Quédate junto a mi. °•jakehoon•°

32

Sunghoon observaba con una gran sonrisa la cajita en donde guardaba un brillante anillo, era momento de pedirle a Jake que se casara con él.
Lo guardó con torpeza al ver caminar a Jake hacía él, quien se veía sumamente atractivo.

—¡honnie...!—exclamó Jake corriendo hacia él y se refugió en sus brazos, hacía mucho que no podían salir a una cita.

—Jakey....— susurró Sunghoon llevando sus labios hasta los ajenos, allí los presiono tornando el beso más apasionado, las manos de Jake se aferraron a su cuello y él llevo sus manos a la cintura del menor, subió sus manos lentamente acariciando la espalda ajena.

Jake se separó avergonzado y escondió su rostro en el pecho de Sunghoon.

 —Nos están viendo.

—No importa, así sabrán que eres mío— mascullo Sunghoon sintiendo su cara arder, cada que besaba a Jake quería más, deseaba más.

Ambos se tomaron de la mano y caminaron hacia la fuente, platicaron sobre sus cosas, sobre el trabajo, familia y amigos, se besaron una y otra vez. Como antes, cuando pasaban casi todo su tiempo juntos.

Sunghoon estaba sumamente nervioso, no sabia como iniciar, cada vez se perdía más en los profundos ojos de su novio. Justamente cuando se decidió a hablar comenzaron a caer gotas de agua.

Jake tomo la mano de sunghoon haciéndolo correr para esconderse de la lluvia, rieron hasta llegar debajo de un techo lamentablemente consiguieron esconderse cuando ya se habían empapado lo suficiente.

Sunghoon observo como Jake comenzaba a titiritar, se acercó a él abrazándolo, tal vez podría darle un poco de calor corporal. Sus cálidas respiraciones se mezclaron y entrelazaron sus dedos.

—pingüinito. 

—Ese apodo es muy ridículo— se quejó al ser llamado así pero su enojo se disipo al sentir los labios de Jake sobre los suyos. 

—Pero si me besas así, te dejaré llamarme de esa manera todo el tiempo.

—¡Eso es trampa!— río Jake golpeándolo levemente.

Sunghoon presiono sus labios en el cuello de Jake, sonrió. —Quiero hacerte el amor.

—Pensé que nunca me lo pedirías— respondió avergonzado e hizo hacia atrás su cuello dándole más libertad a Sunghoon para que lo besara mejor.

Y bajo esa fuerte lluvia, Sunghoon le pidió matrimonio, le profeso amor eterno y fue aceptado...Juraron amarse eternamente bajo la luz de la luna.

Y se besaron nuevamente, se dieron caricias mutuas pero no hicieron allí el amor, ninguno se atrevió a hacerlo en un lugar público, esperarían hasta llegar a casa.