Capítulo 3

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                                                         Dylan
Me dirigí hacia casa, no me apetecía seguir  en la fiesta, por lo que arranqué el coche, miré por última vez su edificio, y me fui, estaba agotado, solo quería dormir, aunque no podría por lo de todas las noches, hasta que lo gritos no paran nunca puedo conciliar el sueño.

Introducí la llave en la cerradura, entré en casa, y me dirigí directamente hacia mi cuarto, me quité los zapatos,  y me quedé igual que siempre,  sin camiseta, y con unos pantanoles cortos negros anchos, me puse los auriculares, siempre lo hacía  cuando comenzaban los gritos y los ruidos, aunque no servían de mucho, siempre se escuchaban por encima de la música.

Efectivamente, no sé que hizo Anna que a mi padre le molestase, o que no hizo, pero ahí estaba, chillándole otra vez, siempre intervengo, pero cuando lo hago mi padre se pone peor, todo se pone peor, Anna es una mujer fuerte, pero cuando mi padre está delante se debilita, se vuelve invisible, no habla, tiene miedo por si dice algo en lo que mi padre no esté de acuerdo, y cuando llegue a casa mi padre desate su mal humor en ella, si, le ha puesto la mano encima,varias veces, Anna me lo ha dicho, obviamente, yo no he estado presente en niguna, no suelo estar mucho por casa,  no me gusta, para variar.

Cuando al fin paran los gritos, consigo conciliar el sueño, pero antes, recuerdo lo de esta noche, quién era esa chica? por qué no la había visto antes? recordé todo, como me mandó a la mierda, las sonrisas falsas que me dedicó, perdí la cuenta para ser sincero, cuando le tuve que sujetar el pelo para que echara toda la mierda que se había  metido en el cuerpo, no sé  porque, pero tengo un presentimiento extraño que me dice que esa chica no está bien, no sé que le atormenta,  se veía que era una de las primeras veces que bebía,  identifico rápido a esa gente, no sé que le ha pasado, pero quiero descubrirlo, hay algo de ella que me llama la atención, no sé si es que me trata como una mierda, que me desafía y no es una tía fácil, o ese vestido al que no le he quitado ojo en toda la noche, buena elección, por cierto.

¿Por qué pensaba en ella?

Dejé el móvil en mi mesita de noche y me hundí en mi cama, estaba muy cansado.

Me desperté, hoy tenía clase online, ya que damos clases semipresenciales, aún eran las 8, y tenía la clase a las 12,  por lo que aproveché el tiempo.  He decidido hacer ejercicio, no soy persona si no hago aunque sea un mínimo de ejercicio diario, me ayuda mucho a desconectar de todo.

Estaba solo en casa, mi hermano estaba en el insti, junto con Annie, mi madre, que es la directora del instituto al que va mi hermano. Mi padre también se ha ido a trabajar, y menos mal, no le soporto,  literalmente, nunca hablo con él, y tengo mis razones.

Me pasé el resto de la mañana hablando con Nick,  él tampoco tenía clase presencial ya que vamos a la misma uni, en la misma clase, si, soy un idiota con suerte.

Se me pasó por la cabeza mandarle un mensaje a Hannah,  pero no quería parecer pesado, así que descarté esa opción.

Cuando terminó la clase, que para ser sinceros, no atendí, ya era la hora de que mi hermano saliese el insti, así que se me ocurrió algo.

Me vestí, me puse mis gafas de sol, y salí de casa, me monté en el coche y me dirigí hacia el instituto. Cuando mi hermano me vió, se quedó un poco confuso, pero me pareció ver también su cara de satisfacción al saber que no tendría que caminar hacia casa.

Ahí estaba, Hannah salía por la puerta del isnstituto, con una amiga, la que fue con ella a la fiesta, iba hablando cuando, de la nada, se gira en dirección a mi coche,  y pone los ojos en blanco, podía jurar que estaba más roja que un tomate, me gustaba lo que podía  causar en ella.

Corazón de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora