El Regalo de cumpleaños - (KenHina)

[Capitulo 4 ]

Tal vez no te gusta de la manera en la que piensas – hablo nuevamente el peligris – ya sabes cómo es Hinata, no hace esas cosas conscientemente y creo que tu sientes eso porque es el único que te entiende y tiene algo en común contigo, tal vez ese "me gusta el "puede significar otra cosa o incluso te guste de una manera diferente - trato de ayudar el mayor -

Hinata abrió sus ojos a más no poder al escuchar la conversación, debería entrar y decirle a Kageyama que escuche las sabias palabras de Sugawara? Debería decirle a Kageyama que nunca notó que este lo miraba de manera diferente, casi siempre lo golpeaba y llamaba la atención ¿Quién podría amar de esa manera? O tal vez debería decirle que ya sale con alguien, después de sobrepensar la situación llego a la sabia conclusión de que debía salir de allí, y así lo hizo.

Esa noche Hinata decidió contarle a Kenma sobre ambas cosas que le habían sucedido lo de Tsuki y Kageyama y con todo el dolor de su corazón ambos decidieron darse un tiempo ya que ambos estarían en semanas de prácticas, pero de todas maneras ambos se escribían secretamente después de cada partido mencionando lo divertido y buenos que eran sus equipos, a veces incluso ambos se escapaban en las celebraciones que tenían los equipos para irse a ver y pasar tiempo juntos.

Actualmente el joven Hinata se encontraba en su cama tendido mirando la mano con la que había tocado a Kenma en la tienda de juegos realmente lo extrañaba y lo necesitaba, Shoyo se levantó a sacar su chanchito que tenía guardado en casos de emergencia luego de romperla se puso a contar cada centavo y billete que encontraba.

A la mañana siguiente Hinata se levantó temprano con unas ligeras ojeras que adornaban sus brillantes ojos que ansiaban estar en los juegos de prácticas al menos se dio cuenta que no le faltaba mucha plata para conseguir la consola.

Una vez más enfrentando contra la Preparatoria Técnica de Date, ambos equipos aún más mejorados en especial los bloqueos conocidos como "el muro de Hierro", después de dos sets en los que iban empatando el tercero lo ganó el equipo oponente, luego de 3 rondas más ambos equipos se despidieron prometiendo volver a verse para la fiesta sorpresa para Kenma.

El resto de la semana ciertamente se le hizo pesado a nuestro jugador 10, apenas y podía comer y respirar como se debía, bueno el tener las practicas le dificultaba mucho el trabajo que había conseguido por la tarde, después de buscar por su pequeño vecindario y bajar a la plaza a probar su suerte consiguió un trabajo que le permitía estar a medio tiempo, muchas veces después de acabar su entrenamiento se iba inmediatamente a su trabajo sus compañeros no sabían de esto quedándose solo extrañados con el comportamiento del chico.

A unos dos días antes el cumpleaños Hinata tenía un poco más de la mitad de lo que debía pagar con determinación fue a la tienda nuevamente en busca de la consola que por suerte no se había agotado, después de negociar con el encargado este le permitió realizar la compra y Hinata acepto los términos y condiciones del vendedor.

Maldición debo cuidarlo con mi vida para no estropearlo – comento Hinata dándole una última mira a ala consola que se encontraba en su bolsa – seguiré en el trabajo hasta terminar de pagar todo, hasta entonces – bostezo estirándose – recuperare mis horas de sueños.

Hinata – llamo una voz con tono confuso – que diablos haces por aquí? – pregunto acercándose a este quien había girado a su dirección escondiendo la bolsa tras de él rápidamente –

ah-ahm.. kageyama, veras – respondió dudoso de saber cómo responder – bueno, vine a pasear por aquí – comento decidiéndose a retirarse rápidamente de allí –

tu solo? – pregunto el pelinegro con mirada demandante – oye escucha, tú quieres... eh! Hinata boke!! ¡Te estoy hablando no me ignores – llamo al ver que el pequeño corrió en su sentido contrario en busca de su bicicleta – QUE ME ESPERES!!! – tirando de su brazo lo detuvo haciéndolo mirarlo pregunto enfadado - ¿Estas evitándome? ¿hice algo malo o..- un silencio incomodo se alargó en el lugar - ¿ya no quieres ser mi amigo? – silencio en el lugar -