10. Over & Over ♡

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Las luces de neón iluminaban la oficina, el tono lila brillante dejaba una vista completa a la habitación.
La joven rubia quien miraba fijamente al italiano menor, los papeles en la mesa quedaron en el olvido.

Su seriedad cambio con la batalla de miradas, azul contra amatista resignada suspiro.
— Si esto es lo que decidiste querido Carlo, no queda más remedio que aceptarlo.

Aliviado le regalo una sonrisa.
— Scarlett muchas gracias por aguantarme estos meses y toda la paciencia que tuviste conmigo.

Scarlett era una mujer muy encantadora, su cabello rubio palido junto a sus ojos color amatista, dejaban a muchos sin respiración.
Era joven y poderosa, Carlo se sentía a gusto con ella para contarle sus cosas con mucha confianza, era su amiga.

La oficina dentro del local era muy espaciosa y bien acomodada, no era un burdel ni nada, al contrario los chicos y chicas que estaban para las  sesiones era por puro gusto.

Era normal que la mayoría de las personas escondieran sus gustos a causa de la sociedad, ella ayudaba a que dejaran de sentir pena o vergüenza y disfrutaran de su sexualidad sin problemas, claro siempre con protección y cuidando de que las personas que ingresaran jamás les hicieran daño más haya de los juegos.

La joven rubia sacó de su pantalón una cajetilla de cigarros y sacó uno para encenderlo.

— Bueno simpre has sido bastante leal y has cumplido sin rechistar las sesiones. Lo minimo que puedo hacer por mi amigo.

— Creo que lo único que va a quedar pendiente es el tema de Iván.

— De eso no te preocupes culpes yo me encargo, moverse un par de cosas y ese ruso jamás sabrá ni quien eras aquí.

Era como si le quitaran un peso de encima, se sentía más relajado, después de tanto estrés está era la mejor noticia del mundo.
— De verdad voy a tener una deuda muy grande contigo.

— Vamos Snow, ya me conoces y sabes que nunca he mentido en algo, déjalo todo en mis manos.

— Aún me siento culpable por no dejarte una buena razón por la que me fui estos días sin avisar.

Con calma se acercó hasta el, rodeando el escritorio.
— No tienes que hacerlo, así que ve y despidete de tus compañeros, se entiende que afuera de aqui todos tenemos otra vida.

Carlo se quedó un poco más hablando con su amiga, arreglando todo, sólo le quedaba venir en unos dias para recoger sus cosas.

Esa noche solo fue la primera de todas, Igor supo que en cuanto probara aquel dulce prohibido se volvería adicto por querer más, mucho más.

El sabor de la sangre no era comparable a la deliciosa esencia del rubio, tan empalagoso como la miel. 

Ahora mismo no aguantaba esperar más tiempo para encontrarse al menor. La reunión con los gitanos estaba tardando mucho más de lo que quería.

Fastidiado de escuchar los comentarios fuera de lugar y los chistes sin gracia de su amo junto a los morenos.

Su humor ahora mismo no era uno de los mejores y con los jueguitos de niños lo irritaban demasiado.

Los diez minutos más largos de su vida, casi le agradeció a Dios de rodillas el terminar el jodido trato y llegar a su casa de una buena vez.

Hai se desapareció como comúnmente lo hacía después de tanto trabajo, dejándole solo y sin perder tiempo le mando un mensaje al menor de los Gambino.

"Make me Ah" [Carligor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora