CAP III

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El despertador sonó indicando que era hora de levantarse, 6:30 am para ser exactos, el momento en que el rollo de canela despertaba a prepararse algo de desayuno, alistarse y también para tener un buen tiempo a la hora de salir hacía su destino de...

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El despertador sonó indicando que era hora de levantarse, 6:30 am para ser exactos, el momento en que el rollo de canela despertaba a prepararse algo de desayuno, alistarse y también para tener un buen tiempo a la hora de salir hacía su destino de todos los días, la universidad.

Aún con los ojos nublados, apenas se acostumbraba a la luz de su cuarto ya que desafortunadamente no había mucha iluminación dada la hora. Soltó un bostezo largo y estiró su cuerpo, escuchando una que otra de sus articulaciones crujir.

Sonrió pudiendo ver mejor su entorno, encaminándose hacía el baño para enjuagar su cara y estar aún más activo. Dudó también, pero al final decidió tomar la ducha más rápida 一 o eso creía 一 e irse a desayunar.

Omelette, jugo de naranja, y también café, su desayuno de todos los días. Algunos lo considerarían mucho, otros poco, otros nada. Pero así le había acostumbrado su madre, decía "barriga llena, corazón contento" , y mamá siempre tiene la razón.

Ya cuando todo estaba listo y había terminado de cepillar sus dientes, cambiar su pijama por un conjunto normal: Una camisa amarilla, un overol de mezclilla café, sus zapatillas rojas y como cereza del pastel, un gorro en café más obscuro.

Al parecer era un atuendo muy infantil, o algo muy de niños pequeños, pero a él así le gustaba vestir, era su estilo y nadie se lo arrebataba. Realmente le agradaba usar prendas de ese tipo, que resaltarán su juventud.

Antes de salir, tomó su mochila y por poco olvida la carta, carta que tomo rápido entre manos y la llevó consigo, contando con tiempo suficiente para pasar a entregar su carta.

Sinceramente, ¿quién pensaría que en realidad la entregó?

Murmuró un millón de cosas antes de llegar a la puerta del 512, pero finalmente negó terminando por caminar directo a la universidad para no seguir perdiendo su tiempo.

Encontrándose al fin donde su destino, en la entrada se topó con el mismo rubio de ayer, quien emocionado al verlo, no se hizo de esperar y camino rápidamente a él con una sonrisa que daba a entender su cometido.

一 ¡Hola galán!, ¿cómo te fue? 一 le extendió la mano para poder juntarlas en un saludo.

一 Pues... una sonrisita nerviosa se mostro en sus labios con la vista postrada en sus tenis demostrando incomodidad. Chocó su palma contra la contraria al igual que su puños.

一 Anda, no creo que ta haya ido muy mal levantó los hombros sin importancia y para darle confianza también.

一 Define malo... o define si lo es no haberla entregado 一 aún nervioso rasco su mejilla, no sabe de donde rayos 一 su bolsa一 pero sacó el sobre y lo mostró a su compañero de ojos dorados.

一 Viejo ¡¿de verdad?! el rubio se dió un facepalm.

一 Es que yo... yo... y-yo la mirada persistente de su amigo en busca de respuestas lo atacaba, y ya desesperado levantó la voz 一 ¡ME PUSE NERVIOSO! apretó fuertemente sus ojos pintando su rostro de rojo.

一 Ya ya, rey del drama. A la próxima lo consigues, no tengo pruebas pero tampoco dudas. Además ¿quién no quiere ser tu novio? ¿o novia? 一 con confianza rodeó al azabache con su brazo por alrededor de sus hombros mirándolo de reojo 一 Uno porciento probabilidad, noventa y nueve de fé, la fé es lo último que se pierde y ya mejor entremos o nos sacan a patadas por tardar tanto.

Izuku rió divertido comenzando a caminar junto a el de hebras rubias, aún con el brazo de Denki por sus hombros.

Nadie creería que a unos cuantos metros un mitad pelirrojo mitad albino les observaba, analizando la situación, perdiendo un poco la esperanza. Pero tampoco quería pensar las cosas tan apresuradamente.

Se levantó de la banca y guardo su libro, 一 El principito, su función era recordarle a su madre, ya que, cuando era pequeño, solía ser el cuento que leía para ayudarlo a conciliar su sueño 一 se acomodó un poco el pelo y guardó sus lentes de lectura en su mochila, al igual que el libro e imitó la acción del ojidorado y el peliverde de entrar por fin a las instalaciones del campus.

Se levantó de la banca y guardo su libro, 一 El principito, su función era recordarle a su madre, ya que, cuando era pequeño, solía ser el cuento que leía para ayudarlo a conciliar su sueño 一 se acomodó un poco el pelo y guardó sus lentes de lectur...

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Denle un zape al Izuku por menso y una orden de alejamiento a Shoto por andar de acosador.

𝙀𝙇 𝘾𝙃𝙄𝘾𝙊 𝘿𝙀𝙇 𝘼𝙋𝘼𝙍𝙏𝘼𝙈𝙀𝙉𝙏𝙊 512 © 𝘋𝘒𝘛𝘋 / 𝘚𝘏𝘕𝘒𝘔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora