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Sonreí sin pensarlo dos veces cuando vi salir a TaeYang, pero nuevamente este no se encontraba solo. Ese idiora lo acompañaba, pero en esa ocasión, estaba cargándolo.

Me tuve que controlar para no ir a golpearlo y quitarle la bonita sonrisa que tenía pegada al rostro, mientras que esperaba a que TaeYang me reconociera y viniera por mí. Esperé pacientemente, pero él no ne vio y cuando pensaba irse junto a ese imbécil, tuve que correr detrás y sorprenderlo.

TaeYang sonrió y de inmediato me dijo que saldría con unos amigos a una cafetería para terminar algunas asignaciones y que podíamos vernos en unos días. Nuevamente tuve que controlarme para no golpear al amigo de mi novio, quien sonreía más que feliz.

─Muy bien─ Dijo con mucho rencor. Había pasado un mes desde que TaeYang había ido a mi casa. Prácticamente se le pasaba entre libros, asignaturas, clases extras o yo qué sé y aunque muchos dirán que soy egoísta, pues no. No lo soy. TaeYang y yo siempre habíamos tenido tiempo para nosotros y aunque sea otro tipo de ambiente, esperaba que sea lo mismo que en secundaria.

Termino dando una media vuelta y caminando hacia la parada de autobuses más cercana. TaeYang no me detiene y aunque odie admitirlo, estaba esperando a que me siguiera o me dijera que nos podríamos ver más tarde y no en un par de días.

Llegue a casa con un enojo muy notable, ni siquiera hablé con TaeYang por teléfono. Somo me dediqué a todas las asignaciones y a coordinar con una compañera sobre el dúo que haríamos para el parcial de danza histórica.

Literalmente saqué a TaeYang de mi vida en este día y no me importó hacerlo al día siguiente o al día que siguiera de este.
Solo me concentraba herido y creo que la mejor forma de calmarme era tener mi espacio, pero cuando llegó el tercer día, TaeYang se apareció en mí casa, entró con una alegría inigualable, una alegría que se esfumó al verme sujetando la cintura de mi pareja, la del dúo. Quise explicarle todo, pero no me lo permitió e incluso me dijo que cuando tuviera ganas de tener sexo, no lo busqué a él.

También me enojé y terminamos distaciándonos por más de una semana.
No podía creer que pensaba que solo lo quería para sexo o que lo estaba engañando. Soy un no era más que una amiga, que por cierto tenía novia y aunque le expliqué aquello después de una semana y media él no contestó y tampoco me dirigió la palabra cuando por casualidad me lo encontré en un Starbucks cercano a mi universidad.

No esperé que TaeYanf se comportara de esa manera tras una discusión en nuestra relación, aunque también ocurrió en la secundaria, pero era muy distinto, pues en ese tiempo no éramos pareja, en cambio, ahora sí lo éramos y estaba esperando que él pudiera cambiar en ese aspecto.

No estuve con un buen humor en la siguiente semana y tampoco pensaba estarlo el día de mi cumpleaños, pero cuando TaeYang se apareció en mi puerta por la tarde y con un regalo en mano, me hizo cambiar todo y perdonarlo y él sentía lo mismo.

Nuestra relación siguió y aunque quise demostrar mis celos, preferí quedarme callado y ver hasta donde avanzando ese imbécil de MinHo.

Los días siguieron, pero en esta ocasión, TaeYang y yo hacíamos hasta lo imposible para vernos o hablarnos por teléfono. El pequeño retrato que me había regalado por mi cumpleaños estaba al lado de mi ama y siempre estaría ahí, cada vez que lo miraba me acordaba de ma relación que mantenía con la persona más bella de este mundo y la que no dejaría por nada, ni siquiera por una discusión.

Cuando los parciales llegaron, tanto TaeYang como yo decidimos dejar de lado nuestra relación y fingir que no existiamos para el otro, pues lo mejor era estudiar y estudiar sin descansa alguna.

Estuve lleno de asignaciones y exámenes y más ensayos. Sin embargo, todo el esfuerzo y cada amanecida valió la pena cuando las primeras notas se publicaron y pude ver mi primer promedio. Estaba demasiado feliz y aunque pensé que TaeYang estaría de la misma forma, al llegar a su universidad, lo vi llorando entre los brazos de ese tal MinHo. Me acerqué tan pronto como pude y cuando alejé a la fuerza a ese chico, TaeYang me contó que tuvo una baja nota que iba a afectar su promedio final, pero que no lo haría reprobar.

─Cariño, las notas no lo son todo, también está la experiencia y los aprendizajes que vas adquiriendo ─ Traté de hacerlo feliz durante todo el trayecto a su casa, pero estuvi triste y aunque habíamos decidido tener una tarde de películas después de los parciales, él se negó al final y terminó estudiando todas sus materias.

Esa tarde definitivamente iba a ser la más aburrida, la peor de todas, pero cuando se levantó de su escritorio y caminó en mi dirección, enseñándome el preservativo y manteniendo una sonrisa llena de lujuria, supe que no iba a ser tan aburrido como lo pensé y que tampoco podía quejarme.

'ᕈᥱϙᥙᥱño' 𝐼𝑛𝑇𝘩𝑒𝑜  ^  P1HARMONY  ^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora