La fiesta oficial de promoción del hotel ya estaba en marcha.
Alastor tarareaba una melodía mientras bailaba el vals por toda la habitación, sintonizando frecuencias a niveles incómodos cada vez que pasaba cerca de algún grupo mezclado de pecadores. El chasquido de sus suelas de cuero imitaba el patrón rítmico de los cascos hendidos, y era lo suficientemente llamativo como para despejar un camino a través del vestíbulo.
Varios demonios agachaban la cabeza cuando veían al Overlord pasar; despreciando en silencio el poder que siempre favorecía a los peces más grandes.
En la cúspide de la gala, el demonio cierra los ojos y se sumerge en el entorno festivo.
La alegría abunda en el lugar. Los huéspedes, residentes y el resto de los plebeyos, consumen cantidades iguales de champán y bazofia; después de todo, los pecadores codician sus vicios, y aunque el modus operandi del hotel está orientado a la rehabilitación, bueno... Cada trampa requiere un cebo tentador.
Entre su centelleante estrella de cine para adultos y el alcohol que fluye libremente en el hotel, era seguro decir que, por lo menos, dejarían boquiabierta a un alma desventurada.
Ante el pensamiento, él sonríe, causando que los espectadores más cercanos se dispersaran.
Inspeccionando la habitación, el ciervo calcula los movimientos y paraderos de sus compañeros de trabajo.
A instancias de Alastor, el personal del hotel se viste de blanco. Charlie pasa volando con un traje de pantalón elegante y Vaggie la sigue con un vestido a cuestas; incluso Husk y Niffty se visten con su mejor ropa formal.
La cíclope viste un pequeño y encantador conjunto, y el bartender su pajarita más elegante.
Y solo eso. Porque la razón del por qué el demonio se niega a usar pantalones está más allá de su comprensión; pero, lo conoce lo suficiente como para no molestarse en cuestionar sus extrañas idiosincrasias felinas.
Alastor, por supuesto, estaba tan elegante como siempre.
Más temprano ese día, mientras se vestía, decidió evitar sus habituales conjuntos rojos a rayas por algo un poco más elegante para la ocasión.
La decisión no tuvo absolutamente nada que ver con su encuentro vespertino con Angel, quien irrumpió en su oficina con un montón de muestras de tela y posibles atuendos para la festividad de la noche.
Al ver que toda su tarde sería desperdiciada en eso, Alastor suspiró y, de mala gana, repartió consejos de moda.
Permanecieron en su oficina la mayor parte del día hasta que los abrasadores rayos infernales se atenuaron en su versión del crepúsculo y las calles adoquinadas de abajo se enfriaron.
Un aumento repentino de la estática cruje a través de las ondas de radio, interrumpiendo así la música. Alastor se gira al sentir las garras de su sombra clavándose en su hombro.
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Celebrity Skin [RadioDust]
FanfictionComo último intento desesperado para atraer a potenciales v̶í̶c̶t̶i̶m̶a̶s̶ clientes al hotel, Charlie sugiere una idea extravagante: Publicidad. Y no habla del tipo de transmisión por audio, sino de Mercancía Promocional. Habiendo sido escogido com...