━ ❨ por una apuesta ❩ | yangten

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— Te apuesto mil wons a que no vas y le das un beso a Ten — había dicho Hendery con una sonrisa traviesa sin dejar de mirar a YangYang.

YangYang desvió sus ojos por el gran jardín trasero del instituto y buscó entre el mar de cabezas hasta encontrarlo sentado en el césped riendo animosamente con sus amigos.

— Pan comido ~ — palmeó el pecho del peligris y dio un paso, pero se detuvo en seco al escuchar aquella voz burlona tras suyo.

— En la boca — Lucas pronunció lento, sílaba por sílaba alzando ambas cejas y sonriendo cual villano de caricatura.

Hendery soltó una carcajada al ver la expresión en el rostro de YangYang. Sus ojos muy abiertos, sus cejas unidas y sus labios entre abiertos. Contando también que sus mejillas se habían puesto coloradas.

— ¿Q-qué?

— Oh vamos ~ sólo será un besito — Lucas levantó sus labios y simuló lanzar besos hacia Hendery quien no dejaba de reírse.

YangYang no podía dar crédito a lo que sus oídos habían escuchado. ¿Un beso? ¿Le habían retado a darle un beso al bailarín del instituto, al gran Li Yongqin, por mil wons? El tan sólo considerar la idea era una locura, no podía simplemente ir y darle un beso. ¡Eso sería la peor vergüenza de su vida! ¿Qué tal si le daba asco a Ten?

— No, no, no, no — negaba con sus manos y cabeza al mismo tiempo —. ¿Están locos?

— Dos mil wons — ofreció Hendery alzando una ceja.

YangYang le miró incrédulo, ¿de verdad le estaba ofreciendo tanto dinero por un beso?

— Dos mil quinientos wons — subió Lucas — y te hago las tareas de química por un mes.

YangYang les miró muy ceñudo, paseando sus ojos entre sus rostros y parpadeando varias veces. Esa era una muy, muy tentadora oferta, ya que era malísimo en aquella materia. ¡Pero seguía siendo una locura!

— Dos mil seiscientos wons, me haces las tareas por dos meses y Hendery me dará sus dulces.

— Hecho — sus voces sincronizaron.

YangYang tragó duro, humedeció sus labios y dio media vuelta, empezando a caminar hacia los cuatro chicos que seguían riendo con fuerza. Giró a mirar a sus amigos, quienes lo alentaron agitando sus manos y sonriendo cual villanos.

Tres pasos.

Dos pasos.

Un paso y se encontraba frente a ellos, llamando inmediatamente la atención.

Tomó una larga bocanada de aire antes de hablar.

— Lo siento — había murmurado antes de hincarse, cerrar los ojos con fuerza, sostener los hombros de Ten y darle un rápido beso a sus labios —. Lo siento mucho.

No sabía cuál había sido su reacción, ya que no se atrevió a abrir los ojos y había huido tan rápido se había disculpado, corriendo hacia sus amigos y jalar sus brazos con brusquedad, ignorando sus carcajadas llenas de burlas.

— ¡No puedo creer que en verdad lo hicieras!

— ¡¿Viste su cara?! ¡No lo superaré nunca!

— Creo que tengo nuevas fotos que enmarcar.

Sí, tenía a los mejores amigos del mundo.

Y sí, quizás le había gustado aquel simple roce de labios.