Capítulo 12

674 82 3
                                    

Lia abre la puerta de su casa recibiendo a su madre acompañada de sus pequeñas hermanas. Vestía unos pantalones deportivos, calcetines de colores raros y una playera que en mayúsculas decía "Feliz Navidad", abajo de la frase había un reno con Santa Claus muy sonrientes.

—Hola, hija. Te ves hermosa, pero te recuerdo que aún falta un poco para Navidad, estamos casi en octubre.

La castaña rodó los ojos ante el comentario de su madre.

—Hola, má, igual me alegra verte —se acercó como pudo y la rodeó con los brazos—. Como te darás cuenta tengo cinco meses, casi seis y ya nada me queda, esto fue lo único que encontré en lo más profundo de mi armario.

—Tranquila, cariño, sólo era una broma —besó su mejilla dulcemente y entró.

Las niñas saludaron con besos y abrazos a su hermana mayor, hace algún tiempo que no se veían.

—¡¿Ya llegó tu mamá, Jisu?! —preguntó, gritando Yeji desde la cocina.

—¡Sí, por desgracia! —contestó bromeando, seguidamente, recibió un golpe en el brazo de parte de su madre.

—¡Yo te parí! ¡Yo te tuve nueve dolorosos meses dentro de mi! ¡30 horas en labor de parto! ¿Y así me lo pagas? —dramatizó la mujer.

—Es broma, mami. ¿Ya quieren pasar a la mesa? Yeji debe estar por terminar la comida —propuso.

Su familia asintió dirigiéndose al comedor.

Lia no sabía que es lo que había pensado su mamá al tener tantos hijos, eran 7, como los siete enanos, una exageración, ella creía que con 3 esta más que suficiente. No todos daban en la mesa, sólo cabían seis personas. Los grandes se quedaron en la mesa y las gemelas con los bebés comería en la sala viendo televisión.

Yeji sirvió toda la mesa, desde los platos y manteles individuales hasta la comida y bebidas. Era la primera vez que la trataba a la mujer como suegra, la última visita que ella había dado, aún era la amiga de su hija.

—¿Ya les dijeron que serán? —preguntó la madre de la menor, poniendo un poco de queso parmesano a su pasta.

—No, de hecho mañana vamos. Yeji quiere dos niñas —Jisoo sonrió viendo como su novia luchaba, con el ceño fruncido, por enrollar bien la pasta en su tenedor.

—¿Ah? Sí, estaría bien tener dos nenas, aunque también suena bien un niño y una niña —comentó distraídamente a la pelinaranja siguiendo su tarea de enrollar.

—Amor, basta, come normal —dijo Lia, tocando levemente la mano de Yeji, esta lo dejo de hacer y siguió comiendo normal—. Sí, eso suena bien.

—Sería como que perfecto —opinó su madre—, así ya no tendría que volver a embarazarte buscando formar la 'pareja' —amabas asintieron, sonrientes—. No es por ser chismosa pero... ¿Cómo van Yuna y Chaeryeong? —la castaña río ante el comentario inoportuno.

—¡Mamá! —regañaron sus otros hijos a su madre al mismo tiempo.

—¿Qué? Es sólo curiosidad, además, no me digan que ustedes no quieren saber que pasa —a los adolescentes se les tiñeron las mejillas, delatandolos.

—Están bien, decidieron que tendría al bebé por partes separadas, cada quien con su vida pero Yuna se hará cargo de él.

—Mmm... —asintió pensativa—, que idiotas, a leguas se nota que se aman, imbéciles —susurró lo último.

...

Al día siguiente, Jisoo se levantó muy temprano en la mañana para iniciar el día. Se sentó con dificultad en la orilla de la cama, estiro los brazos y soltó un bostezo profundo. Volteó y miró a Yeji descansando, ella no se levantaría hasta las 9 am, aún faltaba mucho para eso.

Parándose de la cama sintió un leve mareo, las náuseas y mareos le estaban matando. Entró al baño y tomó una ducha caliente relajando todos sus músculos, con mucho cuidado salió del baño y se vistió para dirigirse a su trabajo.

—Yeji, Yeji —movía a su alta novia para avisarle que ya se iba, parecía ser molesto, pero la mayor le había exigido que lo haga cada mañana para poder despedirse como se debe—, amor, bebé, despierta.

Yeji se removió y abrió un ojo solamente. Sonrió ante la tan tierna escena que estaba en frente suyo. Lia vestía un suéter morado que hacía resaltar su pancita, en conjunto a unos pantalones negro y zapatos del mismo color. Suspiró y se apoyó en un codo para poder ver mejor.

—Bueno días, amor —saludó Lia, sonriendo y acercándose al rostro de la otra para darle un beso en los labios—, es hora de irme, voy algo tarde —besó levemente los labios de Yeji nuevamente y salió por la puerta, lo último que escuchó fue un susurro por parte de su novia
diciendo "ten un buen día, cielo".

...

Yeji abrió los ojos casi dando las diez de la mañana, estiró su cuerpo y se acomodó mirando el techo, puso sus manos sobre su estomago, pensando. ¿Qué haría ahora? La respuesta era: nada, o buscar trabajo. No le gustaba estar así y mentirle a Lia, hace una semana le despidieron por un problema insignificante el cual no le gustaba recordar. Según su linda novia, a estas horas ella estaría dirigiendo la cocina del hotel en el que trabajaba. Sabía que debió de hacerle dicho a la castaña desde el día sucedió.

Se paró para tomar una ducha y salir por un empleo nuevo. Ya vestida con pantalones negros, playera ajustada con algunos botones decorativos y un abrigo café, emprendió su camino hacia la calle en busca de trabajo.

Suspira cansada atándose el cabello, había entregado a lo menos cinco currículums en diferentes restaurantes y hoteles. Casi eran la una de la tarde, hora de la salida de Lia, se suponía que ella salía a las 3 pm, se sentía harta y cansada así que decidió ir a casa y preparar un buen almuerzo.

Jisoo entra a casa sintiendo el olor a pollo y salsa, se dirige directamente a la cocina y ahí está la de ojos gatunos cocinando con un delantal blanco en la cintura batiendo algo suavemente en una olla. Sonríe, se siente tan afortunada de tener una
novia chef.

Frunce el ceño y mira su reloj de pulsera, apenas son la una con veinte, aún faltaba para la salida de Yeji.

—¿Bebé? ¿Qué haces aquí? —la más pequeña se acercó, abrazándola por la cintura.

Ella tembló ante la pregunta.

—Be-Berry, tengo que decirte algo —se separó de su novia y la encaró.

—Claro, dime.

—Jisu, hace como una semana tuve un problema en el tra-abajo, se resolvió —entrecomillo con los dedos la última palabra—. Pero no se resolvió de manera buena... Me despidieron —dijo en susurro, esperó el grito de Lia.

Escuchó a la más baja suspirar cansadamente y sintió sus nudillos en su pómulo. Acariciándolo.

—¿Por qué no me dijiste antes? —cuestionó con neutralidad—. ¿Creíste que me enojaría? —Hwang asintió brevemente—. Bueno, ahora estoy molesta porque no me lo hayas dicho antes, si me lo hubieras dicho en el momento te habría apoyado y ayuda a buscar algo, Yeji.

—Tenía miedo de que te molestes y de que preocuparás por mi, no quería eso, el doctor dijo que no te debes estresar y esas cosas.

—Tienes suerte, el cocinero de la guardería hoy renunció, lleva tus papeles a ver que pasa.

Dijo sí con la cabeza y volvió a cocinar, Lia subió para cambiarse de ropa.

Dijo sí con la cabeza y volvió a cocinar, Lia subió para cambiarse de ropa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Babies for Jisu | YejisuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora