09.

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Ya había perdido la cuenta del todo el tiempo que estuvimos ahí, pero habían pasado muchos años. Nada había cambiado, lo único que cambio fuimos nosotros, Kawaki dejo de ser aquel chico tímido, desconfiado a ser uno un poco engreído y algo reservado a los miembros de Kara. Por mi parte el miedo que le tenía a Jigen no se esfumaba, por el hecho de todas las torturas que nos hacía sufrir a los dos llegué a un punto de odiarlo.

Queríamos salir de ahí pero cada que lo hacíamos al final siempre nos encontraban, y para lo peor nos tocaba un castigo del cual no quiero acordarme. No tenía idea de dónde nos estaban enviando solo se que no podía moverme, parecía como si me hubieran encerrada en algún lugar; intenté moverme pero tampoco dió ningún resultado.

Hasta que repentinamente sentí como si hubiésemos tenido un mal aterrizaje el cual hizo que el lugar donde estaba se moviese de forma brusca y provocando que recibiera golpes en la cabeza y en otro lugares. Hubo un golpe el cual lo recibí con gran fuerza hasta el punto de perder la conciencia.

—_____.

Escuché una voz llamarme.

—Oye, despierta.

La reconocí en un instante, era la voz de Kawaki llamarme, mientras que movía mi hombro esperando algún resultado desperté con un dolor de cabeza. Me enderece como pude y lleve una mano a dicho lugar.

—¿Que paso...? ¿Dónde estamos? —Le mire recuperando la cordura.

—No tengo idea... pero esta es nuestra oportunidad para huir.

Con cuidado me ayudó a levantarme y antes de salir del ahí reviso (sin ser visto) de no encontrar a nadie afuera. Me hizo una señal indicando que no había nadie, salí dudosa y con algo de miedo, el aire golpeó mi rostro y pude sentir el ambiente fresco, por primera vez pensé que todo nuestro infierno había acabado, sin embargo de pronto fuimos rodeados por unas marionetas.

Kawaki rápido se puso enfrente mío protegiéndome así de ellas.

—¡Vuelve adentro!— Me ordenó el mientras que la forma de su brazo cambiaba.

—Pero... No pienso dejarte aquí solo!— me negué después de ver cómo las marionetas estaban listas para atacarnos.—¡Yo también...!

—¡No seas necia!

Al verle de esa forma no pude negarme más a su orden y cuando estuve por darme la vuelta más marionetas aparecieron impidiendo el paso. Podía usar el karma, pero a diferencia de Kawaki el lo usa sin problemas pero yo no podía, entraba en pánico y al final me desplomaba en el suelo inconsciente.

—¡Maldición...!

Una marioneta estuvo por atacarme detrás mío, y sin darme cuenta Kawaki fue más rápido y la detuvo con un golpe destruyéndola así.

—¡Vete de aquí, yo las detendré!

—¡Ya dije que no te dejare!

Fe igual forma mis brazos cambiaron a ser cuchillas e inicie ayudar a Kawaki en acabar con esas marionetas. No usaría mi karma.

—¡Tu vete, yo te seguiré luego!

Negarme en estás situaciones no servía a si que no tuve más remedio más que obedecer y huir siendo seguida por dos marionetas más cuales no duraron mucho en pues pues Kawaki las destruyó dejándome el camino libre. Pero aquello no duro mucho pues pasaron cinco minutos escuché un gran estruendo en el lugar donde Kawaki se quedó a pelear.

No lo dude ni dos veces y volví al lugar rápido restando internamente a qué el estuviera a salvó, llegué y lo encontré en el suelo siendo rodeado por las misma marionetas. Corrí a el llamando la atención de ellas, se apresuraron en atacarme y yo como pude comenze a pelear contra ellas.

—¿Que no tienen un límite...?— Hable cansada de mantenerme en pie luchando contra todas las marionetas.

Sin haber podido reaccionar uno de ellos llegó detrás mío recibiendome con un fuerte golpe el cual me dejo casi sin aire, caí al suelo agotada y pensando que ese seria nuestro fin. No obstante esas marionetas miraron al frente como si algo hubiera llamado su atención, a fueron y nos dejaron ahí tirados en el suelo.

—Kawaki...

Pronuncie adolorida tras haber recibido tremendo golpe en mi espalda, quise arrastrarme a el pero el dolor de mi cuerpo me lo impidió a lo que cerré los ojos perdiendo otra vez la conciencia.

❀     ❀     ❀

Sentía unas manos tocarme la frente.

Luego en la mejilla.

—¡Sueltame!— Recordé aquellos días en donde esos sujetos solían tocarme, y sin que les importara mis suplicas ellos aún continuaron.

Ya no lo soportaba...

Ahora sentía como mi cuerpo era levantado, siendo cargado por alguien.

¡Ya no más!

Un fuerte grito me hizo reaccionar y al despertar me tope con la sorpresa de encontrarme con unos chicos, uno de ellos me tenía sostenida mirándome fijamente. No sabía que estaba ocurriendo hasta que la voz de cierto chico me hizo reaccionar.

—¡NO LA TOQUEN!

El grito de Kawaki me hizo cobrar la conciencia más no podía hacer nada mientras que aquel chico de piel pálida y cabello azul segura cargandome delicadamente en sus brazos, alejándome de Kawaki.

—¿Quiénes son ustedes...?— Pregunté confundída.

—No te preocupes, te llevaremos aún lugar seguro.— Responde el mismo chico que me tenía aún cargando.

Esa ya lo había escuchado, todos que decían eso solo mentian.

—Sueltame...— Quise soltarme de aquel chico de pelo pálida y ojos de color de oro, parecían de una serpiente.

—Oye, más te vale soltarla.— Escuché a Kawaki al mirarnos.—¿Acaso los envía Kara?

—Esperen, no tenemos intenciones de atacarlos, mi nombre es Konohamaru Sarutobi del país del fuego.—Se presento el mayor del grupo.—Investigabamos un dirigible que se estrelló en nuestro país. Queremos algo de información, ¿Podrían decirnos todo lo que saben?

—No pienso confiar en ninguno de ustedes, y tú...—Miro al chico que aún me mantenía sostenida.—Mas te vale soltarla.

—¿Podrías... soltarme...? por favor.— Pensé que si lo podía amablemente el lo haría.—Puedo caminar por mi cuenta.

Solo parpadeo un par de veces y me soltó dejándome en pie para volver a caminar hacia Kawaki aún teniendo las miradas de todos.

— Déjenos en paz.— Exige Kawaki.

—Lo siento, pero no podemos. Los dos tienen que acompañarnos, si se resisten usaremos la fuerza.— Dice nuevamente el mayor.

—¿Que están diciendo...?

—Kawaki, no quiero volver a pelear.— Dije queriéndole calmar.—Por favor... solo hagamos lo que ellos dicen.

—¿Acaso estás loca? solo nos quieren volver a usar.— El me miró incrédulo y molestó para segundos después poner un brazo enfrente mío.—Yo me encargo de ellos.

—¡Esperen!— La voz del chico rubio nos llamó, el extendió su brazo y el hacerlo me sorprendió al ver el mismo sello de Kawaki en su palma.—¿Lo ven? Tu lo tienes en la mano izquierda, y tú en la frente.

—Eso es...

No tenía palabras, como es posible que ese chico tuviste el karma. Pensé que el y yo éramos los únicos portadores Kawaki camino hacia enfrente a lo que le seguí.

—¿Porque tiene el Karma..?— Pregunté confundída.

—¿Que es esto?— nos interrogó.

¿Que mierda estaba pasando?

𝐅𝐑𝐄𝐄𝐃𝐎𝐌 |Kawaki.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora