Capítulo 4.
Habíamos pasado horas hablando hasta que mi madre llegó, pero no paramos, reemplazamos nuestras voces por notas que traspasaban una y otra vez por el agujero en la pared. Me había hablado de su vida, tenía 23 años, y estudia creación de videojuegos en algo llamado universidad , es un lugar muy grande donde se juntan muchas personas para aprender junto a un profesor, como mi madre, me habló muchas cosas del mundo exterior, los bares, como eran las calles y de su grupo de amigos, me enseñó sobre música, su cantante favorito es alguien llamado Charlie Puth y su grupo favorito es Skillet, me obligó a escuchar una canción de ambos, melodías tan distintas, si la personalidad de una persona debe basase por su gusto musical, seguramente este sea bipolar.
A pesar de la mejor noche por la increíble charla, sabía que al meterme en esto traería consigo una pelea interna conmigo misma, decidí por esta noche, solo consultarlo con la almohada.
Cuando abrí mis ojos, solo vi la ventana sin cortinas dejando que la luz entre sin ningún tipo de obstáculos, me levanté de la cama y saliendo de mi habitación me encontré con mi madre, su ceño estaba fruncido y sus brazos cruzados, cuando sus ojos se posaron en mi su mirada era tan asesina que mi sangre se congeló del miedo, hasta la briza pareció parar su recorrido.
- 18 años, 18 años que te conozco, ¿piensas que no sabría cuando finges estar dormida? ¿sabes que hora es? Las 3:30 pm, dime ¿por qué te despertaste tan tarde?, ¿acaso te quedaste dibujando? ¿Es eso?
Baje mi cabeza con cierta culpabilidad, no le diría la verdad, si le decía de Ethan, estaba segura que nos mudaríamos de nuevo, no quería eso, no de nuevo, tenía una oportunidad de poder saber más del exterior y no la iba a desperdiciar.
-Lo lamento, tengo problemas del sueño, no quería que te preocuparas por mi
-Preocuparme, es lo solo has hecho durante toda tu vida, no deberías desobedecer mis ordenes, anoche, si ese hombre descubría que estabas despierta... ¿acaso sabes lo que te haría? Te lo he dicho miles de veces, los seres humanos son malos, y me estoy arriesgando para que estemos a salvo, para que tú estés a salvo, ¿y así me pagas? ¿Traicionando mi confianza?, iré a arriesgarme de nuevo por ti, para comprar las cosas que faltan, ve a tu cuarto, estás castigada, lee el libro de historia, cuando vuelva veré si te lo aprendiste.
Y con solo decir eso salió de la casa, tenía razón, lo arriesgó todo por mí, por años me cuido sin exigirme nada que no sea que cuide mi curiosidad sobre el exterior, "la curiosidad mató al gato, niñita, no quieres que te mate a ti, no aguantaría perder a mi única hija", me lo había repetido tantas veces, muchas, demasiadas, pero no lo suficiente como para poder perder la esperanza de conocer más. Había sacrificado mucho por mí y yo, a la primera oportunidad la apuñalé por la espalda.
Ya en mi habitación tomé el libro de historia y lo abrí, mi vista estaba fija en las letras pero no leía, poco a poco la visión se empezó a borrar, estaba llorando, tenía muchas dualidades, muchos sentimientos, por un lado, ya no quería mi vida y era capaz de cualquier cosa por salir al menos a la puerta, y por el otro, mi madre, había hecho tanto por mi, no podía hacerle eso, me sentía muy mal, mi llanto no cesó por el contrario se volvió más sonoro.
¿Pero qué había hecho? A pesar de que mi madre me ponía limites sobre mi conocimiento del afuera, nunca fue mala, a pesar de los regaños y gritos, siempre me entendía y me aceptaba tal cual soy, seré una buena hija, lo seré por ella y por mí.
De pronto escuche el sonido que tanto se repetía anoche, la raspadura del papel por el material roto de la pared, cuando miré hacia allí, una nota se encontraba caída en el suelo, la tome y al abrirla vi su letra de nuevo.
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A través de notas
Novela Juvenil" Los seres humanos cambiaron, son peligrosos, su sangre fue reemplazada por el veneno de miles de serpientes, nunca te acerques a ellos" me repetía mi madre siempre que tenía alguna curiosidad sobre el mundo exterior, y es a eso a lo que me aferré...