No puedo ser tu Alfa ; Hyunmin

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Cuando Seungmin hubo terminado de bañarse y cambiarse, Hyunjin sacó de debajo de su cama el botiquín de primeros auxilios, para así poder curar las heridas del Omega (que sí, Hyunjin es obvio que después de haber presenciado lo ocurrido, jamás se creería eso de que Seungmin (es Alfa) que, si bien al principio parecía estar dispuesto a ser curado, Hyunjin tuvo que rogarle mucho mucho, pues a este le había asustado y ya no quería que le pusiera alcohol.

Sí, Hyunjin esa noche había sufrido mucho.

Ya cuando Hyunjin había terminado de curarlo, y se había bañado, ambos dispusieron a dormir. Y sí, ambos en la misma cama.

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En esa misma mañana, el primero en despertar fue Hyunjin, quien por poco empuja a Seungmin al verlo totalmente abrazado a él como si de un koala se tratara.
Lo tenía encima de él (sí, encima) con los brazos de Seungmin alrededor suyo y sus piernas a los lados. Pero Hyunjin no se podía quejar del todo cuando él también lo tiene abrazado de la cintura, fuertemente contra sí y sin soltarlo incluso después de casi empujarlo.

Se hubiese quedado así toda la mañana y lo que resta del día, si no hubiera sido por el fuerte golpeteo que su puerta estaba recibiendo.

Soltando un fuerte gruñido por la molestia que le había invadido, rodó por la cama dejando a Seungmin debajo de él. Se le quedó observando unos segundos más desde arriba, hasta que irritado del sonido fuerte, se bajó de la cama y salió de su habitación para así ir a la puerta de entrada, a ver quién demonios es la persona que había estado jodiendo desde hace varios minutos.

Se paró en frente de la puerta, y antes de abrirla, suspiró para volver a su actitud de “siempre”.

Cuando vio a la persona detrás de su puerta, la responsable de haberse despertado, no pudo evitar sorprenderse demasiado.

¿Por qué mierda está en su casa, el papá de Seungmin?

—B-buenos días... ¿Se le ofrece algo?

Y vaya, de verdad que Hyunjin se estaba absteniendo de no cerrarle la puerta en la cara al señor Lee, él le estaba mirando feo y había algo en el papá de Seungmin que le molestaba mucho, pero no podía simplemente ser grosero y dejarlo con la palabra en la boca. Primero escucharía lo que tenía que decir y ya luego vería si se aburría y lo dejaba ahí.

—Vengo por mi querido hijo, así que apártate de la puerta.

Había sido grosero con Hyunjin, intentando apartarlo con brusquedad de la puerta, pero no lo había logrado pues Hyunjin había sentido aquello como amenaza y se había enderezado, clavándose en la madera que estaba pisando.

—No puede venir y tratarme así, Señor Kim, cuando déjeme decirle... Ah, esta no es su casa y no tiene ningún derecho de venir con esa actitud. Si va a comportarse así me veré en la obligación de pedirle que se retire de mi hogar.

Hyunjin había intentado hablar lo más cortés que podía, aunque claro está, sin quitar la postura que había adoptado con anterioridad.

—Tengo todo el derecho que quiera por que es mi hijo el que está en esta jodida casa, seguramente atrapado por un estúpido y débil Omega.

El papá de Seungmin se había acercado demasiado a Hyunjin notándose ya muy cabreado. Los dientes comenzaban a brotar de él y los ojos parecían estar a punto de cambiar de color.

—¿De verdad está usted tan seguro de que su querido Seungmin no está aquí por voluntad propia?

Lo había dicho con tono burlón, queriendo hacer que al señor Kim se le acabara la cordura que tenía, lo cual debe aclarar que sí logró pues en menos de dos segundos él ya estaba con las filosas garras de su mayor puestas en su cuello pareciendo querer rasgar su piel con su filo.