Desahogarse.

1K 125 110
                                    

Cap 20.


— Vene... -. Intento consolar Colombia, pero fue inútil, las palabras simplemente no salían.

— Es-estoy bi... perdón -. Pidió disculpas, quería decir que estaba bien, pero no podía, estaba cansado de fingir.

ONU se acerco a paso calmado hacia Venezuela al ver que el colombiano no sabia como actuar.

Al estar al lado del venezolano lo tomó delicadamente de la mano y lo levantó.

  Lo siguiente que paso sorprendió a todos.

ONU le proporsiono un abrazo, uno maternal, uno que el venezolano necesitaba más que nada.

Hubiera deseado que hubiera sido sus hermanos o estados, pero estaba bien, el había presenciado como este intentaba ayudarlo, sin esperar nada a cambio.

— Perdón perdón -. Múltiples disculpas era lo que salía de la boca del tricolor de ocho estrellas, eso y más sollozos.

— No te disculpes, nada de esto es tu culpa Venecia -. Dijo acariciándole sus rizos -. Todo es la culpa de ese gobierno, pero te vamos a ayudar tranquilo, ahora por favor Siéntate ¿si? Hablemos.

  Venezuela no lo quería soltar, sentía que si lo hacía se caería, literalmente.

— Vamos vene, colabora conmigo -. Pidió al sentir como el venezolano hundía más su carita en su pecho y reforzaba el abrazo.

Venezuela acató lo que le pedía ONU, una vez sentado no se atrevio a levantar la cara, le daba vergüenza.

ONU luego de que el venezolano lo soltara fue a buscar una silla, todo bajo la atenta mirada de todos.

Una vez ya encontrada la silla se dispuso a acomodarla en frente del asiento del chocolatero.

— ¿Quieres hablar? -. Preguntó sonriendole intentando transmitirle confianza.

El venezolano no dijo nada, solo se oían de él leves suspiros y uno que otro sollozo.

ONU suspiro, esto sería más difícil de lo que pensó.

¿Y que esperaba? El chico estaba devastado, faltaba más.

  Pasaron los minutos y el venezolano no decía nada, estuvo apunto de rendirse, pero cuando escucho la voz de Venezuela intentando hablar se quedó quedó su lugar.

— Sabes -. Dijo intentando quitarse las lágrimas de los ojos, lo cual era inútil, solo se los estaba irritando -. ... -. No estaba seguro de hablar.

— No te estoy presionando vene, tranquilo, respira -. Calmo al ver que la respiración del venezolano era irregular.

— Una vez -. Hablo pausadamente -. A-alguien me dijo que mi actitud bondadosa me iba a matar -. Declaró -. Y creo que tuvo razón jajaja -. Río sin gracia.

— ¿Como así? -. Preguntó Colombia con su acento paisa.

— Yo... cuando llegaron los españoles hace 500 y picó de años, creí que eran personas como nosotros, que no importaba que vinieran de otras tierras, mi gente los resivieron gustosos y yo me confié -. Empezó a contar, más lágrimas brotando de sus ojos nublandole la vista.

No entendian ¿Qué tenía que ver eso?.

— Y por culpa de esa confianza me esclavisaron a mi y a mi pueblo -. Dijo amargo -. También a mi padre y hermanos, a todos de hecho, por esa razón fue que me dijeron que mi "bondad" me mataría, me lo dijo mi propio padre, La Gran Colombia.

𝑻𝒖 𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒄ó𝒎𝒐 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora