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⠀⠀Lentamente la puerta detrás de ese hombre se cerró, ocasionando extrañamente un portazo que debido al estrecho sitio el estruendo fue ensordecedor, ella se encoge ante el sonoro ruido, entrecerrando sus ojos en lo que intentaba enfocar al que aparentemente le haría de los siguientes minutos, segundos y horas un eviterno infierno en el cual jamás debió adentrarse, otra vez.⠀⠀El tipo era esbelto, muy alto, trajeado pero sin el saco, un chaleco negro con rayas blancas y delgadas, una corbata que combinaba con su cabello, el cual era largo, unas franjas rubias y negras lo caracterizaban, caía en cascada de su lado izquierdo, llegando a la altura de sus ojos los cuales eran tan intimidantes, de no ser por el redondo vidrio de sus anteojos no hubiese podido sostenerle la mirada.
⠀⠀La manga de esa camisa blanca debajo del chaleco estaba doblada a la altura de sus codos, mostrando bien lo ejercitado que estaba. Era notorio, los antebrazos eran recios, el músculo que se extendía por todo éste notándosele bastante y las venas marcadas. Aunque la complexión era delgada, no hacía falta preguntar, ese hombre estaba en forma.⠀⠀Apoyado en la entrada la observaba con una mirada de juicio inexpresiva, la tenue iluminación de la vela contonearse entre ambos ayudaba a percibir que de verdad, esos ojos ámbar estaban fijados en ella. No podía mirar a otro sitio, hallándose hechizada, un recuerdo fugaz se agolpaba en su cabeza.
⠀⠀Lo ardiente que resultaba su mirada le figuraban a alguien, más aún cuando su mano enguantada derecha aproxima el cigarrillo a su boca, dando la calada para por la nariz expulsar el humo. Percatandose de que en ese guante negro, por la zona dorsal estaba plasmado ese kanji; castigo.⠀⠀No puede más, agacha la cabeza. ¿Estaba alucinando? ¿o es que cuando le habían hablado de él era literal eso de que iba de la mano con el castigo y el pecado? debía ser una maldita broma. Pareciendo que sí, el silencio que ambos habían formado desde la llegada de él comienza a ser agobiante para ella. Pero no tiene el atrevimiento de hablar.
⠀⠀──Veo que los tiempos han dado un giro radical ──inició él, _____ reconociendo la voz al instante en que llega a sus oídos, mas no levanta su cabeza──. ¿verdad, _____?
⠀⠀Jadea con sorpresa, ambos habían caído en cuenta de que eran ellos en un nuevo encuentro. Pero no se digna en mirarlo, no.
⠀⠀──¿Piensas que ignorándome vas a evitar que todo suceda? qué divertida eres ──el tono sarcástico y cómico que denotaba su gruesa voz le había erizado los vellos. Peor aún, lo siente acercarse, moviendo la silla para tomar asiento frente a ella. Su estómago cosquillea y no por ansiedad ni desesperación, la misma sensación de volverlo a ver afectaba en demasía sus acciones.
⠀⠀Contemplando cabizbaja sus muslos abrirse al sentarse y tomar cercanía, inhalar su colonia masculina, el tabaco y el alcohol impregnados en su ropa y mismo ser no ayudaban. Estaba luchando de forma inhumana por no levantar el mentón.⠀⠀Pero él la obliga. Sintiendo su gran mano enguantada hacerse de su mentón, enterrando sin tacto sus largos dedos entre la piel de sus mejillas y levantando su mirada para que ahora lo mirase de cerca.
⠀⠀──Es gracioso enterarme que te infiltraste con el objetivo de ayudar a los tuyos ──comienza, ella viéndolo inclinar su rostro de un lado a otro, analizando y admirando sus facciones ahora desconcertadas, confundidas y tensas. Lo peor es que a él le divertía──. ¿Quién lo diría? ahora eres mi enemiga, y los enemigos no se deben de ayudar.
⠀⠀──H-hanma . . . ──pronuncia con dificultad debido al agarre de Hanma y a los nervios.
⠀⠀Shuuji sonríe.
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smoking with 𝒉anma 𝒔huuji. ©
Fiksi PenggemarRelatos cortos con el adicto a la adrenalina más sexy de todo Tokyo Revengers para amantes de la toxicidad que emana éste hombre ♡. Habrá partes en las que salga el alocado Shuuji de dieciséis años y en otras el magnate millonario trajeado que tiene...