CAPÍTULO 5

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Acompañado de pequeños sollozos Jungkook recordaba su pasado, pensó en cómo en poco tiempo su vida había cambiado por completo, en especial el día en el que conoció a aquel rubio.

Antes Jungkook iba a ese lugar especial muy frecuentemente pero podía decir que siempre estaba solo ahí, amaba mucho ese lugar, no solo porque podía ir y pintar en su cuaderno o lienzos las montañas, los árboles, el pequeño riachuelo que se observaba a lo lejos, sino que también amaba poder sentirse libre ahí, podía gritar, saltar, correr, no sentirse raro, sin ser rechazado, sin tener algún vacío, sin sentirse roto.

Sollozó por última vez antes de limpiar sus lágrimas con la manga de su suéter, agarró su libreta y se levantó para caminar un poco por el lugar, llegó a un pequeño riachuelo el cual siempre observaba aunque era únicamente de lejos, y antes de que algo pase con su libreta la colocó en una piedra un poco lejos del agua para que esta no la mojara.

Sus ojitos brillaron al ver la hermosa vista que tenía en frente, si bien amaba aquel lugar, solo conocía una parte de el y este en donde se encontraba ahora era algo que acababa de "descubrir".

El pequeño se sentó en una piedra a la orilla del riachuelo, cerró sus ojos y respiro profundo tratando de relajarse un poco, se concentró únicamente en el sonido que emitía el agua al avanzar, escuchó chapoteos y supuso que se trataba de pescados, después de un momento volvió a abrir sus ojos, una sonrisa adornó su bello rostro, se acercó a su libreta y la abrió, agarró el lápiz que se encontraba escondido entre las hojas de esta y empezó a dibujar.

Una vez acabó suspiró satisfecho por su nuevo dibujo, dejo su libreta a un lado y miró nuevamente hacia el riachuelo, una idea pasó por su mente, se sacó sus zapatillas negras y una vez descalzo tocó las piedras sintiendo al instante como sus pies quemaban, corrió hasta aquella agua cristalina y enseguida el agua cubrió únicamente hasta sus rodillas, el calor que anteriormente sentía en la planta de sus pies había desaparecido.

Los pequeños peces huyeron asustados lo más lejos del chico, Jungkook apretó sus labios triste por haber asustado a los pescaditos, vio el agua y logró visualizar un pequeño pez cerca de sus piernas al instante se quedó quieto y habló.

-Lo siento -dijo Jungkook dirigiéndose al pez, el pequeño vertebrado dio un salto en el agua y se marchó‐

Jungkook soltó una sonora risa por la acción de aquel animal y continuó mojando sus piernas disfrutando del momento antes de tomar sus cosas y marcharse a casa.

En el camino a casa pensó que le encantaría volver a ir a al pequeño riachuelo en el que anteriormente se encontraba, pero esta vez le gustaría ir acompañado y ¿Qué mejor compañía que el chico de la peculiar sonrisa cuadrada? Aquel que sin darse cuenta, se había apoderado de sus pensamientos, sin imaginar que el de tez canela también pensaba en el y en su siguiente reencuentro.

Cada día era difícil para Jungkook, luchaba con su propia mente y pensamientos, aunque algo dentro de sí estaba mejorando, no sabía lo que era, pero definitivamente Taehyung le hacía bien.

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Muñeco de MaderaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora