Your smile [Edmund Pevensie]

~Seven~

______ Pov's:

Entramos al fuerte poco después de resucitar a Edmund.

—Entonces... ¿Ahora que hacemos? —pregunto Ale.

—Ni idea —respondí.

Nos quedamos callados, realmente no se que hacer.

—¿Y Caspian? —cuestionó Susan.

La miramos, ay no.

Corrimos a dónde antes habíamos tenido la junta, vimos a Caspian apunto de darle la mano a Jadis.

—¡Alto! —gritamos Pet y yo.

Un, ¿Lobo? Ni idea de que sea, se lanzó a Ed. Pet peleaba con otro animal, Lu intento salvar a Trumpkin y en el intento su contrincante dobló su brazo.

—¡Lu!

Trumpkin la salvo y suspiré.

—¡Apartate! —grito Pet.

Ví que empujó a Caspian y miro a Jadis.

—¡Pet, no dejes que te manipule! —exclamé.

Ed fue corriendo hacia atrás de ella y clavó su espada en el hielo haciendo que se rompiera.

—Ya se... Lo tenías controlado —murmuro y se fue.

Peter y Caspian vieron a Susan, los miro decepcionada y con la misma se fue.

Caspian salió y mire a Peter.

—Adelante, dilo —hablo el rubio.

—¿Decir que? —pregunté.

—Algo como “Oh Peter tienes la culpa de que esto pasará” —imitó mi voz.

Reí.

—Esta vez no me gustaría decírtelo.

El se sentó en una piedra e imite su acción.

—Todo estará bien Pet, lo resolveremos, siempre lo hemos hecho —dije acariciando su brazo.

—¿Y qué pasa si no lo hacemos? Siento que... Que nunca debí ser Rey, como dijo Susan solo porque alguien nos proclamó Reyes significa que seamos héroes —susurro y se le aguadaron los ojos.

Lo abracé, odio ver a Peter así.

—Susan no siempre tiene la razón, ¿De acuerdo? Eres un héroe, con o sin proclamación real, cuando vinimos por primera vez intentaste protegernos y fue realmente lindo de tu parte, eres un Gran Rey, eres Peter Pevensie el magnífico, no creas lo contrario —sonreí.

—Bueno, ahora se porque Ed se enamoró de ti —dijo sonriendo.

Sonreí como idiota—Si, bueno, tengo que hacer algo.

—Claro, te veo luego ___.

Sonreí y salí, tengo que hablar con Caspian.

(....)

S

u maestro se estaba llendo y me acerque para poder hablar.

—Si vienes a decirme lo mal príncipe que soy, puedes irte, ya lo he escuchado demasiadas veces —dijo al voltear.

Reí.

—Aunque me guste mucho la idea no lo haré —dije.

—¿Para que viniste? Me refiero a que, no creí que vendrías a verme después de lo que casi hice.