Se conocieron de una forma atípica, bueno, mas bien Fushiguro fue quien conoció a la apellidada Kawata de una manera un tanto diferente a lo natural, pues no se lo esperaba y por lo peligroso que era sacarle el ojo de encima no le quedo de otra que...
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Ya un buen rato caminando al lado de Fushiguro, esto es bastante incomodo, digo, siempre quise que alguien este junto a mi después de la salida de la escuela, pero la verdad me esperaba de todo menos esto, lo malo es que tengo que apurar el paso porque va demasiado rápido... Además, ¿no que el me tiene cierto desprecio por no poder defenderme?, y sumando que nunca lo vi pasar por este lugar, no se si era mas rápido que yo y no me lo cruce antes, no lo se, y... Si a caso, el... maldición, en este momento mis mejillas deben estar de un color rojizo, aun así lo dudo, este tipo no debe tener ni una pizca de atracción hacia mi, si le gustara un tipo de chica, seria una de carácter fuerte a mi parecer, lo contrario a mi, creo que me estoy haciendo mucho la cabeza, simplemente no quiere ir solo a su casa, eso es todo, tal vez se habrá mudado o algo así y por eso no lo vi antes... lo raro es que mientras caminamos, parece como si me estuviera esperando y termina aflojando el paso cuando no le puedo seguir el ritmo, la verdad no parece que conoce mucho este lugar, esta como un poco perdido.
—Tengo hambre —lo dice con ese tono de voz gélido que siempre usa.
—Ah... ¿si? —le respondo lo único que puedo responderle, la verdad no se a que vino eso, quizás se siente incomodo y quiere tema de conversación.
—Ven, vamos, conozco un restaurante que vende un poco de todo, puedes pedir lo que quieras —ni siquiera dejo que responda, me agarro de la muñeca para desviarme del camino original, ¿no que solo quería que lo acompañe a su casa?.
—Am... Fushiguro-san... yo... eh... no tengo dinero.
—No te preocupes, yo te lo pago —¿y este?, quiero irme a casa con Fluffy, se que tengo hambre, pero no espera a que responda, el no sabe realmente si tengo hambre.
...
¿Por que deje que me trajera aquí?, estoy en mi derecho al decir que no, pero solo me invito a almorzar en un restaurante, eso no es malo, me parece considerado de su parte y ya no puedo arrepentirme ahora estoy sentada en una de las mesas del lugar, supongo que le dieron ganas de comer y para no quedar descortés me invito a mi también, además dijo que el pagaría cualquier cosa que pida, ordenare algo que no sea caro para no quedar como una interesada o una aprovechada, pero la verdad hay muy pocas cosas que no tengan un precio elevado, no se si soy yo la de la falta de dinero o realmente si es caro, em...
—Elige lo que quieras — me lo dice con esa voz gélida que siempre tiene, tengo que elegir rápido si no quiero hacerlo esperar.
—¿Eh?... em, una ¿hamburguesa?.
—¿Segura?.
—Si... y con un vaso de agua estoy mas que satisfecha.
