La princesa del lago.

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Hace mucho tiempo en un reino en el cual todos sus habitantes poseían un corazón manchado y corrompido, nació una princesa de nombre Emilia que poseía el único corazón puro, los reyes al enterarse decidieron esconder a su hija del asqueroso exterior que corrompería su corazón sin piedad.

Con el paso de los años la dulce princesa creció llena de bondad, inocencia y felicidad lo que la hacia la persona con mas luz del reino, pero siempre estaba encerrada en la enormidad de su habitación sin contacto con nadie y podía ver a sus padres pocas veces.

Pero todo eso acabaría ya que en el alma de la pequeña princesa un sentimiento de curiosidad broto causando que en su cumpleaños numero 9 huyera de la falsa realidad de su habitación hacia el mundo exterior.

Pero pronto su arrepentimiento llegaría, en la aldea mas cercana no observo mas que oscuridad, ella veía con horror como un hombre tomaba conejos de una jaula y mientras se retorcían en sus manos les rompía el cuello sin piedad, como una madre golpeaba a sus hijos hasta sangrar por no llevar dinero, como dos perros se peleaban a muerte por un pedazo de carne.....

Su realidad se venia abajo a pedazos con cada minuto que pasaba allí, su mundo de alegría y bondad se esfumaban en segundos y su corazón se ennegreció con cada lagrima que rodaba por su mejilla. Y no pudiendo soportar aquellas escenas corrió sin dirección entre el bosque buscando un refugio.

No tardo mucho en llegar a su limite y caer agotada al suelo, y con la cara húmeda por las lagrimas derramadas, observo que frente a ella había un gran lago en el cual se encontraban dos hermosas jóvenes que al verla se acercaron.

-¿Por que lloras pequeña? ¿Que a quebrado tu pequeño corazón? -. preguntaron las jóvenes al unisono.

La princesa las miro por un momento y con voz decaída les dijo:

-Todo mi mundo a sido una mentira, eh pasado nueve años encerrada en mi habitación formando una realidad totalmente crédula y hoy que he escapado de mi dulce prisión, vi las crueldades de la realidad fuera de mi habitación, del cuidado de mis padres que, con tanto recelo cuidaron la pureza de mi corazón y yo estúpidamente la he perdido.

-Nosotras somos las sirenas de este lago y tus penas nos conmueven pequeña así que te ayudaremos a regresar a tu corazón a su pureza original, pero tendrás que pasar tu vida en el fondo de este lago hasta que la nobleza de una persona, pueda observarte desde la orilla y tener el valor de sacarte pero ten cuidado esa persona tendrá no tendrá un corazón puro como el tuyo y podría causar en ti la perdida de tu pureza, pero no solo eso, pudriría tu corazón lo cual causaría un gran dolor en ti y la única manera de salvarte sera que nosotras te comamos viva.

La pequeña princesa acepto las condiciones de aquellas sirenas y adentrándose al agua camino hasta que el agua le llegara al cuello, entonces en esos momentos una de las sirenas beso su frente provocando que la negrura de su corazón desapareciera pero también su conciencia.

Pasaron los años y la princesa permanecía en el fondo de aquel cristalino lago, esperando y esperando durante 7 años, hasta que un día una aldeana prófuga de su cruel destino llego a aquel lago y observando con detenimiento pudo visualizar a la joven princesa en el fondo, la aldeana no podía creer lo que sus ojos le revelaban y sin duda alguna se adentro al fondo de sus aguas para rescatar a la princesa de su sueño profundo.

Una vez en la orilla la princesa volvió en si y perpleja contemplo a la joven que la había sacado del fondo y con gran alegría la abrazo sin previo aviso. Paso el tiempo y ambas vivían felizmente en una pequeña casa oculta en el bosque, lejos de la crueldad de las demás personas, pero su felicidad no duraría demasiado.

Cierto día la joven aldeana cayo en una profunda tristeza, la princesa cada día se preocupaba por su estado y trataba de consolarla, pero todo era en vano. No sabia que hacer y con el paso del tiempo la invadieron pensamientos egoístas sobre si misma haciendo creer que su simple existencia era tan solo una cruel broma, y abrumada, comenzó a contaminar su puro corazón con el egoísmo que sentía al no poder ver de nuevo la sonrisa de su querida amiga. Se lleno de odio y desesperación que unido a su tristeza a cabo cumpliendo la advertencia de las sirenas, terminando con un corazón podrido.

Trato de soportar aquel interminable dolor pero era imposible ya que nuevos pensamientos aquejaban su mente, ella tan solo se preguntaba por que su querida amiga no se detenía a pensar en el daño que sufría la princesa al verla sumida en esa tristeza, termino creyendo que todo era culpa de su joven acompañante aunque supiera en el fondo de su alma que ella misma era la culpable de su propia infelicidad. La felicidad que sentía era algo tan efímero e imposible, esa pequeña princesa se negaba a ver la realidad no quería ver que la causa de su infortunio, la causa de la tristeza de su amiga era ella misma.

Y cuando decidió ver al fin se dio cuenta que ella misma había provocado los males de su amiga, se dio cuenta de que en el fondo de su puro corazón habitaba el egoísmo y la maldad que tanto se negaba, ella sabia que a pesar de que le encantara ver a su amiga llena de felicidad eso no era suficiente, ella misma deseaba llegar al limite, explotar los diferentes sentimientos de su amiga aunque esto significara destrozarla poco a poco, en el fondo ella sabia que adoraba ver su rostro lleno de dolor y desilusión pero lo que mas amaba era el poder una de las personas a las que recurría en tal estado de debilidad.

Y solo al querer ver la verdad se dio cuenta que el deseo vano de tener un corazón puro, la había llevado a cargar la peor maldición, su maldición, y horrorizada la princesa salio de aquella cabaña en la que viva tan feliz con la campesina, no quería hacerle daño, pero era algo que no dependía de ella, no lo podía controlar, ella no quería arrebatar su alegría, ella la apreciaba y la quería y no dejaría que su estúpido deseo la afectara y huyo de allí tan lejos como sus pequeños pies se lo permitían.

Sin embargo, sin siquiera notarlo, su amiga venia tras ella, gritando su nombre, tratando de alcanzarla, como aquella vez en el lago, solo que esta vez la pequeña princesa no la oía, estaba tan sumida en sus pensamientos, en su dolor.

Corrieron por un largo rato sin percatarse de su distancia ni su dirección, sin darse cuenta que se dirigían al lago en donde empezó todo, el lago que las separo un día.

La campesina al darse cuenta del lugar al que habían llegado trato de sujetar a la pequeña princesa, sin lograrlo, ella estaba decidida, no quería ser un monstruo, no quería lastimar mas a las personas que amaba.

Y al darse cuenta de que la campesina estaba ahí, la princesa solo volteo a verla un instante y dedicándole una sonrisa a su valiente amiga, contemplándola una ultima vez, se dibujo en sus labios una palabra apenas audible:

-Lo siento, lo siento mucho.

La campesina tan solo observaba a la princesa, muda, sin nada que decir, sabia lo que sucedía, sabia que ella era la causa de su dolor, sabia que se tenia que alejar de ella por el bien de ambas. Y pacíficamente observo como se sumergía en aquel lago cristalino, y observo como dos figuras monstruosas la arrastraban al fondo.

Dura fue la decisión de aquella princesa, pero lo que ella no sabia, era que su decisión, de dejar por si misma su mundo irreal, el mundo de su castillo, el mundo de aquella cabaña, su vana ilusión de bondad, aceptar el echo de que su felicidad no era mas que efímera, rompería aquella maldición que ella misma había creado, y en el fondo de aquel lago, se quedaría sin ser salvada, ya que ella misma seria su misma heroína.




En un bosque encantado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora