Capítulo 7

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Ambas amigas bajaron del taxi, en la puerta del hospital las estaba esperando Kou, que fue corriendo a abrazar a su hermana, al notar la calidez de los brazos de su hermano, la castaña rompió a llorar de nuevo. Sin que se diera cuenta Asuna, Midori también la abrazó pues ella había salido fuera para tomar algo de aire.

- Quiero verlo - fue lo único que alcanzó a decir cuando recuperó un poco el ánimo - y hablar con el médico - ambos asintieron y la llevaron dentro del hospital donde estaban ambas familias, el segundo entrenador y el presidente del equipo. Kyouko, según vio a su hija fue a abrazarla - ¿sabéis algo? - preguntó conforme se reunió con todos.

- Sí, pero preferimos que te lo diga el médico - le respondió el presidente lo que hizo que ella se temiera lo peor. Asuna asintió y fue donde le indicaron. Llamó a la puerta y le dieron permiso para que entrara. El doctor le pidió que tomara asiento.

- ¿Señorita Yuuki? - preguntó el médico y ella asintió, el doctor miró el semblante de la chica - iré al grano - sonrió - su jugador está bien - dijo - ha estado un par de minutos inconsciente pero no es nada preocupante ya que le hemos hecho varias pruebas y todas han salido bien, lo único que tiene es el brazo y el hombro derecho y la nariz rotos. La sangre, a pesar de que era aparatosa, fue a causa de la caída. Esta noche se quedará en observación por si acaso ocurriera algo y, mañana por la mañana, lo trasladaremos a Nagoya para que lo operen del hombro y del brazo pues lo de la nariz no es grave y no necesita operación, lo único que se ponga hielo constantemente pues es una leve fisura lo que tiene que sanará sola. Al menos así he quedado tanto con la familia del chico como con el presidente aunque ambos han coincidido en que sea usted la que tenga la última palabra.

- Me parece bien - asintió - ¿podré verlo ahora?

- Sí, claro - sonrió - de hecho desde que ha recuperado la conciencia está preguntando por usted. Una última cosa, su familia política me han puesto al tanto de la relación de usted y Kazuto, no se preocupe porque yo no diré nada. Ahora me inventaré algo para que pueda pasar la noche con él en la habitación.

- Gracias - alcanzó a decir la muchacha.

Ambos salieron de la consulta y se dirigieron hacia la sala de observación donde estaba el moreno, quien tenía todo el brazo derecho vendado desde el hombro hasta la mano. Según vio a Asuna se le iluminó la cara y ella corrió a abrazarlo, la castaña rompió a llorar al sentir el olor de la persona que amaba.

- Tranquila, estoy bien - sonrió el muchacho besándole la frente - solo ha sido un susto, nada más.

- He pasado mucho miedo - sollozó - al verte ahí tirado temí lo peor. Perdóname porque tenía que haber venido yo y me tuve que quedar en el campo.

- Es que eso es lo que tenías que hacer - la animó - si hubieras venido aquí hubiera sido peor para ti porque le estarías dando vueltas a todo. Espero que sacaras el carácter ese que tanto amo para patearles el trasero.

- Claro que lo hice - sonrió de manera orgullosa - les ganamos por veinte puntos.

- Esa es mi chica - la besó, por fin, en los labios, caricia que correspondió la castaña. El médico apareció en ese momento.

- Perdón por interrumpir pero tiene que salir conmigo - le dijo a Asuna - para informar a los familiares de que se vayan - la castaña asintió.

- Ahora vengo - lo besó de nuevo.

Kazuto asintió y vio como Asuna y el doctor se marchaban. La castaña y el médico caminaron hasta la sala de espera donde estaban los familiares, Mito, el presidente y el segundo entrenador del club. El grupo, según vio llegar a Asuna, supo que había ido todo bien pues se la notaba más tranquila. Mito, al ver los ojos iluminados de su amiga y la sonrisa que llevaba en los labios, se relajó y respiró tranquila finalmente pues estaba muy preocupada por Asuna.

Kirito no basketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora