11. ¿Cita?

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Jisung estaba prácticamente arrastrando a Minho hacía el restaurante nuevo en la ciudad. El castaño no entendía por qué no iban al restaurante de siempre, que quedaba mucho más cerca. De repente, a Jisung se le había dado por almorzar en el nuevo lugar con vista a un hermoso lago y que estaba rodeado de flores, mientras que a Minho no le podía importar menos. Le daba igual la vista, pero estaba molesto de tener que caminar tanto, cuando ambos tenían su propio auto.




Llegaron al restaurante, que parecía terriblemente común para Minho.




-¿Por qué no almorzamos en el restaurante de siempre? Es exactamente igual a este.




Jisung lo miró mal.




-Quería un aire nuevo -Respondió sin más - Y no es igual al otro restaurante.




-¿Es broma? - Minho estaba demasiado histérico, y hacía que Jisung se pusiera nervioso - Hemos caminado tanto, ¿sólo por un aire nuevo?




Antes de que Minho lo golpeara, Jisung lo tomó del brazo y entraron. Al parecer, este había reservado una de las mejores mesas. Minho lo miró con una ceja levantada, mientras un camarero los guiaba hacia las mesas que estaban afuera, con vista al lago. Minho debía admitirlo, el lugar era hermoso. Las columnas de las paredes estaban rodeadas de flores, y todo el lugar era de color blanco. Grandes ventanas dejaban ver el gran lago, con muchas plantas y flores también.




-¿Es bonito no?




Minho asintió, hipnotizado por la belleza del restaurante.




-¿Tenemos con qué pagar este almuerzo? - Susurró Minho y Jisung le hizo una seña para que se callara.




Llegaron a su mesa, y se sentaron. Minho estaba de espaldas a la entrada, cosa que Jisung agradeció. Miró su celular, viendo la hora. Christopher estaría allí en cualquier momento. Uno de los meseros trajo 2 vasos de agua, y los menús. Minho comenzó a ver la gran variedad de comidas que ofrecían, sin saber que elegir. Levantó la mirada para preguntarle a Sung que era lo que iba a pedir, cuando se calló de repente. Jisung miraba algo detrás suyo, con una emoción inexplicable. Sus ojos brillaban con algo de maldad, que Minho reconocía fácilmente, y llevaba una gran sonrisa. Ni siquiera tuvo que girarse para saber de quien se trataba.

𝐑𝐄𝐆𝐀𝐋𝐎 •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗 °•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora