The Black Ranger. Power Rangers Samurai.

Uno.

-Será mejor que levantes tu trasero del suelo si quieres mejorar esa técnica.-

-Si, eso no va a suceder.- dije respirando fuerte.

-¿Ah no?-.

Fué lo que escuché antes de sentirme literalmente aplastada.

-Bien genio, ¿Y cómo pretendes que me levante si tengo tu mugroso y pesado cuerpo encima de mi?- pregunté quejándome y con ironía.

-¡Oye! No aguantas nada.- escuché su risa.

Se levantó y extendió su mano para ayudarme a levantarme del pasto del patio trasero de mi casa.

-Ja, ja.- dije rodando los ojos.

-Oh vamos. El efecto Graham se está apoderando de ti, no seas tan tu hermano.- dijo este riendo.

-¿Tan mi hermano?- cuestioné confundida.

-Amargada.- lo escuché decir.

Solté una carcajada mientras nos dirigíamos hacia el interior de la casa.

Bien, supongo que debo presentarme así que, aquí voy.
Mi nombre es Skyler Graham, y vivo en el Reino Unido.
Actualmente vivo con mi padre Derek, mi madrastra Mara y mi hermano mayor Jerome.

Mi relación con Mara era diferente a una común entre una madrastra y una chica de mi edad. Si bien sabía que no era mi madre, pero me brindaba todo el apoyo y cariño que mi padre y hermano no solían brindar tan eventualmente.
Mi papá y mi hermano eran diferentes, sabía que me querían, y protegían de mi hasta más de la cuenta, en especial Jerome. Pero se volvió complicado, desde la única tragedia en la familia hasta la fecha. La muerte de mi madre.

Mamá murió cuando tenía 15 años y Jerome 17.
A pesar de que trato de no recordar mucho, y papá se niega a decirme algo del tema, sé que murió haciendo su trabajo, el cuál también desconocía.
Desde que sucedió lo de mamá, mi padre y Jerome se habían vuelto distintos. Había algo en ese trabajo tan misterioso de mi madre, que era lo que ellos culpaban rotundamente de lo ocurrido.
Mara sabía cuál era ese secreto tan extraño que mi familia guardaba, pero cada vez que preguntaba, decía que no era su deber decirme, si no de papá.

Desde los 5 años, nuestros padres nos tenían a Jerome y a mi bajo una vida bastante disiplinada a mi parecer. No digo que una vida sana sea mala, pero para ser solamente niños, era algo exigente.
Pero eso cambió con la muerte de mamá. Con el paso de los meses, Jerome declinó a cualquier cosa que fuera parte del entrenamiento o el estilo de vida que recibíamos, y mi padre apoyó su decisión.
Yo por otro lado, quise continuar por mamá. Pues, era ella quién constantemente nos recalcaba lo importante que sería ese tipo de vida en nosotros, aunque a la fecha no tenía claro el motivo.

Cabe aclarar que ninguno de ellos estuvo muy de acuerdo con mi elección, ya que constantemente decían que era parte de lo que le sucedió a mamá. La única en apoyarme en eso fue Mara, lo cuál le agradecía.

Ahora en la actualidad, Jerome tenía 22 y yo estaba a un par de meses de cumplir los 20.
Hace un tiempo, mi padre y mi hermano tuvieron una fuerte discusión, en la cuál hasta Mara tuvo protagonismo por el fuerte nivel de voz que ambos utilizaban al discutir. No sabía el motivo, pero lo que logré escuchar, era que mi hermano estaba rechazando algo vinculado con el accidente de mamá. Cuando pregunté, la respuesta de papá fué que no estaba lista para saberlo aún.

Era un poco frustrante vivir en una familia donde todos sabían que sucedía y yo era la única ignorante en todo el tema. Pero supongo que era parte de su forma de querer protegerme.

Por otro lado, el renacuajo que acababa de aplastarme hace unos minutos era Casey, mi mejor amigo desde que tengo memoria.
Siendo honesta no me consideraba una persona popular en la Universidad, a diferencia de mi hermano, quién era el típico chico por el que cualquiera se derretía. Así que, mi misión de querer pasar desapercibida solía ser complicada.