él no sabía prepararlo todavía.

Tampoco quería molestar a su madre, tenía entendido que trabajaba todo el tiempo, aún teniendo con ella a su padrastro Toshi como él solía decirle de cariño 一 que le daba casi de todo.

La mujer decía que no podía estar ni un segundo sin hacer nada, esto le desesperaba y no podía mantenerse en paz nisiquiera un segundo, si no era un tupper mal acomodado en la alacena, era una planta sin regar, pero algo encontraba que hacer en su tiempo libre. Se había acostumbrado tanto a la activación constante  producto de años de trabajo diario, pues era una madre soltera en esos entonces.

Rió nervioso aún en un debate mental entre llamarla o no. Pero declinó, decidió pedirlo por medio de una aplicación; pronto llamaría a su madre o iría a visitarle.

Mientras esperaba su comida, rellenó el plato de su compañera con agua y el alimento especial para la misma. También se dió una ducha rápida.

Por fin el timbre sonó y él muy emocionado ya, abrió su puerta recibiendo con su cálida sonrisa al repartidor, sorprendido al encontrarse detrás de ella a alguien que conocía.

一 Oh, hola Kaminari-kun saludó cordialmente a un rubio con un mechón color negro en una rara forma de rayo 一 No esperaba verte por aquí.

一 ¡Hola Izuku! le regresó el saludo de igual manera, sin en cambio su saludo había un poco más voluminoso y entusiasta一 Yo menos, pero... los caminos de la vida rió y le extendió la bolsita color marrón al peliverde 一 Aquí esta tu pedido ¡en tiempo y forma!

𝙀𝙇 𝘾𝙃𝙄𝘾𝙊 𝘿𝙀𝙇 𝘼𝙋𝘼𝙍𝙏𝘼𝙈𝙀𝙉𝙏𝙊 512 © 𝘋𝘒𝘛𝘋 / 𝘚𝘏𝘕𝘒𝘔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora