Lo Que Debió Ser.

capitulo 21: Shinobi

Ya había amanecido, Naruto abrió los ojos, sus cortinas moviéndose con el viento, su mano fue inmediatamente a sus ojos, la molestia de la luz del sol se junto con el molesto dolor de cabeza que tenía, también olía asqueroso, daban ganas de vomitar, y así lo hizo, su bonito actual con su vómito de la noche anterior, vómito que fue producto del recuerdo de sus actos y como había comprendido lo que había echo, sabía, había echo un bien mayor, pero... Hasta que  punto sería justificado, hasta que punto seguiría conservando su humanidad en nombre de la paz, podría volverse utilitarista, sacrificar lo que fuese y a quien fuese necesario para llegar a estar lo más cerca de algo similar a la paz, sería por un bien mayor, un lugar donde la mayoría sea feliz, pero...   Eso lo volvería un monstruo, en que punto sus acciones por la justicia empezarán a quebrar la justicia misma, en que punto dejaría de ser humano, en que punto dejaría de ser el, ya hacia mucho no le importaba lo que pensarán los aldeanos de el, eso podría parecer algo bueno, para el no, y sabía el porqué, quizás, solo quizás, ya no le importaba la aldea, como podría justificar su sueño de ser hokage, el mejor de todos los tiempos si no se preocupaba por su gente, si no los veía como su familia, quizás se estaba volviendo un monstruo, no era culpa suya, había visto cosas terribles e indescriptibles a través de los recuerdos de kurama, acciones cometidas por su especie, los humanos que, a los ojos de kurama, y muchas veces también propios, actúan bajo su codicia, su sentir y su pensar, no el de otros, esa falsa empatía no es más que la preocupación de si mismo de no ver feliz a esa persona especial, quizás había empezado a perder la fe en la humanidad como ya lo había hecho kurama alguna ves, después de todo, como podría el confiar en la humanidad si el mismo había hecho cosas tan horribles, el solo pensamiento lo hizo volver a vomitar, antes sostenido por rodillas y manos, ahora la debilidad mental le había echo caer, embarrado en su propio vómito, la vista sería repugnante a los ojos de cualquiera, pero kurama no era cualquiera, había dejado que Naruto pensará, no podía encontrar una mejor forma de ayudarlo, ya le había explicado lo que el pensaba, pero de nada sirvió, tendría que volver a intervenir, sería firme, el chico no duraría en ese estado mucho tiempo para que se terminara de romper, era increíble como toda la tortura física y emocional que había pasado en su joven vida no habían echo tanta mella en sus emociones como la comprensión de si mismo, de que el, como humano, también es capas de dañar, no lo había echo con intenciones negativas, pero Naruto era así, duro consigo mismo, estaba seguro que solo Jiraya podría sacarlo de ese estado en esos momentos, pero... Podía sentirlos, los chakras de sus padres, ambos consientes de la vida de su hijo, de las partes más dolorosas y felices, había escuchado después de todo, como Minato había puesto esa configuración para que pudieran hablar con su hijo, estaba decepcionado, a estas alturas ya deberían de saber que su hijo los necesitaba, pero se quedaron ahí, esperando, no sabía porque, pero no importaba, no se justificaría esta vez, el ya le había explicado a Naruto el sacrificio de sus padres, pero tenía que ser honesto, pudiera aver vivido kishina, podría seguir viva, pero no era así, y el solo pensamiento del porque le repugnaba, esperaba estar equivocado, pues, si su teoría era acertada, el chico se rompería, o almenos ahora, estaba seguro pues, en un futuro, tendría lazos con personas importantes que le ayudarían a superar la falta de sus padres, Jiraya mismo estaba haciendo un buen trabajo, entonces kurama se pregunto, que habría echo su padre en esta situación, quizás el tendría una solución para este lío, quizás con su gran sabiduría podría orientar a Naruto, pero no estaba ahí, el si, no podía dejar que Naruto siguiera así; lo trajo a su paisaje mental, el rubio, con ojos rojos y llorosos, la mirada perdida, aspecto descuidado, no le gustaba ver a su hermano pequeño así, la sola vista le entristecía, con un nudo en la garganta solo uso su cola suavemente para atraer a Naruto, su chackra todavía no estaba cien porciento drenado de maldad, siglos de odio no se podían eliminar se un momento a otro después de todo, pero iba poco a poco, el, al igual que Naruto había ganado cariño al sabio sapo, después de todo habían encontrado la forma de llevar a Jiraya al paisaje mental, más bien Jiraya la había encontrado con fuinjutsu, habían conversado, especialmente de Naruto, su bienestar, el, al igual que su padre tenía una comprensión del mundo y las personas enorme, tenía el título de sabio bien ganado, todavía recordaba como su padre le había dicho que los sapos solo enseñaban el modo ermitaño a las personas que consideraran sabías por si mismas, el echo de que en siglos los sabios han sido pocos, entre ellos Jiraya, el primer hokage y su padre, Jiraya mismo le había enseñado a perdonar, le había explicado el miedo de la humanidad, como, al ser humano tendían a tener lo desconocido, una zona de confort que muchas veces ni siquiera saben que tienen, incluso le contó que había llegado a perdonar a esa mujer Tsunade a pesar de todo el mal y dolor que le había echo, pero suben toda esa bondad había un hombre que sabía lo que era ser un shinobi, lo que conlleva, matar, destruir, y lo aceptaba sin retractarse, increíble un hombre así, por ello admiraba a Jiraya, el, un biju había ganado respeto a un humano, era por eso que esperaba que Jiraya volviera pronto, sabía que el podría apoyar a Naruto, el podría sacarlo de ese estado en el que estaba, mientras solo podía cuidarlo en su paisaje mental,  miro asia abajo, el chico ya estaba más calmado, su chackra lo había usado para transmitir el cariño que sentía asía Naruto, eso lo había reconfortado un poco, habían echo está técnica hacía ya un tiempo, situaciones dónde tendrían que calmar a clientes que acababan de pasar por alguna situación traumática, ahora, quién estaba siendo apoyado por esa técnica era el mismo Naruto.