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Pov. YoonGi.

Horrorizado, no tenía otra palabra.

Me encontraba de nuevo en el área de las celdas junto con la omega rubia, ésta tenía el rostro agachado llorando e hiperventilandose, no podía dejar de repetir que la matarían y lo horrible que era, ella había sido encerrada en una de las celdas que daba frente a la mía.

Yo seguia en un estado de shock, al menos ella no vio como habia terminado la otra omega con pecas, quien presumía de su hermoso cuerpo termino siendo mutilado por la furia animal del maldito del alfa Kim.

Voltee a ver la celda de la omega con pena, vi lo quemado y desfigurado que había quedado su rostro, como sus ojos se encontraban sin una luz de esperanza para sobrevivir.

–E-el alfa... M-me m-ma-matará una vez... Una vez q-que encuentre a los otros. -era todo lo que repetía.

Me puse a pensar en la clara amenaza que me dejó el alfa Kim sobre Nayeon, quien a pesar de ser algo molesta en ocasiones, en realidad era una chica dulce y amigable a la que se le quiere con solo conocerla, era claro que tenía que advertirle.

Por otro lado me puse a pensar en Jungkook, por alguna extraña razón ese omega no le tenía miedo a la furia de ese alfa, incluso después de que se acercó al alfa logré ver que le hablaba y no temblaba, no logré escuchar su conversación, sin embargo las omegas temblaban tal cual una gelatina, a este punto no sabía si el omega era valiente o un idiota.

Como sea, las horas seguían contando, y después de lo que había presenciado, mientras pudiera escapar lo haría sin meditarlo en lo más mínimo.

Apresuré a mi mente ponerse a trabajar, tenía que salir de aquí y si podía encontrar a Jungkook sano y salvo sería mejor, quien sabe que cosas horribles podrían pasarle si esa omega terminó así.

Era bien sabido que el alfa Kim no discriminaba entre omegas, betas o alfas, es por eso que no le importaba matar a quien sea, por el error que fuera.

Después de otras unas horas desesperado comencé a buscar una medida de escape, lo que para mi suerte, encontré un pequeño alambre de algún metal entre las ranuras de el concreto y las paredes, agradecí mi talento para abrir cerrojos gracias por el trabajo de cerrajero de mi padre, y puse en marcha un plan, el cual sabía que funcionaría.

Metí el alambre en la ranura de la cerradura, doblé el alambre a tal grado de lograr que los dos bloqueos de la cerradura tocaran y poder abrir.

Por desgracia cuando estaba apunto de lograrlo, un beta fornido entró a la habitación, rápidamente escondí mi pase de salida y me senté recargándome en la pared fingiendo dormir.

–Tengan, el alfa Kim los necesita con vida por el momento, así que me ha dado la orden de traerles una pieza de pan y agua. -es todo dijo y sin esperar respuesta salió.

El Omega del alfa ✧Taekook✧ 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora