Capítulo 01

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Seúl, Corea del Sur. Febrero 1, 2007. 11:45pm.

Y aquí estoy, en una mugrienta celda de la comisaría. ¿Todo por qué? Por hacerle caso a Ryujin y Chaeryeong de prender pirotécnia en el jardín de mi vecina, y como consecuencia, dejando todo su jardín quemado junto con su rosal, y sin mencionar la cola de su gato. Pobre Hamburguesa.

Volviendo con las causantes de todo esto, son unas malditas, no sé cómo puedo llamarlas amigas, lo primero que hicieron al escuchar la sirena de la patrulla policial fue correr dejándome ahí como un perro. Pero esto no se queda así, ojalá vengan a rogarme un jodido porro, gustosa les voy a dar un rotundo no.

La molestia se me bajo dos grados al ver a mi compañera de celda. No voy a mentir, era bastante linda a pesar desde el ángulo en el que la estaba observando, tenia el cabello gris con pequeños mechones multicolores, era delgada con la piel bastante blanca —como el pelaje del gato de la vecina con el, ahora, jardín deshecho— sus ojos no podía verlos. Estaba dormida, tenía las largas pestañas casi chocando con sus mejillas sonrosadas. Temblaba a pesar de que no hacía tanto frío. Parecía tener unos 17 ó 18 años.

Me acerqué para verla mejor, su playera blanca estaba algo sucia de lodo al igual que sus converse. Y olía a... ¿alcohol y orina?

Tome el borde de la manga de mi suéter hasta que mi hombro quede al aire y guarde mi mano en el. Esperé unos segundos mientras me decidía si le hablaba o no.

—Hey, amiga, despierta —le di leves golpes con mi puño envuelto en el suéter—. Vamos, dime que no estás muerta.

Lo siguiente no me lo esperaba. Ojos similares a los de un felino me observaban desde el suelo, realmente lindos. Se veía asustada y ahora temblaba más.

—¿Quién eres? —preguntó. Vaya, sabía hablar.

—Jisoo... estoy aquí porque incendié el jardín de mi vecina, ah, también la cola de Hamburguesa junto con las imbéciles de mis amigas.

Le contesté mientras sonreía, tenía que ser agradable con ella, porque: uno, era linda y dos, no sabía si era narcotraficante y si la molestaba tal vez me mataría o vendería mis órganos a Pakistán. Uno nunca sabe, y como dice mi abuela "más vale prevenir que lamentar".

—Yeji... Soy Yeji, y yo estoy aquí por algo realmente estúpido —creo que tenía un tipo de retaso, hablaba con la voz muy grave y arrastraba terriblemente las palabras. Oh no, estaba borracha, por un momento ignoré el desagradable olor que emanaba. Iugh, Jisu, ¿cómo pudiste ignorar eso?

—Bueno... Yedi, cuéntame tus razones, soy todo oídos —me senté algo (muy) lejos de ella y de su repugnante olor.

—Es Yeji. Okay, como verás hoy es primero de febrero y cumplo años, 18 para ser exactas —rió, aunque ni ella le encontraba la gracia—. Mi amigo Jeongin junto con su novio y hermano organizaron una fiesta para mi, en mi casa, aprovecharon que mis padres viajaron. El caso es que había mucho, pero mucho alcohol y al ser mi fiesta creo que me aloqué y bebí de más. Lo último que recuerdo por ahora es estar orinando a tres esquinas de mi casa en el neumático de una patrulla policial.

—Wow amiga... Una noche loca —no podía decirle nada más, estaba en un dilema, no sabía si reírme o... reírme. Tenía razón eso sí fue realmente estúpido, ademas, ¿orinar en la calle siendo mujer? Digo, no es imposible, pero... ¿cómo? Supongo que para los hombres es fácil ya que tienen un, bueno, pene, pero ¿una mujer? No sé me ocurre la forma, y sinceramente, tampoco lo quiero averiguar—. Y supongo que, hmm —miré mi reloj de pulsera, que por suerte, no me quitaron los oficiales. Todavía era primero de febrero—. Felicidades. Te abrasaría o algo pero apestas peor que el baño de Ryujin y no nos conocemos nada.

—Oh, gracias, creo... Tal vez podríamos conocernos más, total, ya sabemos nuestros nombres.

—Sí bueno...

—Choi, hora de irse.

Fui interrumpida por el oficial. ¡Hora de irme! Mi madre va a querer quemarme viva, para así después hacer hamburguesas y dárselas de comer a Hamburguesa. Jodido gato de rabo quemado.

—Adiós Yeji. Nos vemos luego, claro, sino es que Goeun me cocina viva. Por favor te cuidas y deja de orinar los automóviles de oficiales.

—Claro Jisoo, nos veremos por ahí —sonrió. Bonita sonrisa.

Me paré rápido y antes de salir de la celda me despedí de ella con la mano.

Y así fue como conocí a mi mejor amiga.

Y así fue como conocí a mi mejor amiga

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Babies for Jisu | YejisuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora