Capitulo II

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...II…

Arrugue la carta entre mis dedos heridos, y ahogue un grito de frustración. No podía evitar sentirme engañado, desafiado hasta cierto punto. ¿Adónde los habían llevado? ¿Por qué no nos informaron sobre eso? El único lugar seguro seria Maarik, pero solo pueden habitar o entrar la primera clase.

Realmente, es la única clase que no está combatiendo, se supone que estamos luchando por nuestro planeta. Y aun así, los ‘más poderosos’ no han venido a romperse el lomo en nuestro combate. ¿Por qué?

Es… imposible que esto ocurra. Seguramente, mientras nosotros matamos para evitar que nos mates, y vemos como se vierte el rió de sangre de los nuestros, ellos deben estar comiendo un banquete junto con el rey; en cambio, a nosotros nos escasean las provisiones.

Mis compañeros heridos siguen luchando. Ninguno ha puesto la rodilla en el suelo y se ha rendido, ninguno a suplicada piedad al enemigo, ninguno de nosotros ha buscado una segunda oportunidad mirando los ojos llenos de sangre y de furia de nuestros oponentes. Todos sabemos a qué hemos venido, y nos llena de orgullo morir en guerra.

Un grupo de compañeros estaba cansado de ver la sangre escurrir, y han decidido escaparse hacia Nurm para poder localizar sus familias y huir con las naves hacia un nuevo planeta, hace poco más de un mes que han partido hacia su destino. En ese momento fue una locura para unos, y una luz de esperanza para otros. Pero hemos encontrado sus cadáveres en una exploración hace unas semanas, desollados y ensangrentados; No sabemos que pudo ser.

Los oficiales superiores al mando no han alejado y, aunque no me crean mis compañeros, se que nos ocultan algo. No tengo muy en claro que es lo que esconden, pero por la magnitud y las energías que usan para esto, para evitar que nos acerquemos, debe ser algo muy grande. ¿Un monstruo? Tal vez no, digo, suena ridículo. ¿Qué podría matar tantos saiyajines y desaparecer como si nada?

Hace unas noches decidí entrar a la escena para investigar un poco más sobre esto que me quita el sueño, pero las pieles y carnes habían desaparecido. Me levante de entre los arbustos y busque con la mirada entre la nieve, pateando montículos intentando una búsqueda mas minuciosa, el viento de invierno me obligaba a mantener mis manos en los bolsillos de la campera de cuero.

Una corriente fuerte de viento gélido me tumbo al suelo, me limpie la cara y me senté con tranquilidad en la nieve y riéndome internamente de mí mismo por la estupidez que me había pasado. Pero el sonido de pisadas me sobresalto. Eso me agito, podrían culparme de traición o matarme… o simplemente enviarme con mi pelotón, pero no sé qué tan probable sea lo último.

Me escondí detrás de unos árboles, que daban hacia el risco del monte donde habíamos encontrado a los soldados difuntos. Era muy extraño este terreno, no solo por las gélidas temperaturas que se debían a la altura, si no, por lo bien que nos escondían el follaje de los árboles. No pude evitar preguntarme: ¿Por qué nos mantenían en un lugar a la intemperie si aquí podíamos escondernos bien?

Pero el sonido de una camioneta me saco de mis cavilaciones y me golpeo de lleno con la realidad. Observe hacia el lugar donde pude identificar el sonido del motor, que estaba por debajo del acantilado. Una carretera de tierra poco transitada, y unos generales hablando entre sí en la parte trasera del vehículo, solo había dos vehículos en la carretera.

Dude por un momento en acercarme más a la escena, y cuando ya había decidido, estaba entre las ruedas del vehículo intentando hacer el menor ruido posible. Mi curiosidad y coraje podían más que mi sentido común. No había nadie en la cabina, deducción rápida: nadie manejaba.

Una tela gruesa cubría parte de atrás de la camioneta, supuse que podrían ser provisiones, y que sacar algo de comer para mi grupo no haría daño alguno. Después de todo, no estábamos lejos del campamento base y tenía sentido que la camioneta de dirigiera hacia allí. No era robar.

Me asome por un lado de la camioneta del que ellos no podrían detectarme, e intente levantar con cuidado la manta. Pero el sonido de sus risas y una despedida me pusieron nervioso. Uno se encamino hacia la cabina, el otro probablemente no lo seguiría, puesto que, había un todo terrero detrás que no tenía conductor.

En un momento de azoramiento, levante la tela sin mirar y entre dentro, apenas aleje mis pies de la tierra, comenzó la camioneta a moverse. Supuse que había bolsas de carne, por el olor y la textura suave de estas. El empuje en medio de la oscuridad para crear un espacio cerca de la abertura, necesitaba respirar y ver hacia donde nos dirijamos. Ya que golpeaba cosas pesadas que parecían rayar el suelo de donde estaba, incluso escuche el sonido de las cadenas y placas pesadas.

Con la navaja corte la tela en la parte de arriba de mi cabeza, y tome alguna bocanada de aire. Mi otra mano sintió algo líquido y sumamente espeso, la acerca a la entrada de luz para ver que era, ya que no lograba distinguir el olor ni el sabor.

Ahogue un grito al ver que era sangre. Y no era la única, abrí el tajo más grande y observe que, si, en efecto estaba rodeado de carne. Pero por el rostro que me encontré casi frente con frente me dejo mudo y seguramente pálido: Eran los soldados que habían sido encontrados muertos hace unas noches.

Inmediatamente, intente salir de ahí, el olor me mareaba, estaba muy concentrado y la piel de los cuerpo se me pegaba a la cazadora de cuero. Las tripas se pegaban a mi zapato y no podía sacarla, apenas si podía moverme con libertad entre la montaña de cuerpos.

Con la navaja, hice más grande la abertura, saque con cuidado la cabeza y vi un rio al costado de la carretera. “Podría saltar y salir de aquí, no si podre evitar que me vea”, pensé, ya que reconocí rápidamente que los adolescentes solían venir a jugar un rato al agua. No estaba lejos. Tenía que aprovechar la oportunidad.

Tome aire e intente saltar, pero un bache en la carretera de tierra sumado a las náuseas me estabilizo y me hizo caer de nuevo sobre el cuerpo de algún soldado. El sonido de los cernes siendo aplastada me descompuso, no saber que era de personas, si no, el saber que eran compañeros míos. Me apoye con mi mano izquierda en la boca de alguien y con la derecha en las piernas de quien sabe quién, hice fuerza para ponerme de pie.

Salte con fuerza y caí en el estanque. Como supuse, era profundo. La sangre no se despegó de mí, era normal. Ellos habían ingerido una gran cantidad de alcohol Ruun, cual era conocido por hacer más densa la sangre. Era contrabando, ya que producía muchos problemas cardiacos, pero era delicioso.

Nade a la superficie y mire hacia los lados, no había nadie. Estaba solo de nuevo. No pude evitar liberar una sonora risa, estaba feliz. Había salido de ese asqueroso lugar de una vez por todas. Pero vinieron todas las imágenes de golpe.

Los cuerpos, la sangre, los generales riendo y sonriendo, el miedo, la camioneta… Todo me erizo el pelo del cuerpo. Eran demasiadas emociones juntas.

Nade descoordinado hacia la orilla y me senté allí, en el lodo espeso y los juncos. No pude hacer más, eran demasiadas emociones juntas. Simplemente me derrumbe sobre mis rodillas mirando mi reflejo ensangrentado en el agua rosada.

Y sonara tonto, pero llore. Llore por la muerte de mis compañeros, la impotencia de proteger a mi familia, la necesidad de sobrevivir… era demasiado para mí. Me sentía cobarde. Había pasado tantas cosas durante ese medio año que me mantuvieron allí, había días que deseaba morir para que todo esto acabara, pero temía morir.

Lo último que recuerdo de ese fatídico día lleno de emociones y los restos de mis compatriotas, fue que, cuando levante la cabeza, era de noche. Estaba a orillas de un lago y, otra vez, estaba solo. No obstante, me sentí acompañado, no tuve fuerzas de levantarme de allí. Solo mire el reflejo de las estrellas en las oscuras aguas; En el oscuro cielo.  

Diario de un soldado (DBZ fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora