| Capítulo 1 |

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2018.

Alemania.

Mire todos los cables conectados en mi cabeza como en mi pecho, estaba un poco aturdida por tanto electrodos conectados en mí, mire a mi papá...

Desde que papá se había enterado de mis deseos de matar, mi búsqueda de venganza, mi heterocromia, como mis ataques de impulsividad me alejo de todo aquello que se llamaba una vida normal, me había convertido en un chica aterradora, peligrosa y fría.

Me había internado en un psiquiátrico dónde me había convertido en una maldita psicópata sin miedo a nada, era como un ser sin sentimientos.

Las veces que había sonreído era con maldad, al tener a una víctima en mis manos y matarla sin piedad y después hacer desaparecer su cuerpo.

Papá me metió en sus propias sesiones para ayudarme a controlar mis ganas insaciables de matar o mis ataques de impulsividad, ayudándome a no matar a cualquier persona inocente que vea, por culpa de unos hijos de puta que me habían arrebatado lo más importante en mi vida, muy pocas veces me había funcionado, me hacía gastar mis energías en entrenamientos para no perder el control cuando algo no era cómo yo quería.

—Recuerda que eres fuerte, que crié a una guerrera y no a una debilucha inestable.-me inyecto algo en el cuello.

Asentí y me deje llevar por el efecto de la inyección; la cual alteraría mi cerebro e iría a mis recuerdos.

Poco a poco pude sentir como mis extremidades se volvían más pesadas.
Entonces pude ver, recordar eso que tanto me atormentaba, vi cómo unos de los guardias de papá entraba a la sala, se veía pálido, asustado y desesperado. Le dijo algo que hizo que este mismo se fuera corriendo con los demás dejándome en ese estanque con agua congelada.

Recordé que una fuerte descarga de uno de los electrodos me hizo reaccionar saliendo del agua, me saqué la máscara respirando desesperadamente, no sentía mis extremidades, mis manos estaban rojas y tenia mucho frío.

Me tomé del borde del tanque y me deje caer fuera de éste cayendo al piso bruscamente creando un sonido secó.
Me arranqué todos los cables que tenía a mi alrededor, inspeccione a mi alrededor estaba todo destrozado, habia estado más de 5 minutos ahí metida, una luz roja alumbraba toda la habitación dándole un aspecto terrorífico.

Con las piernas temblorosas me levanté y me acerqué a la salida, pero al abrir la puerta el cuerpo de un guardia calló a mis pies... estaba muerto.

Apresure el paso y fui a la sala pero al entrar a ésta solo vi sangre por todos lados. Baje la mirada y detrás del sofá se asomaba una mano junto a un gran charco de sangre.

Con las manos temblorosas me acerqué y vi el hermoso cabello de mamá mojado con sangre, estaba enfundada en un vestido blanco que ahora tenía un rojo carmesí, estaba tirada boca abajo y de ella salía demasiada sangre.

Me puse en cuclillas y la di vuelta tomándole el rostro.

No puede ser...

—Solté un fuerte sollozo-. Mami... abre los ojos, ¡eh! ¿qué estás haciendo aquí? ¿Quién te hizo esto? -grandes lágrimas caían por mis mejillas cayendo en su rostro-. Me estás asustando ¡Abre los ojos, joder!

Intenté buscar su pulso pero ya no tenía, ya no respiraba...

-¡Aaahh! -grite de frustración, triste y enojo.- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué a mí?! -me levanté desesperada y empecé a golpear la pared la pared una, otra, y otra vez hasta cansarme.

—Mami, perdóname... perdóname por no poder protegerte, juro que haré que paguen por lo que te hicieron, lo prometo.

Ya ni siquiera la estaba mirando, no quiera hacerlo porque entonces me descontrolaría y no iba a poder manejarlo.

—¡Eh! -Abrí los ojos saliendo de aquel recuerdo, papá me miraba con tristeza, me toqué la cara... estaba llorando y tenía la respiración agitada-. Tranquila, pequeña, ya pasará.

Los días pasaron y con eso todo se volvió peor.

—Cumple tu promesa, no me dejes sola .-esperaba que el note que se lo exigí, casi era absurdo porque las promesas son sagradas en nuestro ámbito.

—Te amo -me sonrió de una forma genuina.

Esa partida cambiaría nuestras vidas para siempre, yo empezaría una nueva vida en Italia, con una nueva identidad, con otro perfil. Pero papá no sé quedaba atrás, en Italia me esperarían guardaespaldas una casa altamente protegida, y unos agentes que me ayudarían con todo.

Ahí empezaría el instituto, sin dejar atrás todos los entrenamientos de defensa y armas; eso se había convertido en una ambición, era como mi pasatiempo favorito.

A partir de ahora me haría cargo de mi misma intentando no perderme en la oscuridad que llevo dentro.

El último avisó de mi vuelo se había dado así que me giré en dirección a papá.

Sus ojo azules están brillosos y una lágrima corría por su mejilla.

—Yo te amo más -pero lo único que quería decirle era quejuraba que haria pagar a todos por el dolor que le causan, aunque sea de mi misma.》

Algo en mi interior gritaba que la nueva Aaliyah Mancini Vasiliev iba hacer una hija de puta a su manera y con los cojones bien puestos.

———
Aaahh!!! Que nervios, si hay algún error haganmelo saber en los comentarios chiquis.

Besitos mis locas.

M.L

Ambición [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora