Capitulo 14 Parte 2: Noche De Tormenta

40 3 123
                                    




"Noche de tormento"

Capítulo 14 Parte 2: Noche De Tormenta: Noche de agonía.


Alisson


Coloque la pequeña caja a un costado y se sentó en la mesa de la sala. Busque la caja de primeros auxilios, y saque una pequeña botella de alcohol, junto con un algodón, lo humedecí y comencé a limpiar.


— Ghh — Dió un pequeño gruñido.

— ¿Te sigue doliendo? — Pregunte un poco apenada por lo sucedido mientras limpiaba su mano con el algodón.

— No, tranquila, estoy bien — Contestó y relamió los labios.

— ... — Permanecí en silencio.

— ¿Tienes alguna otra mascota? — Habló rompiendo el hielo.

— Si, bueno... En realidad ya no, solo lo tengo a él, hace mucho tiempo perdí a uno idéntico — Confesé.

— ¿Así? Lo siento mucho, no quise preguntar algo que te lastimara — Se compadeció.

— No pasa nada, eso fue hace bastante tiempo, a pesar de que duele haberlo perdido de una manera tan espantosa, creo ya haberlo superado — Admití.

— Si no te importa que pregunte, ¿Qué le sucedió realmente? — Cuestionó, no me molesto, solo me dio curiosidad que se interesase tanto en un animal, no es propio de él, pero conteste.

— Aún no sé con claridad cómo pudo pasarle algo como eso, él se cayó de un lugar tan alto, que no puedo comprender como sobrevivió 3 días más después de eso — Respondí calmada.

— Qué triste — Contesto mirando hacia otro lado, en el fondo sabía que quería reírse, como todos los demás.

— Solo espero que este donde este, descanse en paz — Desee.

— Pero los perros no tienen alma — Dijó.

— Por lo que no van a ningún lado — Ofreció una opinión la cual nunca pedí.

— Lo sé, solo digo que me gustaría saber que todos los animales están en un lugar donde no sufran — Aclare, parece no haberme entendido.

— Entiéndelo, No van al cielo ni al infierno — Recalcó.


Ya un poco más molesta, decido dejar el tema hasta aquí, quedándome en silencio, como una manera de hacerlo entender que hirió mis sentimientos:


— ... — No hable, provocando un silencio rotundo alrededor.


Finalmente, termine de limpiarle la mordida, guarde todo, deseche los algodones con sangre y le puse una curita, fui a lavarme las manos en la cocina y él se quedó donde estaba:


— Alisson... — Rompió el hielo una vez más.

— ¿Sí? — Conteste mientras lavaba mis manos.

Eres Parte De Esto 🤯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora