Capitulo 1: Interminable

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"Arrebato"

"Capítulo 1: Tocando Fondo: Mi tan anhelado final."


Alisson

Toda la vida he pensado que las palabras tienen un gran peso en la vida de las personas

Pero en mi caso, hay solo una persona, la única que puede controlarme cuando pierdo la cordura, y la que recitó las frases más bellas que nadie alguna vez pudo haberme dicho.

Como lo es esto, una de las que más se han quedado marcadas en mi memoria.

Eres única, especial y original.

Tú eres la luz de mi vida.

Eres la única razón por la que yo sigo aquí.

Promete a ti misma, protegerte de ti misma.

Esa promesa estaba a punto de romperse...

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Por otro lado, mi hermana a veces me demostraba que podía contar con ella, incluso cuando peor nos llevábamos, había momentos en que dudaba de su veracidad. Como si dejaras tu confianza en manos de alguien que apenas acabas de conocer.

"¿Puedo sentir esto de parte de alguien de mi misma sangre?"

"¿Estoy pecando por este sentimiento?"

Sin ser ella mucho de palabras, tengo la sensación de que de vez en cuando puede estar allí cuando lo necesito, creo.

Y volviendo a lo anterior.

"Protegerte de ti misma"


Eso último fue el detonante para darme las fuerzas suficientes para huir de esta tumba sobresaliente de lodo y cadáveres de insectos. Y continuar avanzando por este lúgubre bosque donde mi desesperación representada en gritos de agonía no pueden salir, porque ellos al igual que yo están atrapados en este laberinto sin salida.

"Mi espíritu esta lejos de casa"

Destrozada por dentro y magullada por fuera, con heridas mentales profundas, cortes tan finos que hasta pueden llegar a ver el brillo de la luna y reflejarse sobre ellos, me hallo empapada de un prestigio vino tinto digna para terminar de vaciarme y que la poca sangre que aún queda en mí ser, sirva como abono para los cuervos.

Doy trompicones aferrándome a los troncos rústicos de los árboles, su madera es fría y cortante al tacto.

Puedo sentir la tierra helada desmoronarse entre los dedos de mis pies descalzos, las gotas de las hojas que destilaba la lluvia caían sobre mi rostro gradualmente, mezclándose con la suciedad de mis pensamientos. Mis pulsaciones son bipolares, rápidas, se detenían, y luego continuaban su transcurso de manera lenta y asfixiante.

Mi pecho ardía, mis huesos se sentían aplastados por el peso de un sentimiento desconocido, mis labios resecos suplicaban hidratación, mis oídos producían un pitido brutal, y mis manos violadas de tanto forcejear yacían vacías y sin voluntad propia.

Mi mente ya no estaba en sus cabales, mi cordura estaba a punto de caer en picado y combinarse con la tierra para ser un cadáver mas.

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