Se conocieron de una forma atípica, bueno, mas bien Fushiguro fue quien conoció a la apellidada Kawata de una manera un tanto diferente a lo natural, pues no se lo esperaba y por lo peligroso que era sacarle el ojo de encima no le quedo de otra que...
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Después de dar pequeños sollozos y que la sangre recorriera mi brazo nuevamente, suelto la tijera, dejándola en el suelo, me paro para ir a la mesa en donde se encuentra el botiquín, así sanarme los cortes, si que duele, pero el estrés ya no esta así que no hay de que preocuparse. Realmente me siento exhausta, no como mucho, pues no soy una persona que trague demasiado, de todas formas creo que me siento mareada por la perdida de sangre, últimamente me corto mas que antes, ahora pensándolo debería limpiar la tijera de Fushiguro...
Siento que el azabache a hecho mucho por mi, aun que solo fueron como cuatro días que apenas nos hablamos, es lo mas bonito que alguien hizo por mi en estos últimos tiempos, quiero agradecérselo de algún modo, quizás le pueda comprar un café, después veré si puedo darle algo mejor, supongo que puedo darle regalos simples pero constantes, así no gasto mucho dinero, hablando del dinero, todavía tengo pero creo que tendré que comenzar otra vez con los trabajos de medio tiempo, eso es lo que hago, trabajar durante varios meses gastando poco dinero, ganándome la comida lavando los platos, los pasillos, etc., de este edificio, a cambio de hacer esos quehaceres me dejan comer sin necesidad de pagar, supongo que es un buen trato y ahorrando para luego tener varios meses libres, así tengo tiempo para mis estudios, creo que en mi vida el menor problema fue ese, quizás pueda invitar a Fushiguro un postre, a cambio de las limpiezas que hago, bueno, por ahora solo quiero darle algo no exagerado, ya se me ocurrirá algo.
...
—Jaja... ¡Fluffy, me haces cosquillas! —olvide que estaba en la cocina, por lo que veo quiere un abrazo, yo también quiero uno así que no me opondré, mañana lo tendré que dejar solo por ir a la escuela, por suerte no es todo el día.
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Después de ponerme el uniforme y despedirme de mi compañero, voy de camino a la escuela, reviso mi mochila para ver si esta la tijera, esta así que no hay de que preocuparse. Mientras camino, veo una cafetería, lo invitare después de las clases, ahora no pienso comprarle uno, no se si realmente le gusta el café y termine gastando mal el dinero, o bien podríamos ir a ese restaurante para pedir una pizza, me gustaría comer una, espero le guste, bueno a muy pocos les disgusta la pizza espero que el no sea de esa minoría. Mientras estaba perdida en mis pensamientos no me di cuenta que llegue a la escuela, eso fue bastante rápido, ahora que lo pienso, si Fushiguro a la salida va por por mi lado, ¿por que no me lo cruzo por la mañana?, supongo que sale antes que yo, bueno como sea, a aburrirme en las clases.
...
Por fin suena el timbre del receso, también lo odio pero al menos en el puedo relajarme un poco, cuando suena ese timbre siempre espero a ser la ultima así puedo quedarme yo sola dentro de este aula. Después de que todos salieran saco de mi mochila unos muffins que traje para comer, que bueno que ahorre para esto realmente son muy deliciosos.
Al darle un bocado a uno de los muffins me recorren unos escalofríos por toda la espalda por la mano apoyada en mi hombro, volteo y confirmo que solo era Fushiguro, wow, que susto me dio.
—Fushigro-san... ¿pasa algo?.
—La tijera —con el tono de voz gélida que siempre usa para dirigirse a los otros, cierto, me olvide de dársela, simplemente asiento mientras saco la tijera de mi mochila y se la extiendo, al hacer me mareo un poco, bueno, un poco mucho pues pierdo el equilibrio de la silla a punto de caer al suelo siendo amortiguada por Fushiguro, realmente no me esperaba que sea tan cálido un abrazo, hace mucho que no recibo uno, bueno de parte de un humano.
—Ah... estoy bien Fushiguro-san —al decirle eso me separa levemente de su cuerpo, me toco un poco la cara para despertarme pero no funciona y al querer ver mejor el azabache me mareo de nuevo, creo que esto es por la perdida de sangre.
—Dame tu brazo.
—¿Eh?... ¿Mi brazo?... Oye, Fushiguro-san estas un poco sorprendido, no te preocupes no es la primera vez que me mareo así, solo debo ir a mi departamento para descansar... si, eso es todo.
—¿Eh?, como que ¿por que?, tu muñeca esta sangrando —reviso mis muñecas y si una de ellas esta derramando sangre, creí que me había vendado bien pero parece que no, no me da tiempo ni de procesar que Fushiguro me agarra del brazo del cual esta manchado de sangre, obvio sin de una forma violenta pues parece que no quiere lastimarme.
Al arremangar mi chaqueta y la camisa, así mismo que me pasa una botella de agua para tomar, pues algo para beber no me vendría mal. Este se queda un poco confuso al ver cortes que llevo en todo el brazo, la verdad estoy muy exhausta y mareada como para meterle una excusa.
—¿Y esto?.
—Me corte... —caigo rendida a sus brazos, porque no soporto mas el dolor de cabeza y creo que ahora estoy semiinconsciente pues me siento aturdida.
...
Estoy cargada en su espalda, le doy las llaves de mi departamento, la escuela dejo que Fushiguro me trajera para poder descansar, me sigo sintiendo aturdida y me cuesta ver con claridad. Ya dentro del departamento, solo espero que no pueda ver a Fluffy, no se como reaccionaria, igual creo que el esta escondido. Le hago una seña para indicarle donde se encuentra mi habitación, llevándome dentro del cuarto, dos adolescentes solos en una habitación con una cama, me encantaría que mi cerebro no me juegue una mala pasada en este momento. Me deja en la cama de una manera suave y tierna, veo que esta a punto de irse de este cuarto, reacciono rápido y lo agarro de la muñeca.
—¿Que?.
—¿A donde vas?.
—A buscar vendas para tu brazo.
—Vuelve a la escuela, mi muñeca sanara —parece que mi respuesta lo sorprendió un poco, pues arqueo una ceja y se me queda mirando algo confuso.
—No te dejare sola.
—Te perderás las clases.
—No me importa —quiero seguir protestando pero Fushiguro me sorprende al poner su mano en mi boca con intenciones de guardar silencio.
—Solo deja que vaya por las vendas para sanarte, ¿si? —no le respondo solo asiento y le suelto la muñeca para que pueda irse buscar lo que quiere, después de que saliera del cuarto, de bajo de la cama esta Fluffy y le doy una caricias, si no ataco a Fushiguro es porque no tiene malas intenciones. Se siente lindo tener la compañía de los dos.
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