Se conocieron de una forma atípica, bueno, mas bien Fushiguro fue quien conoció a la apellidada Kawata de una manera un tanto diferente a lo natural, pues no se lo esperaba y por lo peligroso que era sacarle el ojo de encima no le quedo de otra que...
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Le he insistido varias veces de que ya puede volver a la escuela y que me puedo cuidar yo sola, pero se negó a volver, si que iba en serio el "No te dejare sola", aun sigue resonando en mi cabeza, aun así dentro del contexto es entendible, digo, no sabe si me puede pasar algo malo mientras no esta, sumando que el sabe porque le acabo de decir que vivo sola, obvio no hay nadie que avise si me llegara a pasar algo. Suelto un quejido, parece que es la primera vez que venda a alguien que no sea el mismo, tuve que ponerme ropa de estilo corto para que vea donde mas me corte, todavía no me ha inundado con preguntas sobre eso, supongo que no me quiere poner incomoda. No es que no quiero que Fushiguro este en mi departamento sino que nadie entra aquí mas que yo, es la primera vez que dejo pasar a un chico dentro de esta habitación.
—¿No será que tienes fiebre? —al decir eso pone una de sus manos sobre mi frente, me debí haber ruborizado al pensar eso ultimo.
—No... es que tengo algo de calor —le doy una respuesta simple, mientras quito suavemente su mano de mi cabeza. Bebo algo de agua del vaso que me paso Fushiguro y le doy una mordida a los muffins que no pude saborear en su momento, le pregunto al azabache si quiere uno pero se negó, parece que ya desayuno.
—¿Seguro que no quieres comer algo? —se lo digo mientras rebusco en el refrigerador.
—No... —con un tono de voz gélido, el que siempre usa.
—Vamos, me sentiría culpable si no te comparto algo —al mismo tiempo preparo unas tazas de café.
—...Una no me vendría mal —dice el azabache mientras toma asiento en una de las sillas.
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Mientras que Kawata invitaba a Fushiguro una taza de café, al azabache lo atormentaba una tercera presencia dentro del departamento, dudaba que fuera una persona pues la chica ya se lo hubiera mencionado, además esa presencia no sonaba como la de una persona sino como una maldición, a Fushiguro no le importaba tanto pues ese "peligro" no era tan peligro, ya que, esa maldición era una de cuarto grado, una muy débil que podía deshacerse fácilmente de ella, pero había un problema, era peligroso para Kawata, obvio Fushiguro no sabia que la chica podía exorcizar hasta maldiciones de tercer y cuarto grado y con suerte una de segundo, con dificultades pero al fin y al cabo podía, así que dispuesto a no irse sin antes deshacerse del cuarto grado se dirige a la habitación de la chica que es ahí donde siente la presencia del peligro. Kawata al percatarse a donde va Fushiguro le hace el paro.
—¿A donde vas?.
—A tu cuarto, me olvide algo.
—Yo te lo busco ¿Qué es? —Fushiguro no sabia como responder o como explicar porque debía ir a la habitación de Kawata, y la chica para hacer lo posible para que no vea a Fluffy, pero al azabache se le ocurrió una idea.
