Relaciones ilícitas

Parte 4: mismas personas, diferentes habitaciones.

Lo que empezó en hermosas habitaciones...

Adora despertó con una gran sonrisa en su rostro.
Tenía años de no dormir tan bien y la razón de su felicidad dormía sobre su pecho. No sabía en qué momento habían cambiado de posición pero el resultado no le disgustaba en absoluto.

Catra se veía tan relajada que Adora deseaba poder quedarse en esa casa para siempre y no tener que afrontar su realidad nunca más, el viaje que había programado le serviría para que Catra entendiera del todo su situación. Si tan solo Catra hubiese aparecido unos años antes en su vida, las cosas serían diferentes, habría tenido una salida ante sus padres. Habría...

-Mmm buenos días princesa- la castaña se acomodó para poder ver el rostro de Adora, sus pupilas se dilataron al verla y Adora se quedó sin palabras al ver el brillo en los hermosos ojos bicolor de la castaña

-Wow- logró decir Adora, casi con la boca abierta. Catra iba a responder pero Adora continuó -Que seas lo primero que veo al despertar se siente increíble- la castaña se sonrojó al instante y cubrió su rostro con sus manos.

Adora rió y empezó a dejar pequeños besos en las manos de la castaña, esta dejó de cubrir su rostro y capturó los labios de la rubia, besándola lenta y apasionadamente.

Ambas querían decirse tantas cosas pero sabían que no tenían suficiente tiempo, esa conversación que ambas temían y a la vez deseaban debía esperar hasta el fin de semana

Ese día Catra no pudo sacarse a la rubia de la mente, no podía creer que había dormido con ella, el viaje a su apartamento pasó tan rápido que Catra hubiese deseado vivir más lejos.

Pasó todo el día pensando en Adora, en su olor, el sonido de su respiración, sus fuertes brazos sujetándola durante toda la noche, su hermosa cabellera esparcida en la almohada.

Lograron verse durante el almuerzo y, si su conexión ya era fuerte antes, todo lo sucedido la noche anterior sólo había logrado que esta relación se fortaleciera de una manera que ninguna podía comprender.

La semana pasó más lenta de lo que Catra hubiese deseado. Todo había fluido con normalidad, había almorzado con Adora toda la semana, habían hablado hasta tarde varios días. Sus conversaciones eran más profundas pero no lograba preguntar todo eso que realmente quería saber, Catra sabía que la rubia quería ser sincera con ella pero necesitaban estar frente a frente y eso lo lograrían hasta el fin de semana

Adora le contó que no estaban durmiendo en la misma habitación con su esposa, Catra no quiso saber más del asunto. Le emocionaba pensar que Adora hacía todo eso por ella pero no podía dejar de sentirse culpable por estar metiéndose en un matrimonio, sin importar lo mal que este se encontrara.

El viernes por la noche al regresar del trabajo, Catra le escribió a la rubia para saber a qué hora pasaría por ella y que tipo de ropa debía llevar.

Adora simplemente respondió:

"7:30... sorpréndeme"

Su estómago se llenó de mariposas, su mente daba vueltas, sería un fin de semana inolvidable en todos los sentidos.

Acomodó su ropa en una pequeña maleta, había hecho unas compras especiales para la ocasión.

Catra casi no pudo dormir de la emoción, se sentía como una adolescente con su primer amor. Se levantó temprano, se arregló y comió algo, revisó que todo estuviera en orden y bajó a esperar a la rubia.

Un auto se estacionó frente al edificio y unos segundos después sonó su teléfono con el mensaje de Adora confirmando su llegada.

Adora se bajó del Jeep negro para poderle abrir la puerta a la castaña, Catra suspiró al ver a Adora en ropa casual, no creía que fuera posible que se viera aún mejor que en su ropa de trabajo.