Capítulo 1

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Kazuto Kirigaya había comenzado hacía tres años su andadura en la universidad, en la cual estaba estudiando informática a la par que lo compaginaba con el baloncesto. Él era el base del equipo universitario, además de el más importante de este y sobre el cual estaban empezando a fijarse ojeadores de todo el mundo ya que el año que viene era su último año y podría elegir qué hacer con su futuro.

Como cada mañana, aparcó su moto y caminó por el campus de camino a la clase que le tocaba mientras tomaba algo de café, sin darse cuenta chocó contra alguien, vertiendo todo el contenido del vaso sobre lo que había chocado.

- Perdona - dijo alzando la vista y ahí la vio, parecía una diosa. Era una muchacha de pelo castaño y ojos de color de miel - iba pensando en mis cosas y no te he visto - se fijó más si cabe en ella, la había manchado por completo.

- No te preocupes - sonrió la chica - también ha sido mi culpa, era la primera vez que vengo y creo que iba mirando a todas partes menos al camino que debía de seguir.

- Te he manchado mucho - se rascó la nuca el chico - y venías muy elegante, seguro que tenías una cita o algo similar.

- Bueno... no era algo muy importante - intentó restarle importancia dado que se notaba que el pobre muchacho se sentía bastante mal - venía a ver a mi hermano por lo que supongo que puede esperar.

- Entonces, si es así, ¿me dejas compensarte invitándote a un café? - preguntó de una manera demasiado lanzada que no era nada habitual en él ya que nunca había tenido novia debido a que el éxito en la cancha no iba acompañado del triunfo en el plano femenido - hay una cafetería en el campus que es bastante buena, te gustará.

- Está bien - sonrió - pero al menos dime como te llamas para no tener la sensación de que voy a tomar café con un ser completamente desconocido.

- Kazuto - correspondió a la sonrisa el moreno, algo que hizo que las mejillas de la chica se ruborizaran un poco - ¿y tú?

- Asuna.

Ambos jóvenes se estrecharon las manos, lo que hizo que en ese momento sintieran como una descarga eléctrica a lo largo de toda su anatomía. Asuna se dejó llevar por Kazuto hasta la cafetería que le había prometido y, sin quererlo, pasaron toda la mañana sentados sobre la mesa mientras hablaban sobre su vida. Era la primera vez en mucho tiempo que la muchacha se evadía de todo y se reía como cuando era pequeña. Mientras lo observaba tuvo la sensación de que era la primera vez que conectaba así con un desconocido con el cual habló de series, de películas e incluso de temas de su vida que no había hablado ni con Mito, su mejor amiga. Tenía la sensación que, tras ese choque, había encontrado lo que siempre había buscado y que no sabía que necesitaba hasta ahora.

Mientras conversaban animadamente fueron interrumpidos por el sonido del teléfono de la chica.

- Lo siento pero debo irme - se disculpó mientras se levantaba de la mesa.

- Espera, no puedo permitir que te vayas así - sonrió el azabache - llévate mi chaqueta, vas completamente pringada de café y no es cuestión de que vayas así a ver a tu hermano. 

- Gracias pero no hace falta - sonrió - puedo ir así, no pasa nada. 

- Al menos dame tu teléfono o algo - ella negó con la cabeza - pues entonces no me queda más remedio que quedar aquí contigo mañana para desayunar.

- Está bien - aceptó ella - dime la hora y aquí estaré.

- A las ocho en esta mesa - la muchacha asintió - te estaré esperando.

- No te preocupes, que vendré - sonrió por última vez antes de marcharse.

El chico la observó hasta que la vio perderse entre la multitud por lo que se dio la vuelta y emprendió el camino hacia sus quehaceres. Antes de llegar a su clase fue parado por Alice, la presidenta del club de las animadoras y la capitana de estas.

Kirito no basketDonde viven las historias. Descúbrelo ahora