¿Acaso estar enamorado era un delito o algo así? Bueno para un demonio lo era, lo era tanto como para un ángel pecar.
Un demonio amando y un ángel pecando; me pregunto cuál será el resultado de este conflicto entre el infierno y el reino celestial...
"Pobre ángel acendrado que ha caído en la oscuridad y lujuria de un demonio, y ahora perderá su esencia de pureza y santidad"
Sunghoon jamás había le había contado a alguien la verdadera razón por la que ahora era un demonio, pero ese peculiar ángel transmitía un aura demasiado especial para él, lo hacía sentirse libre otra vez. (Cosa que jamás pasaría... O al menos no mientras viviera bajo el yugo de Satanás.)
Sin embargo le mintió, no le contó los verdaderos hechos esa tarde en el Edén. No quería verse débil frente al ángel.
Sin querer mientras más compartía con el ángel más grande se hacía su deseo de destruirlo, era obvio que él no quería hacerlo, pero a pesar de su poder y rango no podía evitar seguir siendo una marioneta de Satanás.
"Debido a tu desobediencia e inconformidad tú castigo será el exilio, las plumas de tus alas serán arrancadas y lo que quede de estas te sera cortado por la daga sagrada, a menos que te arrepientas por tus actos de pecado"
Esas habían sido las palabras del todo poderoso mientras el gritaba y lloraba de dolor por sus alas siendo cortadas y el ardor que esto le producía.
Pero ¿cómo iba a hacer eso?. El no se arrepentiría por algo que no había hecho, él ni siquiera debía encontrarse en esa situación. Lo habían inculpado de algo en lo que no tenía nada que ver.
Él solo estuvo en el sitio equivocado, en el momento equivocado.
— ¿Por qué a los mortales si les das todas las oportunidades que necesiten?
"Cada vez que ellos pecan en contra de mí reciben un castigo, ellos también deben arrepentirse y humillarse ante mí para obtener mi perdón"
— Desearía que los humanos padecieran al menos la mitad de mi dolor. Mi odio hacia ellos empieza ahora y no terminará hasta que esa asquerosa raza se extinga. — Sus palabras sonaban agonizantes y gotas de sudor corrian por su frente; solo se lamentaba por sus hermosas alas que ahora solo eran una estructura de cartílago rosa pálido y ahora se encontraba en proceso de transformación (Ángel-Demonio) gracias al rencor que se formaba en su corazón.
Después de eso fué arrojado al infierno dónde Satanás lo esperaba con sus brazos abiertos y sonrisa diabólica.
"Tú castigo por negarte a ayudarme será la destrucción, todo lo que a tí se acerque será destruido. Sin importar tiempo o circunstancia o raza, será destruido."
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Por esa razón ahora se encontraba desesperado por las ganas de cuidar y destruir a Sunoo, aquél ser de luz era demasiado bueno para estar con una persona tan despreciable como él.
Sabía que tenía que alejarse lo más pronto posible, pero también era consciente de que no podría hacerlo, el ángel no podría sobrevivir mucho tiempo en un mundo tan cruel como lo era el humano sin su ayuda...
Era inevitable permanecer cerca de Sunoo, simplemente no podía alejarse de él.
Quería tocar todos y cada uno de los rincones de su cuerpo, acariciar sus rubios cabellos, tomar sus pequeñas y pálidas manos y besar sus hermosos labios rosados.
Se había imaginado en ese escenario miles de veces y siempre terminaba en lo mismo.
Sexo
Y ahora que lo tenía acostado en su cama junto a él, con sus manos entrelazadas no podía evitar que su mente le recordara esas imágenes mentales que se había creado con el pequeño ángel.
El ángel pidiendo ser profanado por él, pidiéndole entre gemidos más.
Definitivamente quería corromper al ángel pero no iba a ir tan rápido, iba a disfrutar cada momento con su acendrado ángel mientras pudiese, quería ver cómo el ángel lentamente perdía su pureza e inocencia por causa de él...
"Porque al fin y al cabo destruirlo era su misión..."
