Possibly in Michigan | Woosan

III

Wooyoung le miró y San le abrazó, viendo como el cuerpo de Yunho dejaba de moverse poco a poco, Aún así, disparo varias veces solo para asegurarse que no estuviera vivo.

- ¿Estás bien? Diablos, estaba tan asustado...

- Lo estoy. Ese tipo casi me mata a golpes. No sabía que Yunho se pondría así, le rechacé hace muchos años... Juro que cuando leí que era un caníbal no sabía que hacer.

- Me alegra que estés bien. Ahora, creo que ya sabes que hacer, ¿No? Lo hemos practicado antes.

El menor asintió, mientras limpiaba la sangre de sus ropas y del suelo, San comenzaba a subir a Yunho a la mesa para ir a buscar la motocierra que el menor poseía, para así comenzar a hacerlo. A descuartizar el cuerpo.

Wooyoung llegó después, suspiró al ver casi toda la cocina llena de sangre.

- Diablos, has hecho un desastre.. Al menos lo conseguiste, ¿No?

- Lo hice, lo empezaré a cocinar, hazme el favor de limpiar la sangre.

Horas habían pasado y el sol comenzaba a esconderse. El cuerpo estaba cocinado y llevaron el cuerpo en diferentes bolsas, unas para los animales de unas cuantas calles más arriba de donde el menor vivía, y las otras, las dejaron junto la basura de una vecina.

Luego de bañarse, esperaron atentamente la hora para ver como el camión de basura se llevaba los restos de Yunho.

- Honestamente, no puedo creer que lo hiciste. Simplemente habiamos planeado esto si es que alguna vez a alguno de los dos le pasaba algo.

- Tampoco sé cómo lo hice, Wonnie. Pero a veces, la justicia la debes tomar por tu cuenta. Le escribiré a Yeosang y le diré que ya está muerto, ya sabes, para que todos se enteren. Pasará como una muerte por ajuste de cuentas y ya. Estoy orgulloso de ti.

Ambos amigos se abrazaron y decidieron dormir juntos aquel día, y durante un par de meses a petición de Wooyoung.

- Oh, cielo, me he acabado mi perfume. ¿Me acompañas a comprar otro, por favor?

- Bien, vamos... Mientras no me cuentes la historia de la mamá de Seonghwa todo estará bien.

Ambos rieron a través del teléfono, para volver a juntarse en aquel mismo centro comercial, para comprar el mismo perfume.