Capítulo 3

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Una vez haber llegado a tierras australianas, Aya y su familia fueron a buscar todo su equipaje y se dirigieron hacia el taxi que, por lo que parecía, el padre de Aya había pedido para que les llevara a su vivienda.

Salieron del aeropuerto, y justo delante, un hombre alto permanecía de pie al lado de un taxi.

            - Es usted el señor Hastings? - dijo amablemente el taxista.

            - Sí, usted debe ser el señor Evans verdad? Un placer.


Dicho eso, metieron su equipaje en el maletero y subieron al taxi. Ya que su casa se encontraba bastante lejos y el viaje en taxi era largo, Aya, conectó sus auriculares en el móvil. Sonaba "Time Bomb", una canción que le encantaba. Enseguida, pero, vencida por el cansancio y sueño, Aya cayó rendida, apoyando su cabeza en el hombro de su hermano.

Una vez llegaron a su destino, Nick, dulcemente, palpó la cabeza de Aya, diciendo con una sonrisa:

            - Levántate, enana, ya hemos  llegado.


Aya, aún desorientada debido al Jet Lag, apagó la música, guardó sus auriculares en el bolsillo de su pantalón y salió del coche.

Realmente, cabía decir que era una casa muy bonita, parecía grande y muy espaciosa. Una vez entraron, dejaron todo su equipaje a la entrada del comedor y fueron a inspeccionar la casa.

            - ¡Esta va a ser mi habitación!- dijo Aya toda eufórica una vez subió                 las escaleras a toda prisa.

            - Si venga, te quedas tú la más grande de estas dos. No es justo, yo soy el mayor, así que debería ser yo el que se quedara con la habitación más grande. - musitó Nick, bromeando a su hermana.

Aya, simuló una cara de pena a Nick, ya que ella quería, esta vez, tener la habitación más grande, debido a que la habitación de su hermano siempre había sido más grande que la suya.

            - Bueno, vale, está bien. Toda tuya hermanita. - dijo Nick.

            - ¿De verdad? ¡Muchas gracias! - exclamó Aya saltando de la                   alegría. Ese método no le fallaba nunca.

Una vez ya más o menos instalados y con las cosas en su sitio, la familia Hastings decidió ir a buscar comida al supermercado para poder cenar.

            - Ya voy yo. - dijo Aya muy convencida.

            - Pero si aún no sabemos dónde se encuentra o si está o no muy                 lejos... -  exclamó Karen,

            - Da igual, ya me las apañaré como pueda mamá. - afirmó Aya.

           - De eso nada, acabamos de llegar y no quiero que ya te me pierdas.            

           - Nick me  guiñó el ojo.

        - Bueno, vale, ¡qué remedio! - dijo Aya riendo y mirando a su hermano.


Nick, soltó una carcajada y tocó la cabeza de su hermana diciendo:


            - ¡No cambiarás nunca, chica! - dijo abrazando a Aya. 


Una vez eso, los dos se encaminaron dirección al supermercado; necesitaban encontrar su ubicación y estarían allí en un periquete.

I Won't Let You Go (Luke Hemmings) / (Parada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora