Saint - Revelaciones

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Dejo a Zee durmiendo y salgo del apartamento que no podré volver a usar.

He podido convencer a mi padre de que me deje encargarme del problema de mi amante. Le he dicho que el cadáver o la desaparición de un policía en estos momentos, no es algo que nos convenga. Ya apenas quedan dos meses para el gran golpe y como no espero sobrevivir, ya nada me importa después de eso.

Últimamente Earth puebla mis pesadillas, de una forma que casi me deja sin aliento. Hacía bastante tiempo que no venía a mí en sueños, cada día se iba desvaneciendo el recuerdo que tenía de él. Pero al abrir el diario, todo el peso de mi tristeza me ha aplastado de una manera brutal. Solo espero que Zee comprenda por qué no puedo meterlo en esto y vuelva a su vida.

Han pasado dos semanas y no he oído nada sobre él. Confieso que estoy algo decepcionado, pensé que tendría que lidiar con sus tonterías, pero ha hecho lo que le he pedido, simplemente me ha olvidado.

Yo, por el contrario, apenas puedo dejar de pensar en él. En su pelo negro y su sonrisa alegre, en el lunar de su ojo o en sus caricias sobre mi piel.

Ayer estuve tanteando a un nuevo objetivo en el hotel Sheraton, mi padre me mandó su foto y el perfil con sus datos personales. Un hombre joven, apuesto y con un vicio por los chicos menores de edad, todo bastante asqueroso.

La gente suele confiar en las personas físicamente atractivas, como si debajo de una cara bonita, no pudiese esconderse un horrible monstruo.

Mientras esperaba a mi apuesto pederasta, un chico adorable, rubio y de ojos azules me invita a beber con él. En otro momento, no le hubiese dicho que no, un revolcón de olvido en una cama de hotel siempre es una buena idea. Pero me descubro comparándolo con Zee y siempre acaban perdiendo contra su recuerdo. Declino amablemente su invitación y sigo esperando a que llegue mi víctima de hoy.

Esta noche solo pensaba vigilarlo, medir sus tiempos y sus movimientos. Sé por el informe que estará en este hotel toda la semana, tengo tiempo de sobra para planear bien mi jugada. Pero esta vez, tampoco saldrá como esperaba. El monstruo con cara de ángel, aparece acompañado de un chico joven que tiene cara de espanto. No aparenta más de quince años, quizás menos. Enseguida me levanto y me pongo en marcha.

Mi habitación es la contigua a la suya. Desde el balcón puedo acceder al suyo de un simple salto. Lleva dos guardaespaldas, uno se quedará en el pasillo junto a la puerta, el otro seguramente dentro de la habitación. Tendré que encargarme del tio del pasillo primero, así que finjo que estoy borracho y que me equivoco de puerta. En cuanto el guardaespaldas se acerca a decirme que no es mi habitación, le golpeo con el dorso de la mano directamente a su garganta. Esto lo deja sin aliento y sin voz el tiempo suficiente para paralizarlo con una potente droga. Lo meto en mi cuarto y lo encierro en el baño.

Ahora es el turno del que está en el interior. Tocaré la puerta y cuando salga lo noqueo con mi pistola taser. Golpeo con mis nudillos la madera oscura y espero que abran. Me pongo a un lado, por si mira por la mirilla y cuando veo aparecer el cañón de un arma por la rendija de la puerta, me pongo en guardia. Lo desarmo de un golpe y lo dejo K.O. de una descarga. También lo encierro en mi habitación y entro donde está la verdadera acción.

El bastardo no se ha percatado de nada, tiene a su presa dispuesta para él en la enorme cama del cuarto principal de la suite. El crío está amordazado y llora sin parar. Un moratón en su cara me dice que ha intentado resistirse y le han pegado para que se callara.

Este trabajo va a ser mucho más fácil de lo que había pensado, simplemente cada vez me pesa menos arrebatarles la vida a estos bastardos. Hacen cosas que marcan la vida de las personas para siempre, sin remordimientos, sin poder parar. Pero para eso existo yo, para frenarlos, para terminar con sus asquerosas vidas.

De deseo, amor y sombras - SeeZaintDonde viven las historias. Descúbrelo ahora